Una herramienta es algo que nos ayuda a resolver problemas, un instrumento que facilita la ejecución de una acción. Por ejemplo una pala nos ayuda a levantar cemento o rocas muy pesadas que no se pueden mover sólo con los brazos; un serrucho nos ayuda a cortar madera que no podríamos romper con las manos. Estas son herramientas físicas que amplían nuestras habilidades y nos capacitan para hacer cosas difíciles de resolver con nuestra capacidad natural.
Así como el hombre ha creado herramientas físicas, también ha construido herramientas para ampliar las habilidades mentales. Éstas ayudan a poner atención, a recordar y pensar mejor. Las herramientas de la mente, como las estrategias para memorizar, permiten duplicar y triplicar la cantidad de información que podemos recordar. Al respecto, Vigotsky creía que, en realidad, las herramientas mentales transforman la manera misma en que ponemos atención, recordamos y pensamos. Partiendo de esta premisa, la educación debe poner a disposición del niño estas herramientas, reconociendo que el proceso implica más que la sola enseñanza directa; implica capacitarlo para que utilice herramientas con independencia y creatividad. “Conforme los niños crecen y se desarrollan se convierten en activos empleadores y creadores de herramientas…Podrán utilizar adecuadamente las herramientas de la mente e inventar nuevas cuando las necesiten”. Paris y Winograd 1990.
Cuando los niños carecen de herramientas no saben cómo aprender: no dirigen su mente hacía un propósito. Por ejemplo, si la educadora pide que los niños que tengan algo rojo levanten la mano, y una niña observa su chamarra y ve un enorme gato café, olvida entonces todo lo relativo al color rojo y levanta la mano.
En otra situación la educadora les indica un problema: hay varios pájaros en un árbol, dos salen volando y quedan tres; ¿cuántos pájaros había en el árbol al principio? Todos hacen la suma, pero un niño insiste en restar dos a tres, en vez de sumar, lo que hace es restar a causa de la palabra “salen”; no se auto regula ni revisa su pensamiento. Aún cuando la educadora señale que puede ayudarles, él no aplica la estrategia al problema.
Los niños son capaces de pensar, poner atención y recordar. El problema es que su pensamiento, su atención y memoria son reactivas; el objeto o la actividad deben retener por sí solos su atención. Para lo cuál deben tener un desarrollo en:
La regulación personal
Involucra todos los aspectos de la adaptación humana. Habilidad para reaccionar y recuperarse de las reacciones. La razón constituye las primeras formas en que los lactantes, maternales y preescolares aprender a dominarse y adquieren el autocontrol conductual, emocional y cognitivo esencial para funcionar de manera competente a lo largo de la vida.
Comprender y regular emociones
Las emociones son parte vital de la experiencia de los niños. A ellas se deben los altibajos de la vida diaria, tales como exuberantes arranques de risa en el juego, en resistencia violenta cuando se enfrentan a alimentos no conocidos o en tristeza o frustración después de una caída. Las emociones pueden contribuir al desarrollo de nuevas competencias en los niños, o aminorar dicho desarrollo.
Regulación de la atención y la función ejecutiva
Así como los niños pequeños deben aprender a controlar sus emociones, también deben aprender a controlar su conducta y a regular sus procesos mentales. La capacidad de pensar, recuperar y recordar información, de resolver problemas y de participar en otras actividades simbólicas complejas, relacionadas con lenguaje oral, lectura, escritura, matemática y conducta social depende del desarrollo de la atención, la memoria y la función ejecutiva.
La autorregulación de la atención y de las capacidades cognitivas a menudo se describe como una forma de la función ejecutiva, término genérico utilizado para referirse a toda una variedad de capacidades interdependientes, necesarias para toda actividad que tenga un propósito, dirigida hacía una meta, como aprender a sostener un lápiz y garabatear en un papel. Para desarrollar las herramientas mentales, son propicias situaciones didácticas en donde las habilidades de creatividad, atención y pensamiento del niño estén inmersas.
La siguiente actividad te será de gran ayuda para lograr tal objetivo. Recuerda que la caja de herramientas mentales de un niño nunca se llenará.
Huellas dactilares
Realizar con los niños un juego de huellas dactilares para poner de manifiesto el carácter único de cada persona fortalece la capacidad de comprensión del yo.
Material
- Almohadilla de tinta
- Papel
- Lupa
- Cartulina
Desarrollo
Inicia la situación didáctica explicando que las huellas dactilares son una de las muchas cosas que convierten en única a cada persona. No hay dos huellas dactilares idénticas, por eso se pueden usar para identificar a sus poseedores.
Ayuda a los niños a que coloquen sus dedos sobre la almohadilla de tinta y sobre la hoja de papel plasmen sus huellas dactilares, pueden marcar el contorno de su mano con lápiz y anotar el nombre a cada dedo.
Después anímalos a observar con la lupa sus huellas, a que las comparen con las de su compañero para ver en qué se parecen y cómo se diferencian.
Si es posible toma una huella clara de cada niño, amplíalas y pídeles que las clasifiquen.
Posteriormente invítalos a hacer un paisaje con sus huellas dactilares, usando sus dedos como sellos o lápices, empleando toda su creatividad.
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BIBLIOGRAFIA
Curso de Formación y Actualización Profesional para el Personal Docente de Educación Preescolar. Volumen I. PEP 2004. Sep.
Comentarios
me encanto el articulo pero agradeceria mucho que me dieran algunas actividades o formas de poder insentivar estas capacidades desde los 2 años