Hermoso artículo de "VIDAS EXTRAORDINARIAS"

Este artículo de Vidas Extraordinarias me llegó, y me gustaría compartirlos con todos ustedes.¡Haz la Diferencia!Publicado por María de los Ángeles el 8 de abril del 2010"Yo soy solo uno, pero soy uno. No puedo hacer todo, pero si puedo hacer algo. Y no dejaré que lo que no puedo hacer interfiera con lo que sí puedo hacer.Edward Everett HalesydneyTodos hacemos la diferencia todos los días, de alguna manera. La pregunta es: ¿Qué clase de diferencia estamos haciendo? Cada mañana pregúntate: "¿Qué puedo hacer hoy para hacer una diferencia positiva en mi vida y en las vidas de los demás? Y luego ve y hazlo. Te dirás: "¿Yo? ¿Cómo puedo yo hacer una diferencia? No soy importante, ni poderoso(a), ni rico(a), solo soy una persona ordinaria, luchando por ganarme la vida".Lo primero que tienes que hacer es cambiar tu actitud sobre tí mismo(a), porque hasta que pienses que eres especial, lo serás. Hasta que puedas reconocer el magnífico potencial que hay dentro de tí, escondido detrás de todas esas creencias limitantes, no podrás vivir la vida extraordinaria que mereces.La gran tragedia de la vida es que la mayoría de la gente se va a sus tumbas sin haber vivido sus vidas. Tenían sueños que nunca lograron. Estaban demasiado ocupados viviendo la clase de vida que se esperaba de ellos. Estaban tan ocupados tratando de dar gusto a los demás, a menudo renunciando a sus propios deseos, que no tuvieron tiempo para su propia felicidad.Recuerda que tú tienes el poder de elegir. Puedes elegir como comportarte, que decir, y cuando decirlo. Tienes el poder de cambiar tu actitud. Tienes el poder de hacer una diferencia. Tienes el poder de elegir si tus palabras construyen o destruyen. Puedes elegir si tu influencia es positiva o negativa. Pues entonces, elige hacer una diferencia. Elige ver lo positivo en todas las cosas, y si realmente no puedes encontrar algo positivo que hacer o que decir, es preferible que no hagas o digas nada. Lo que sea que hagas, ¡no añadas más negatividad! Elige ser fuente de paz, esperanza y entusiasmo en un mundo caótico.Comprende que no tienes que hacer algo increíblemente grande para hacer una diferencia. Son las cosas aparentemente pequeñas las que a menudo tienen el mayor impacto. Una sonrisa, una palabra amable, un cumplido, una mano que ayuda, un oído que escucha, éstas son las cosas que puedes hacer todos los días, y que harán una gran diferencia en tu vida y en las vidas de los demás."Es el error más grande de todos el no hacer nada porque solo pueden hacer poco. ¡Haz lo que puedas! Sydney SmithQuisiera contarles una historia que nos recuerda que siempre podemos vivir en un estado de compasión, con lo cual haremos una gran diferencia, no solo en nuestras vidas, sino en las vidas de los demás, y por consecuencia en el mundo entero. Es muy fácil dejarnos atrapar por todo lo que sucede en nuestras propias vidas. Tendemos a olvidar que no somos la única persona en el planeta. Los invito a llevar a cabo cuando menos una acción que haga la diferencia cada día. No tiene que ser algo enorme. Es asombroso como una simple sonrisa puede cambiar una vida. Solo saludar y sonreir a un extraño puede ser todo lo que se necesita para cambiar la vida de alguien para siempre. Recuerda que tú puedes hacer una diferencia en tu propia vida y en la vida de los demás, para bien o para mal. Asegúrate de que sea para bien. Lo maravilloso es que siempre recibimos más de lo que damos. Comparte esta historia con tu familia y amigos. Esta podría ser la manera de hacer una diferencia este día."Llegué a la dirección en donde alguien había solicitado un taxi. Toqué el claxon y nadie salió. Toqué otra vez, y nada. Así es que me bajé del taxi y toqué el timbre. "Espere un momento" dijo la voz de una anciana. Escuché como arrastraba algo en el piso. Después de un largo rato, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de más o menos 90 años de edad, apareció delante de mí. Usaba un vestido estampado y un sombrero con un velo que cubría su cara, como un personaje de una película de los años 40's. A su lado estaba una pequeña maleta vieja. La casa parecía como si nadie hubiera vivido allí por años. Todos los muebles estaban cubiertos con sábanas. No había relojes ni cuadros en las paredes, ni adornos en los muebles. En una esquina había una caja de cartón con fotos y cosas de cristal."Podría llevar mi maleta al coche? dijo. Puse la maleta en la cajuela, y regresé para ayudar a la mujer. Me tomó del brazo, y caminamos lentamente hacia el taxi. Ella no dejaba de agradecerme por mi amabilidad. "No es nada", le dije. "Solo intento tratar a mis pasajeros de la manera en la que me gustaría que mi madre fuera tratada". "Es usted un buen hombre", me dijo. Luego me dió un papel con una dirección anotada, y me preguntó: "¿Podría llevarme a esa dirección, yendo por el centro de la ciudad?" "No es el camino más corto", le contesté. "No importa", dijo ella, "no tengo prisa. Voy de camino al asilo."La miré por el espejo retrovisor. Sus ojos brillaban. "Ya no tengo ningún familiar", continuó. "Los doctores dicen que ya no me queda mucho tiempo de vida". Apagué el taximetro. "Qué ruta quiere que tome?", le pregunté.Durante las dos horas siguientes, anduvimos por muchos lugares. Ella me mostró el edificio en donde una vez trabajó como elevadorista. También pasamos por la casa en la que ella y su esposo habían vivido cuando estaban recién casados. También me hizo detener en frente de una bodega de muebles que alguna vez había sido un salón de baile, a donde ella había ido cuando era joven. Algunas veces me pidió que me detuviera enfrente de un edificio o esquina en particular, y permaneció allí por varios minutos, solo observando, sin decir nada. Cuando ya casi se metía el sol, de repente me dijo: "Estoy cansada. Vámonos ya".Manejé en silencio hasta la dirección que me había dado. Era un edificio pequeño. Dos empleados salieron y se acercaron al taxi en cuanto nos estacionamos. Se portaron muy atentos con ella. Debieron haber estado esperándola. Me bajé del taxi, abrí la cajuela y saqué la pequeña maleta. La mujer ya estaba sentada en una silla de ruedas. "¿Cuánto le debo?", me preguntó, sacando su monedero. "Nada", le dije. "Tiene que ganarse la vida", contestó. "Ya habrá otros pasajeros", le respondí. Casi sin pensarlo, me agaché y le dí un abrazo. Ella se aferró a mí. "Le dió unos momentos de alegría a una vieja", dijo. "Gracias". Apreté su mano y le sonreí. Luego caminé hacia mi taxi. Detrás de mí, una puerta se cerró. Me pareció el sonido del cierre de una vida.Ya no levanté más pasajeros ese día. Manejé sin rumbo, perdido en mis pensamientos. Pensé: ¿Qué tal si esa mujer hubiera sido recogida por un chofer enojón, o impaciente por terminar su turno? ¿Qué tal si yo me hubiera rehusado a hacer lo que me pidió, o si solo hubiera tocado una vez el claxon, y me hubiera ido? Después de una rápida revisión, llegué a la conclusión de que no creo que haya yo hecho algo más importante en mi vida."Espero que esta historia les haya hecho reflexionar sobre el poder que tenemos para hacer una diferencia en este mundo. Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas tienen significado debido solo a los grandes momentos. Sin embargo, los grandes momentos a menudo nos sorprenden, hermosamente envueltos en lo que consideramos como "momentos insignificantes"."Qué maravilloso es que nadie necesita esperar ni un solo momento para comenzar a mejorar el mundo. Anne FrankEs muy fácil encerrarnos en nuestra propia vida y dejar que el "yo, yo, yo" se apodere de nosotros. Estamos tan atrapados en nuestras propias vidas, que olvidamos que hay otros menos afortunados que nosotros. Y con la vida tan agitada que llevamos, parece que no podemos detenernos a hacer algo por los demás. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo bueno por alguien, sin esperar nada a cambio? ¿Cómo te sentiste? ¡Te apuesto que te sentiste muy bien! Date la oportunidad de sentirte así más a menudo.Es tiempo de que trabajemos juntos, que unamos nuestras fuerzas y hagamos una diferencia en el mundo. "Si no eres tú, ¿entonces quien? Si no es ahora, ¿entonces cuando? Se parte de la solución, no parte del problema. ¡Esto hace una diferencia enorme! ¡Elevemos nuestra conciencia, convirtiéndonos así en la diferencia que queremos ver en el mundo!¿De qué manera podemos realmente hacer una diferencia en el mundo? Considera lo siguiente:Recuerda que tú tienes un propósito único en la vida que tienes que descubrir.Cree que puedes hacer la diferencia.Reconoce que todo lo que haces cuenta, cada paso que das, cada palabra que dices, o que no dices. Nada es trivial. No hay cosas pequeñas. Todo importa.Para ser el cambio que quieres ver en el mundo, sólo tienes que estar comprometido(a).Toma responsabilidad de tu persona y de tus circunstancias.Nunca digas: "No es mi trabajo" , o "¿Qué puedo hacer si solo soy una persona?"No te preocupes por cómo lograrlo. Si tienes claridad en lo que quieres cambiar y por qué lo quieres cambiar, se dará.No esperes a que todo esté en orden para comenzar. Las circunstancias casi nunca serán perfectas. Haz lo que puedas con lo que tienes y en donde estás.El comienzo del cambio es tomar consciencia. No podemos cambiar algo que no reconocemos. Al hacernos más conscientes, comenzamos el proceso de cambio.Para que las cosas cambien, tú debes cambiar primero. No podemos cambiar a los demás, sólo nos podemos cambiar a nosotros mismos. Sin embargo, cuando cambiamos nosotros, todo cambia. Y al hacerlo, realmente podemos cambiar el mundo.Las personas a veces no recuerdan exactamente lo que hiciste por ellas, o lo que les dijiste, pero siempre recuerdan cómo los hiciste sentir.Todos los cambios significativos a través de la historia, no han sido causados por los gobiernos o los ejércitos. Sucedieron como resultado del valor y el compromiso de los individuos."Seamos la diferencia que queremos ver en el mundo" Mahatma Gandhi
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Comentarios

  • EXCELENTE QUERIDA DINA,UN PUNTO DE VISTA MUY ENRIQUECEDOR PARA TODOS.
    GRACIAS POR MOVER CONCIENCIAS.
    UN BESO Y UN FUERTE ABRAZO.
  • GRACIAS POR ESTAS PALABRAS!! LAS TOMARÉ COMO EJEMPLO.UN ABRAZO
  • GRACIAS POR ESTAS PALABRAS Y HACER LA DIFERENCIA. LAS TOMARÉ DE EJEMPLO. UN ABRAZO.
  • Que bonita historia, me encantó.
  • ¡¡¡Realmente, me hiciste llorar, que hermosa historia, ojalá y que todos recordaramos que somos importantes y que mas importante que cada uno es la manera en la que interactuamos con nuestros semejantes, claro que podemos hacer la diferencia, claro que podemos hacer un cambio, amigas, estemos convencidas que las mejores armas que tenemos son nuestra sonrisa y nuestra sensibilidad, ejercitemos ambas. Gracias por esta historia.
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