La prudencia es la antesala de cualquier otro valor, es decir sin ella no se abre la puerta para ningún otro. ¿Y qué es la prudencia? Te preguntarás ¿Porqué debe ser mi mejor amiga?, simplemente porque es tu capacidad misma de analizar y comprobar antes de tomar decisiones anteponiendo sus mismas consecuencias, recuerda que una mala acción o decisión la mayoría de las veces tiene un elevado precio que irremediablemente debemos pagar. La prudencia forma parte de la causa y efecto en los demás valores y al mismo tiempo nos brinda equilibrio interior y una amplia capacidad de reflexión.
Digamos más claro, la prudencia es tu oportunidad permanente de ser mejor persona cada segundo ya que al reflexionar cada decisión, paso a paso cometes menos errores. Cuando tu intención sea actuar con prudencia piensa en lo siguiente:
- ¿Qué información tengo?
- Mis referencias ¿son confiables?
- ¿Me he formado un juicio apresurado o manipulado?
- ¿Es importante o no lo es tanto?
- ¿Es urgente o necesario?
- ¿Guardo en mi memoria los acontecimientos tal y como son en realidad?
- Soy responsable de que no me miento en mis propios recuerdos.
- ¿Soy verdaderamente humilde ante las circunstancias?
- ¿Tengo la capacidad de escuchar al otro?
- Ante una adversidad, ¿afronto objetivamente la realidad, mi decisión se inclina hacia el bien común?
- ¿Puedo recapitular y en silencio con una completa paz interior evalúo la situación con calma y sin precipitarme?
- ¿soy coherente en mí pensar, sentir y hacer?
- ¿Puedo prever las consecuencias favorables y desfavorables de mi decisión
- ¿Mi decisión lleva siempre la búsqueda del bien propio y el de los demás?
- ¿Estoy consciente del pasado, presente y futuro de esta decisión?
- Tengo la certeza de que a pesar de todo lo anterior, mi decisión puede ser errónea y aún así ser prudente, pues tengo la bendita capacidad de rectificar errores.
Luego entonces después de analizar todo lo anterior podemos resumir que la prudencia podría ser sinónimo de tranquilidad personal, emocional y espiritual.
¿Qué será ser prudente entonces?
Ser prudente es el hijo que recapacita antes de lastimar a sus padres.
Es el padre amoroso que corrige a su hijo, sin alterar su autoestima.
Es la madre que educa en silencio y con sencillez para moldear el carácter de sus hijos.
Son los padres que están presentes y apoyan con equilibrio ante los problemas o necesidades de los hijos.
Es el trabajador que realiza honestamente su trabajo.
Es el jefe que no se siente mejor ni más inteligente que sus empleados.
Es el agricultor que a pesar de las inclemencias del clima se esmera por tener la mejor cosecha.
Es el profesionista que pone especial interés en sus servicios que ofrece, más aún que por su sueldo.
Es el religioso que practica con verdadero ejemplo lo que predica.
Es el maestro que enseña con sincera vocación.
Es el escritor que es honesto y comparte conocimiento.
Es aquel que es buen hijo, buen padre y buen ciudadano.
Es el amigo que corresponde a la amistad de otra persona.
Es el que ante un problema de salud, analiza su condición, toma decisiones sabias, no reclama a nadie y es capaz de aceptar la voluntad divina.
Es el rico que disfruta de sus bienes sin remordimiento alguno y que con verdadero amor contribuye al bienestar de la humanidad.
Es el pobre que no se lamenta de su condición, pero intenta ser mejor cada día, por seguir adelante y hace su trabajo con esmero.
Es el que valora los talentos que tiene y los desarrolla según sus facultades.
Es el que economiza para los momentos de dificultad.
Es el que cuida y respeta su cuerpo, pues es templo del Espíritu Santo.
Es el que habla a tiempo y calla en el momento adecuado.
Es el que no maldice cuando está enojado y no promete cuando está feliz.
Esta ocasión te invito a que comiences una nueva filosofía de vida actuando con PRUDENCIA, llevando de tu mano la tranquilidad, la paz y el verdadero camino hacia la felicidad que hoy en día toda persona necesita.
Colosenses 3: 12-14
“Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo. Vivan pues, revestidos de verdadera compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Tengan paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Revístanse de amor, que es el perfecto lazo de unión. Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con éste propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos”.
Como cada semana deseo de todo corazón que Dios habite en sus maravillosos y prudentes corazones. Hasta el próximo martes.
Comentarios
HOLA ARACELI ME ENCANTA LEER TUS ARTICULOS A MI ME CUESTA MUCHO TRABAJO SER PRUDENTE ES QUE TU ERES UNA PERSONA UNICA Y ESEPCIONAL MUCHAS QUISIERAMOS SER COMO TU TE MANDO MUCHOS SALUDOS.
Realmente muy placentero leer tu artículo, es de gran importacia priorizar la prudencia en nuestras vidas, gracias por compartir. bendiciones
Este tema me hizo reflexionar profundamente de lo que es la Prudencia y para mi sorpresa al leerlo descubrí, que soy poco prudente, pero ahora sé que puedo mejorar y todo gracias a su artículo que está Super Bueno.
Gracias por compartirlo, y como siempre mi estimada Araceli, resiba mis bendiciones.
Araceli...
Buen blog q nos invita a reflexionar si vamos bien o nos regresamos...
Bien amiga...Que la prundencia sea siempre nuestra compañera.
Gracias !!