Publicado por Patricia Reza el 14 de Julio de 2021 a las 8:37am
HABLEMOS DE INSPIRARPor: Patricia Reza¿Inspirar? ¿Qué te inspira? ¿A qué te podrías dedicar el resto de tu vida?, son preguntas que me he hecho con alguna frecuencia ya que soy una creyente de que tienes que dedicarte a lo que realmente amas hacer, pero para mí eso era muy complicado de conceptualizar. Por mucho tiempo me he dicho Comunicóloga, también experta en Servicio al Cliente (naciendo en una familia que a eso se dedica no he estado errada del todo), experta en Desarrollo de Marcas, y así me he sentido especialista de varias áreas. Pero la verdad, he vivido con mucha incertidumbre de lo que quiero y he querido, no sabía ni qué quería estudiar pues, y de no haber sido por mi padre que me animó a cambiarme de área en la preparatoria, cuando se dió cuenta que había elegido la rama Económica-Administrativa como línea en el último año, hubiera vivido una carrera llena de frustraciones. “¿Pero qué haces en esa área hija? (me respondió al ver en mi hoja de selección el área 3) ¡Lo tuyo es área 4, humanidades! (Spoiler, después me di cuenta que no era tan mala en la administración, pero sí que hubiera sido un error quedarme ahí), te gusta escribir, leer, las artes ¡Eres muy buena en eso! O también medicina, con el pulso que tienes serías excelente operando", aunque eso jamás hubiera sucedido...se me hubieran muerto muchos pacientes esperando que llegara a tiempo a su cirugía, si es que escuchaba el despertador, que suelo integrar a mis sueños. El chiste el que al final me cambié de área, estudié Ciencias de la Comunicación y me especialicé en Comunicación Organizacional (que tiene un poco de administración ¿Ya ves?), pero seguía sin saber para dónde. El negocio de mi familia (enfocado en Desarrollo, Capacitación y Proveeduría para Spas) creado por mi madre, y en donde tanto mis papás como mis hermanos hemos trabajado en mayor o menor medida, era mi línea obvia. Casi al finalizar la prepa, mis papás me ofrecieron especializarme fuera de México para continuar la tradición, pero no accedí. En ese momento dije que “nunca iba a quedarme en la empresa familiar” (¡JA! spoiler, NUNCA DIGAS NUNCA...aunque no acabé en el área que esperaban), y para ese momento, estudiar Comunicación, después de la guía de área, me parecía el mejor camino. Podía verme, tal vez, en radio o periódicos, pero era muy tímida en realidad para ese momento. ¿Publicidad? probablemente, pero la gran mayoría de mi generación se fue para allá y pensé que era una industria saturada, y así, acabé especializándome en una área ligeramente administrativa, que me dió las bases para posteriormente trabajar en implicación de personal en una trasnacional automotriz (que no me encantó por la frialdad que tienen los grandes corporativos), no sin antes pasar por una agencia de publicidad, que me mostró que en serio necesitas de profesionales para armar tu marca, y si quieres ser uno de esos profesionales tienes que capacitarte muchísimo. Para cuando había pasado por varios trabajos fuera del negocio familiar, nos invitaron a participar en un proyecto con una distribución nacional para México, éramos una empresa muy pequeña para poder tener el alcance nacional y solventar el monto mínimo que se requería para iniciar el negocio, pero aún así decidimos aplicar y “ver qué pasaba”. La sorpresa fue que nos acabaron eligiendo por la capacidad y el desarrollo que ya traíamos en la industria del bienestar, y así empezamos con un trayecto que nos ha dado muchas alegrías, muchos conflictos, propios de las empresas familiares, y maravillosas enseñanzas. En el momento en que escribo éste artículo, tengo presente la importancia de encontrar las gemas escondidas de cada situación. Vivimos actualmente una pandemia mundial con el COVID-19, y estamos en reclusión voluntaria en la mayoría de las casas, pero también, en éste mes, cumplo 11 años de un secuestro que cambió mi vida en muchos sentidos, uno que afectó de manera medular a mi familia, uno que me marcó mucho, pero no desde el odio, sino desde lo que puedes hacer por el entorno cuando encuentras el aprendizaje (no sin antes odiar a todo mundo que se veía feliz, obvio necesité mi proceso). Éste episodio de mi vida, me enseñó que a través de mis experiencias buenas y malas puedo aportar algo al mundo, no desde el dolor, sino desde la acción, el amor, el trabajo en equipo y la comprensión de ambas caras de la moneda. Y entonces fue cuando entré de lleno a un organismo empresarial que me brindó, y sigue brindando, apoyo, amigos, retos y ha sido uno de los ejes principales para ser quien soy ahora, que, quien lo diría, ya puedo hablar en público y dirigir grupos, cuando literal en mis primeras apariciones me ponía de mil colores y no sabía qué decir, y tendía a ser mas bien una chica que pasaba mucho tiempo sola en sus primeros años escolares. Pero seguía en la búsqueda de mi propia voz, de algo con lo que me sintiera identificada, que me permitiera crear desde mi propia experiencia y que, a la vez, fuera mi granito de arena para hacer un mundo mejor.Cuando me di cuenta que mi principal motor para dedicarme a servicio a cliente, escribir artículos, desarrollar y dirigir sinfín de eventos, crear y dirigir grupos, ser locutora, formar marcas, desarrollar estrategias experienciales de activación y anclaje emocional, capacitar y dar conferencias de temas relacionados con todo ello, era SENTIRME INSPIRADA, pero desde el fondo de mi corazón...cuando me di cuenta que para dar un paso lo debo sentir con todo mi ser, respirarlo profundamente, y tiene que ser algo que me saque una sonrisa de sólo pensarlo, en ese momento, vi que la respuesta siempre había estado frente a mi, me cayó el veinte de que mi eje es, y tiene que ser LA INSPIRACION, esa que hace que te brillen los ojos, que no puedes fingir y que puede contagiar ambientes al igual que una pandemia, pero desde una perspectiva propositiva.Si llegara a ser el paciente cero, quisiera que el virus que se esparciera fuera ese, y desearía de corazón contagiarte del bicho que te puede ayudar, tanto como lo ha hecho conmigo. Así que partir de ahora, ya que tengo una palabra para resumir lo que quiero que sea mi profesión el resto de mi vida, la comparto contigo y te hago las misma pregunta que yo me llegué a hacer muchas veces ¿A TI QUÉ TE INSPIRA?...
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