Tal vez por mi edad, pero creo no; pués se me educó con éstas moralejas: decía mi abuela que : ni todo hay que decir, ni todo hay que callar: además que siempre pensáramos para hablar y no habláramos para pensar, ya que por desgracia nuestra lengua es una de las armas más poderosas que tenemos como humanos para destruír a los demás. ¡ Qué verdad tan absoluta ! Al pasar de los años me he dado cuenta que todo debe ser oportuno tanto callar como hablar, siempre con el ánimo de no herir a nadie,: sino de solucionar diferencias.
Comentarios
Tal vez por mi edad, pero creo no; pués se me educó con éstas moralejas: decía mi abuela que : ni todo hay que decir, ni todo hay que callar: además que siempre pensáramos para hablar y no habláramos para pensar, ya que por desgracia nuestra lengua es una de las armas más poderosas que tenemos como humanos para destruír a los demás. ¡ Qué verdad tan absoluta ! Al pasar de los años me he dado cuenta que todo debe ser oportuno tanto callar como hablar, siempre con el ánimo de no herir a nadie,: sino de solucionar diferencias.