MTG. Ancira Donaí Dueñas M.Psicoterapeuta Gestalthttp://ancira.wordpress.comEs muy cierto que, cuando hablamos de estrategias para lograr buenas relaciones sexuales con la pareja, existe una frase que ya sea que la escuchamos, la leamos o la digamos, difícilmente faltará en el listado de recomendaciones: “siempre será importante hablar con la pareja para comunicar los deseos, expectativas y fantasías eróticas de sí misma y del otro”. Pero y ¿qué sucede cuando aun a pesar de hablar y hablar pareciera que cada uno lo hace en un idioma completamente ajeno al del otro, y por lo tanto, al final no pasa nada?... ¿Hará falta algo más?Desgraciadamente sí. No será suficiente hablar acerca de lo que deseamos para que esto suceda; pues la mayoría de las veces, cuando lo hacemos, la pareja nos oye y luego, traduce lo que dijimos a su propio mapa de comunicación y desde ahí reinterpreta nuestras palabras y por lo tanto actúa en consecuencia. Cuando esto sucede, en muchas ocasiones llegan a existir sensaciones de desagrado de parte de nosotras o de ellos, y nos lamentamos que, si bien estamos siguiendo las recomendaciones de hablar, al parecer no somos claras y que cuando pedimos, lo hacemos de tal manera que nadie o sólo nosotras llegamos a comprender lo que deseamos.Recordemos, no basta con hablar, querer comunicar una idea, pedir las cosas o hasta hacerlas para que entonces así la pareja adivine o entienda lo que deseamos en realidad, y no olvidemos que cuando hablamos del ámbito sexual en la vida de una pareja, intervienen no sólo los genitales; pues entran también en juego nuestras historias de vida, la propia percepción de la imagen corporal, la autoestima, seguridad, fantasías, sueños y expectativas, sólo por nombrar algunas de ellas. Y aquí no para la lista, habremos de tomar en cuenta además de éstas, todas las de la pareja, ya reza el dicho: cada cabeza es un mundo.Cuando hablamos con la pareja acerca de nuestros deseos sigue la mejor parte: rectificar o corroborar que somos escuchadas y entendidas tal como queremos que sea, y mucho ojo, esto no significa que nuestra pareja nos escuche sin voltear a ver el monitor de la computadora o el televisor. Sino que cuando hayamos terminado de transmitir una idea o una propuesta relacionada con alguna actividad erótica que deseamos realizar, por citar un ejemplo, debemos preguntar de manera amorosa y respetuosa: ¿fui clara?, ¿me di a entender? Y en el mejor de los casos, si la situación se presta, pedirle que repita con sus propias palabras cómo fue que entendió el mensaje o qué o cuál es la idea con la que se queda. Es decir, hablar no significa que seamos claras al transmitir un mensaje y mucho menos, que nuestra pareja lo comprenda como deseamos. Es por eso que tenemos que apostar a nuestra creatividad, y si una vez hablado no tenemos la respuesta deseada o muy por el contrario, tenemos una serie de respuestas completamente diferentes a la de nosotras, basta con parar y analizar juntos qué fue lo que entendió o pidió cada uno.Una vez constatado y corroborado que fuimos claras, y que la pareja escuchó y entendió el mensaje y la invitación a mi deseo, el siguiente paso es negociarlo. Porque por muy clara que se tenga la idea de manera verbal, es necesario negociar entre su deseo y mi deseo, pues nuestras relaciones sexuales no “tienen” que ser como yo las anhelo o como la pareja las anhela. Recuerden, hablar de sexo es sinónimo de sumar no de restar, es momento de convertir en asistencias las resistencias y tal vez la próxima vez no sea como yo quiero ni como mi pareja quiera, pero sí sea de una manera gratificante que ambos construiremos tras haber negociado, comunicado y respetado el deseo del otro.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos