¡¡Pronto te diremos en dónde estará impartiendo sus cursos!!LA DESAPARICIÓN DEL UNIVERSOUna charla sobre las ilusiones, las vidas pasadas, la religión, el sexo, la política y los milagros del perdón¿Qué harías si tuvieras sentado tranquilamente en el salón de tu casa y dos misteriosos desconocidos aparecieran de la nada y te dijeran que son “maestros ascendidos” que han venido a revelarte ciertos secretos y a enseñarte los milagrosos poderes del perdón? ¿Llamarías a la policía?¿Llamarías al psiquiatra? ¿Llamarías para pedir una pizza?Cuando en 1992, estos dos maestros se presentaron ante Gary Renard, él eligió escucharlos (y plantearles muchas preguntas impertinentes). El resultado es este libro: un registro de 17 conversiones mantenidas a lo largo de una década, que reorientaron la vida del autor y dieron al mundo una introducción –sin concesiones- a la enseñanza espiritual que está destinada a cambiar la historia de la humanidad.“Durante nuestros intercambios también descubrirás lo que realmente eres, cómo llegaste aquí, por qué tú y el resto de los humanos os comportáis exactamente como os comportáis y sentís lo que sentís, por qué el universo sigue repitiendo los mismos patrones una y otra vez la gente se pone enferma, descubrirás la razón que está tras los fracasos, los accidentes, las adicciones y los desastres naturales, la verdadera causa de la violencia, los crímenes, la guerra y el terrorismo; y también descubrirás la única solución significativa a todas estas cosas y cómo aplicarla…No vamos a hacer concesiones, y ello no siempre te gustará. Pero eso no tiene importancia. Si te diéramos todo lo que crees que deseas, al mes siguiente estarías buscando alguna otras cosas. Hemos recorrido el camino a la velocidad que Díos nos marcó. Ahora nuestra intención es ayudarte a encontrar el tuyo.Gary R. Renard, autor de La Desaparición del Universo nació en la histórica Costa Norte de Massachusetts, donde eventualmente llegó a ser un exitoso guitarrista profesional. Durante la Convergencia Armónica de 1987 oyó un Llamado y empezó a llevar su vida en otra dirección. Luego, a comienzos de la década de los noventase trasladó a Maine, donde vivió un poderoso despertar espiritual. Tal como se le había instruido, escribió lenta y cuidadosamente La Desaparición del Universo (al que cariñosamente se refieren sus lectores como "DU") a lo largo de un periodo de nueve años.ARTEN Y PURSAH APARECEN(extracto)Durante la semana de la Navidad de 1992, me di cuenta que tanto las circunstancias de mi vida como mi estado mental lentamente habían ido mejorando en el transcurso del último año. La Navidad anterior las cosas no me habían ido bien, sintiéndome muy descontento por la aparente escasez que había en mi vida. A pesar de haber logrado cierto éxito como músico profesional, no había conseguido ahorrar mucho dinero. Me esforzaba en mi nueva profesión como agente de bolsa, y estaba en el proceso de demandar judicialmente a un amigo y antiguo socio de negocios que, en mi opinión, me había tratado injustamente. Entretanto, aún estaba recuperándome de unaquiebra financiera ocurrida cuatro años antes, resultado de la impaciencia, de gastar despreocupadamente y de inversiones aparentemente buenas que salieron mal. No lo sabía, pero me encontraba en guerra conmigo mismo, y estaba perdiendo. En ese entonces tampoco sabía que prácticamente todo el mundo se encontraba en guerra y estaba perdiendo, aunque parecía que estuvieran ganando.De repente, algo cambió en lo más profundo de mí. Durante trece años había estado en una búsqueda espiritual en la que había aprendido muchas cosas pero sin haberme tomado el tiempo necesario para aplicar las lecciones recibidas, pero entonces una nueva certeza surgió en mí. Las cosas tienen que cambiar, pensé. Tiene que haber una mejor manera de hacer las cosas.Escribí al amigo que estaba demandando para informarle que iba a desistir de la acción legal con el propósito de comenzar a eliminar los conflictos de mi vida. El me llamó para agradecerme, y así comenzamos a reconstruir nuestra antigua amistad. Con el tiempo aprendería que este mismo tipo de situación, en distintas formas, se había repetido, miles de veces en décadas anteriores, cuando personas en conflicto emprendieron el proceso de deponer sus armas para rendirse a una sabiduría interior más grandeA partir de ahí intenté poner en marcha el perdón y el amor en las situaciones que afrontaba cotidianamente, tal como entonces comprendía tanto al perdón como al amor Obtuve algunos resultados buenos, pero también me topé con serias dificultades, especialmente cuando alguien tosigaba en mis zonas más sensibles. Pero al menos parecía que estaba empezando a cambiar de dirección. Durante este periodo comencé a observar pequeños destellos de luz que se producían en el rabillo del ojo o alrededor de ciertos objetos. Estos nítidos destellos luminosos no ocupaban todo mi campo visual, sino que se concentraban en ciertas áreas concretas. No entendí susignificado hasta que se me explicó posteriormente.A lo largo de aquel año de transformaciones oré a menudo a Jesús para que me ayudara, siendo Él el profeta de la sabiduría que yo más admiraba. . Sentía una misteriosa conexión con Jesús, y en mis oraciones solía decirle cuanto deseaba volver dos mil años atrás y de esta forma saber cómo era aprender de él en persona.Y así, durante la semana de la Navidad de 1992, mientras meditaba en la sala de mi casa en una zona rural del estado de Maine, me ocurrió algo excepcional. Estaba solo porque trabajaba en casa y Karen, mi esposa, viajaba todos los días por su trabajo en Lewisnton. No teníamos hijos y disfrutaba pues de un entorno muy tranquilo, interrumpido sólo por algún ocasional ladrido de nuestro perro Nupey. Cuando concluí la meditación, abrí los ojos y me quedé anonadado al comprobar que no estaba solo. Con la boca abierta, aunque sin pronunciar ningún sonido, miré fijamente enfrente mío a un hombre y una mujer que estaban sentados en mi sofá, mirándome directamente, con sus sonrisas amables y unos ojos lúcidos y penetrantes. No había en ellos nada que me resultara amenazador; de hecho, tenían un aspecto extraordinariamente apacible que me brindaba una sensación de amparo. Evocando este suceso, me pregunto por qué no tuve más miedo, dado que estas personas, de apariencia muy sólida, parecían haberse materializado de la nada. Aún así, la primera aparición de mis futuros amigos fue tan surrealista que, de algún modo, el miedo no parecía una reacción apropiada.Las dos personas parecían tener unos treinta años y un aspecto muy saludable. Su indumentaria era elegante y contemporánea. No se parecían en nada al aspecto que yo hubiera le atribuido a los ángeles, maestros ascendidos o cualquier otro tipo de ser divino. No había luz ni auras resplandecientes a su alrededor. Uno bien podría haberlos visto cenando en un restaurante y no prestarles atención. Ahora no podía dejar de notar que estaban sentados en mi sofá, y me di cuenta de que miraba más a la atractiva mujer que al hombre. Advirtiendo esto, ella habló primero.Pursah: Hola, querido hermano. Puedo ver que estás asombrado, pero no atemorizado. Yo soy Pursah, y éste es nuestro hermano Arten. Aparecemos ante ti como símbolos cuyas palabras facilitarán la desaparición del universo. Digo que somos símbolos porque cualquier cosa que parece tomar forma es simbólica. La única realidad verdadera es Dios o espíritu puro, que en el Cielo son sinónimos, y tanto Dios como el espíritu puro no tienen forma. Por tanto, en el Cielo no existen conceptos como masculino y femenino. Cualquier forma, incluyendo tu propio cuerpo, que se experimente en el falso universo de la percepción —— debe, por definición, simbolizar otra cosa. Éste es el verdadero significado del segundo mandamiento: "No te harás ídolo, ni semejanza alguna". La mayoría de los especialistas en textos bíblicos han considerado a este mandamiento en particular como un misterio. ¿Por qué no querría Dios que se hiciera ninguna imagen a semejanza de Él? Moisés pensó que la idea era librarse de la idolatría pagana. El verdadero significado es que no deberías hacer ninguna imagen de Dios porque Dios no tiene imagen. Esta idea es primordial para lo que te diremos más adelante.Gary: ¿Podrías repetir eso de nuevo?Arten: Gary, repetiremos las cosas todas las veces que sean necesarias para que las aprendas, y una de las cosas que notarás es que te hablaremos cada vez más en tu propio estilo de lenguaje. De hecho, te vamos a decir las cosas claramente y sin rodeos. Pensamos que eres lo suficientemente adulto para entenderlas, y no hemos venido aquí a perder el tiempo. Has pedido ayuda a Jesús. Él habría estado muy contento de venir personalmente, pero no es eso lo que se requiere ahora. Nosotros somos sus representantes. A propósito, la mayor parte del tiempo nos referiremos a Jesús llamándole "J". Tenemos su permiso para hacerlo y cuando llegue el momento te explicaremos el porqué. Tú querías saber cómo era estar allí, con él, hace dos mil años. Nosotros estuvimos allí y nos alegrará contártelo, aunque te sorprenderá saber que ser discípulo suyo en el presente tiene más ventajas que entonces. Una de las cosas que vamos a hacer es plantearte cuestionamientos del mismo modo que repetidamente J nos los planteaba a nosotros, tanto en el pasado como en lo que tú piensas como el futuro. No vamos a ser condescendientes contigo ni te vamos a decir lo que quieres oír. Si quieres que te traten con guantes de seda vete a un parque infantil. Si estás dispuesto a ser tratado como un adulto que tiene derecho a saber por qué a la larga nada puede funcionar en tu universo, entonces, iremos derecho al grano. También aprenderás tanto la causa de esta situación como el modo de salir de ella. ¿Qué dices?Gary: No sé qué decir.Arten: Excelente. Buena cualidad en el estudiante, siendo un requisito igualmente notable el deseo de aprender... Para ayudarte, no habremos de brindarte la denominada sabiduría de los siglos, que tanto deleita a los genios espirituales contemporáneos. En cambio, aprenderás que la mayor parte de lo que el mundo considera sabiduría de los siglos en realidad es falsa. La "divina inteligencia del universo" es una frase que vale la pena desenmascarar. Aprenderás que los bebés no nacen con la pizarra en blanco, que no nacen con una tendencia natural al amor pero que luego son corrompidos por el mundo, y descubrirás que para regresar a Dios, tienes un trabajo que hacer: no un trabajo en el mundo, sino con tus pensamientos. Durante la mayor parte de nuestros encuentros te parecerá quejuzgamos, y mucho. Esto responde a una buena razón: la única alternativa posible para enseñarte es contrastando el pensamiento del Espíritu Santo con el pensamiento del mundo. Su juicio es sano y conduce a Dios. Tu juicio es pobre y te conduce a este mismo lugar una y otra vez.Pursah: Durante nuestras visitas también descubrirás aquello que en eres en realidad, cómo llegaste aquí, por qué tú y el resto de la gente os comportáis exactamente como os comportáis y sentís lo que sentís, por qué el universo sigue repitiendo los mismos esquemas patrones una y otra vez, por qué la gente enferma, la razón que se encuentra detrás de todo fracaso, accidente, adicción y desastre natural, la verdadera causa de toda la violencia, los crímenes, la guerra y el terrorismo en el mundo; y también descubrirás la única solución significativa a todas estas cosas y cómo aplicarla.Gary: Si puedes decirme todo eso, te ganas un premio.Pursah: Sólo hay un premio por el que todo el mundo debería interesarse.Gary: ¿El Cielo?Arten: Sí. Debes haber oído que la verdad te hará libre. Eso es cierto, pero nadie te dice qué es la verdad. Has oído que el Reino de los Cielos está dentro de ti. Eso también es cierto, pero nadie te dice cómo llegar allí. Si lo hicieran, ¿escucharías? Puedes guiar a un ser humano hasta la fuente, pero no puedes obligarle a beber. Nosotros te indicaremos dónde está el agua, pero sólo la beberás si estás preparado para una espiritualidad que, como la verdad, no es de este universo. Una de las diferencias fundamentales entre las enseñanzas de J y las enseñanzas del mundo es ésta: las enseñanzas del mundo son producto de una mente dividida e inconsciente. Una vez esto,tienes que hacer concesiones, y en cuanto haces concesiones dejas de tener la verdad. Nosotros no haremos concesiones, y no siempre te gustará. Eso no tiene importancia. Si te diéramos todo lo que crees que deseas, estarías buscando alguna otra cosa al mes siguiente. No nos necesitas para que te ayudemos a sentirte bien con un universo que nunca ha valido su precio de admisión, y que nunca lo valdrá.Hay algo mucho mejor por lo cual sentirse bien. Hemos recorrido el camino a casa a la velocidad deDios. Ahora nuestra intención es ayudarte a encontrar el tuyo...La desaparición del universoGary R. RenardEditorial Sirio
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