El grado de satisfacción que los miembros de una pareja lleguen a experimentar en su relación es algo que va más allá del amor que sienta el uno por el otro. Las parejas que son más felices, que disfrutan más de su relación son aquellas que cultivan mejores lazos de amistad entre ellos y son más inteligentes emocionalmente. Reconocen y manejan mejor sus propias emociones y reconocen y reaccionan mejor ante las emociones del otro. Además, se tratan como mejores amigos.
Cuando en una relación de pareja alguno de los miembros tiene dificultades para modular sus reacciones emocionales ante los conflictos cotidianos normales, generalmente esto puede llevar a que el otro se sienta abrumado por esta intensidad, busque poco a poco retraerse y termine evadiéndose de la relación.
Las dificultades que uno o ambos miembros de una pareja pueden tener para reconocer sus propias emociones y las del otro, las reacciones impulsivas y demasiado intensas ante los problemas cotidianos, son circunstancias que pueden poner en serio peligro una relación.
Las parejas que suelen terminar divorciándose o llevando vidas paralelas bajo el mismo techo, han establecido pautas de relación que se caracterizan por tener discusiones en las que más que quejarse por alguna situación específica, hacen críticas amplias sobre la manera de ser o la personalidad del otro. Además, plantean sus argumentos hacia el otro de manera despectiva, sarcástica o burlona. Las críticas y el desprecio en forma de bromas hostiles, insultos o gestos hacen prácticamente imposible resolver cualquier problema que se esté discutiendo ya que llevan implícitos el mensaje de que “se está disgustado con el otro” y desde esta postura suele aumentar aún más el conflicto.
A la crítica y el desprecio suelen seguirle generalmente el surgimiento de actitudes defensivas, de contraataque, que exacerban los intercambios violentos entre los miembros y que suelen terminar con grandes reacciones explosivas. Después de un tiempo, de este tipo de patrón de relación los miembros de la pareja terminan alejándose, separándose física o emocionalmente tratando de evitar sentirse constantemente abrumados, tensionados por su pareja.
Así, actualmente puede predecirse con bastante precisión, con un 80 o 90 % de exactitud, cuáles son las parejas que terminarán separándose (Gottman, 1999) observando la presencia de estos factores en sus estilos de relación. Estar atentos a estos focos rojos, hacer algo para cambiarlos, buscar ayuda si llegara a ser necesario, puede hacer la diferencia en nuestra relación.
Comentarios
Entiendo, es muy doloroso! Si hay el deseo de rescatar su relacion, tal vez quieran probar trabajar en terapia de pareja antes de decidirse a terminar.