Hasta hace algún tiempo, era común escuchar que cuando en una familia sólo había mamá o papá, por razones de divorcio, se trataba de una familia disfuncional. Hoy este concepto se ha transformado.
Una familia disfuncional es aquélla incapaz de proveer a sus miembros, lo necesario para que se desarrollen sanamente en el ámbito físico, mental y emocional. No se trata de la “familia perfecta”, pero sí de un sistema de relaciones dinámicas y flexibles para garantizar la satisfacción de necesidades materiales y no materiales, a pesar de las posibles diferencias y conflictos que se presenten. Ya no se trata, entonces, de calificar a la familia como disfuncional, porque no cumplen con el estereotipo de papá, mamá, hijos y hasta mascota.
¿Cómo saber si tu familia es disfuncional? Hay ciertas situaciones que te permitirán identificarlo:
- Si se presentan abusos de diversa índole: puede existir el maltrato físico de alguno de los padres hacia la pareja y hacia los hijos; uso de lenguaje ofensivo, abuso sexual, falta de equidad en el trato hacia las hijas con respecto de sus hermanos; peleas constantes entre los padres frente a sus hijos; indiferencia ante las necesidades de sus integrantes; asignación de responsabilidades excesivas a los hijos menores (como encargarles quehaceres que no pueden ejecutar o el cuidado de sus hermanos), entre otras manifestaciones.
- Si hay deficiencias en la comunicación, ya sea por falta de ésta o por continua existencia de “malos entendidos” que producen reacciones defensivas. Los gritos y acusaciones son constantes para evadir la responsabilidad sobre los actos cometidos. Hay descalificación de uno o más de los miembros de la familia.
- Si existe ausencia de empatía cuando se exponen ideas, opiniones o argumentos. Esto se refleja también en el aislamiento de los miembros de la familia, quienes dejan de convivir, incluso a la hora de los alimentos. Todos están encerrados en su espacio, utilizando sus dispositivos, con lo que se acaban las charlas familiares.
- Hay disfuncionalidad, también, cuando los padres se mantienen ausentes de la casa, aun siendo por razones laborales, pero se percibe la desconexión con lo que sucede en ésta. Son familias que pierden el contacto físico: no hay abrazos, besos, palmadas en la espalda; tampoco felicitaciones en los cumpleaños y se olvida cualquier tipo de reconocimiento a los logros de sus integrantes, es más, ni siquiera se escucha un “¿Cómo te fue hoy?”. He platicado con padres que no se acuerdan de la edad de sus hijos o de la carrera que están estudiando.
- Otra característica es la presencia de adicciones. Uno o ambos padres se sumergen en sus conflictos existenciales y evaden la realidad bajo el efecto de estupefacientes, olvidando su responsabilidad con los hijos.
- En todos estos casos, un síntoma frecuente es solicitar a la familia que guarde silencio; que de ninguna manera se externe la problemática que se vive, porque al cabo que “a nadie le importan nuestros problemas”. Hay chantajes; el amor se condiciona a la complicidad, a la sumisión y a la obediencia absoluta.
No es necesario que estén presentes todas estas circunstancias, con alguna de ellas es suficiente para iniciar una relación disfuncional.
¿Qué sucederá con los miembros de estas familias disfuncionales?
Existen múltiples consecuencias para los miembros de estas familias, entre ellas:
- Se llevan la agresividad fuera de casa porque desarrollan un delirio de persecución: todos quieren hacerles daño.
- Son muy exigentes consigo mismos y consideran que nadie estará satisfecho con su nivel de desempeño.
- Los hijos copian los patrones de comportamiento cuando forman su propia familia.
- Viven en negación y argumentan que “esas cosas” que les ocurren o les han ocurrido, suceden en todas las familias.
- Arrastran rencores hacia ambos padres a lo largo de su vida.
- Asumen que no son merecedores de tener algo mejor; su autoestima se ve seriamente lastimada.
- Desarrollan ansiedad y/o depresión, además de padecer las enfermedades asociadas a éstas.
- Tienen problemas para socializar.
Recuerda que el primer paso para resolver el problema, es reconocer que está ocurriendo.
Si necesitas ayuda escríbeme a gabycruzcoach@gmail.com
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