Es una noche calurosa, aún no oscurece totalmente. Eloísa camina tomada de la mano de José. Ven a lo lejos como se dibuja el contorno de la serranía. Toman su camino lentamente, sin prisa pero con la convicción de que tienen que llegar.En el pueblo aún no notan su ausencia. La gente empieza a recogerse en sus casas presa del temor. Nadie quiere que le den las nueve, pues es la hora en que todo empieza...Las calles se quedan muy solas, el viento empieza a soplar con más fuerza. Es un viento helado que parece rugir y querer meterse por las rendijas de las puertas, de las ventanas.En una de tantas chozas se encuentra Manuela con sus dos hijas. Duermen en una litera Teresa y Concha. En otra cama está Manuela, mujer devota y de mucha fé.Hace unos días al atrancar la puerta, Manuela tuvo la sensación de que era observada, desde fuera de su choza. No prestó atención pues supuso que era su imaginación con tantos problemas que traía en la cabeza. Pero luego de esto, no sólo fue la misma sensación, sino que alcanzó a ver una sombra que se metía a su casa.En el pueblo, durante el día la gente murmuraba que algo malo flotaba en el aire, que el mal estaba al acecho. Muchos se dirigían a la iglesia para, junto con el sacerdote del lugar, elevar oraciones pidiendo tranquilidad para todos.Pasados unos días Manuela notó algunos cambios en Teresa, que se torno agresiva, majadera, sobre todo con su hermana. Una de tantas noches después de hacer sus oraciones , las tres se dispusieron a dormir. De pronto Teresa empezó a patear el colchón de Concha, cada vez con más fuerza hasta que Manuela con un grito quiso calmarla. ¡Aplácate Teresa,que stás loca o qué! En ese momento la cama empieza a agitarse con fuerza hasta hacerla caer de rodillas muy cerca de Teresa. Levanta la vista lentamente y contempla a la niña, que tiene los ojos brillantes, muy abiertos y con voz enronquecida le contesta: "...cállate vieja y no te metas.." Para después caer en un sueño profundo.Al día siguiente Manuela acude con el cura del pueblo a contarle lo sucedido. El sacerdote le aconsejó vigilar a Teresa y darle un poco de agua bendita en sus comidas.Pero las cosas no pararon ahí, Teresa siguió con actitudes raras. La última fue cuando empezó a golpear a Concha, niña flacucha de unos 9 años (Teresa tenía unos 11 años). Una noche en que Manuela aún no regresaba, Concha quiso jugar sobre la cama de su mamá y empezó a dar de brincos. De pronto de la litera salta Teresa y se abalanza sobre ella, golpeándola sin piedad y con fuerza sobrenatural. Llega Manuela sobresaltada y nerviosa, presintiendo que algo no está bien. Al encontrarse con esta escena, corre y trata de separar a sus hijas. Cuando lo logra Concha está bañada en sangre y Teresa con respiración agitada la mira agresiva, con odio y empieza a temblar mirando hacia la puerta de la choza. Manuela voltea rapidamente para saber qué es lo que tanto llama la atención de su hija y se encuentra con que hay un cuerpo, que no sabe si es de humano o de animal. Es pequeño, de grandes ojos brillantes y amarillos, el cuerpo es negro y recubierto por algunos pelos. Al notar que Manuela lo ha visto, empieza a aullar y gritar "..ataca, ataca..." Manuela cae de rodillas y abrazando a sus hijas empieza a rezar, sacude el cuerpo de Teresa y haciendo un gran esfuerzo, logra tomar el agua bendita y la empieza a rociar sobre su hija. Teresa cae como en un sopor, suda, tiembla y murmura cosas que no se entienden. Después... no recuerda nada.El sacerdote del pueblo da aviso del hecho a las autoridades, por lo que mandan a investigar a Eloísa y José, que son estudiantes de psiquiatría. Se dirigen a la serranía ya que las personas mayores mencionan que desde que ellos eran niños pasaban cosas así y que entonces se decía que era un ser mitad hombre, mitad bestia enviado para acabar con las almas buenas.Llegan casi a la cumbre del cerro y encuentran una cueva cuya entrada es pequeña. Al asomarse perciben un fétido olor y deciden esperar. Después de algunos minutos, ven horrorizados que sale algo parecido a un animal, pero camina en dos patas. Su cuerpo es negro y parece gravitar. No toca el suelo y avanza rapidamente hacia ellos. Los ha visto! Corren desesperadamente pero la bestia los alcanza y sin saber cómo, en un minuto no queda ningún rastro, simplemente se esfumaron.Después de estos hechos nadie ha intentado saber más, investigar. Teresa por un tiempo siguió viviendo esa pesadilla y luego, así como llegó se fué.Compartir Twitter Facebook
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Comentarios