Dicen que “nadie puede dar lo que no tiene”, y es una realidad, aunque a veces no se quiera reconocer. Hay personas que dicen “es que he amado a esa persona más que a mí mismo”, pero suele haber aquí, una confusión en los sentimientos.
Cuando el individuo se entrega, a tal nivel, que ignora sus necesidades, deseos y aspiraciones; con una intensidad que lo pone en riesgo porque está dispuesto a humillarse, a renunciar a sus metas de vida, a olvidar su dignidad…obviamente no está amando, más bien, ha desarrollado un nivel de codependencia peligroso, porque, al mismo tiempo que se da al otro sin condición, espera que ese otro se quede por reconocimiento a sus “sacrificios”.
Cuando situaciones como la descrita se presentan, quien es “amado” de esa forma enfermiza, lejos de agradecer y amar de la misma manera, frecuentemente termina despreciando al dependiente, sintiendo su presencia como un lastre que no soporta cargar sobre su espalda.
Eso no es amor, pero no podrá comprenderse, hasta que se ame a sí mismo. Otro dicho afirma que “se predica con el ejemplo”. ¿Qué clase de ejemplo sobre cómo amar, damos a los demás, cuando demostramos rechazo hacia nuestra persona?
Molina (1997) dice que la autoestima presenta cuatro componentes:
- Actitud, que tiene que ver en el qué piensa la persona de sí misma y cómo se demuestra el amor que se tiene.
- Cognición, referido a las ideas, opiniones y creencias que se tienen sobre sí mismo.
- Afecto, al reconocer lo positivo de su persona y aceptando lo negativo sin culpa.
- Comportamiento, dirigido a actuar a favor de sí mismo, de una manera congruente con los otros componentes.
Algunas preguntas que pueden ayudarnos a establecer qué tanto nos amamos, son éstas:
¿Encuentras en ti más cualidades, que defectos?
¿Confías en tus decisiones?
¿Vives libre de culpa por tus errores del pasado?
¿Festejas tus triunfos?
¿Te hablas con respeto?
¿Defiendes tu integridad?
Reflexiona y responde con absoluta sinceridad; si tus respuestas son afirmativas, ¡felicidades!, tienes una alta autoestima y, por lo tanto, te amas profundamente, pero, si respondiste que no, a alguna de ellas y eres una persona agresiva, exageradamente tímida, crítica, preocupada de lo que opinan de ti, con miedo a equivocarte, que alardea para que otros te vean superior, con la necesidad de defenderte de todo y de todos…entonces tu estima está lastimada y te encuentras lejos de enamorarte de tu persona y, claro está, de ser feliz.
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