Blogs

Todos caminaron. Pero pocos dejaron huellas...

José Narosky

El  domingo de Pascua, algunas (os) lo celebraron, otras (os), quizá no, pero independientemente de nuestro credo o religión, la palabra “pascua”, tiene un significado, que bien podemos aplicar, emplear y usar en cada día.

La palabra “Pascua”, proviene del hebreo “Paso”.

Como referencia, podemos comentar, que la Pascua en la Iglesia Católica, es la fiesta principal, corazón y punto álgido del calendario litúrgico, es la fiesta más importante de todo el año ya que en ella se celebra el "paso" de Jesús de la muerte a la vida. Los judíos celebraban -y celebran en la actualidad- el "paso" (la Pascua) del Mar Rojo del pueblo hebreo hacia la liberación de la esclavitud.

Los huevos de pascua, se han usado los huevos coloreados desde tiempos antiguos como un símbolo de Pascua, y es asociado con la llegada de la primavera. Los huevos simbolizan nacimiento, fertilidad, y una nueva vida en muchas culturas.

Este tiempo de pascua, es un tiempo que nos debe dar una nueva vitalidad, que haga florecer las semillas y granar los frutos de nuestra existencia.

Sin duda, fiesta semítica del retorno primaveral de la vegetación, ello lo podemos interpretar como una vida nueva, un nuevo sentido a nuestro camino.

Que este día de Pascua, nos haya invitado a dar ese paso, a andar esa senda, esa vereda que hemos intentado realizar…

Una pisada mas, puede ser la invitación que nos hace la terapeuta María José Bayard a… “SER RESPONSABLES DE NUESTRAS VIDAS y destinos.” Así es, nosotros podemos construir y elegir nuestro propio camino. Tenemos un don, algo que hemos venido a desarrollar a la tierra, que forma parte de la solución para alguien más…”

Una huella mas, puede ser “Vivir”, el mayor capital que poseemos es la propia vida y, en consecuencia, no encontramos con facilidad las fórmulas adecuadas para administrarla ni, mucho menos, para aprovecharla extrayendo todo su jugo.

François Jullien, profesor de la Universidad de París y director del Centro del Pensamiento Moderno, nos proporciona una serie de conceptos que pueden servirnos de estímulo para replantearnos algunos de los principios fundamentales que orientan nuestros planteamientos sobre la felicidad.

El punto de partida del autor es la concepción china que señala exactamente cómo vivir. Se trata de buscar un sendero temporal hacia una meta prefijada, como un desarrollo armónico y unitario.

Y atrevernos a dejar una marca personal, a través de “olvidar”, recordando las palabras de Zenaida Bacardí de Argamasilla…

… “Los pasos tambaleantes, los pasos retrasados,
los pasos hacia atrás…
¡Olvídalos!

Los sueños consumidos, las ilusiones hechas cenizas,
los intentos hechos polvo y el amor hecho recuerdo…
¡Olvídalos!
Las estrelladas apagadas, los días opacos, el tiempo en blanco,
la luna dividida y las horas de cerrazón…
¡Olvídalas!
Las espinas largas y hondas, los secretos angustiosos y tristes,
las piedras altas e insalvables…
¡Olvídalas!
Párate en la proa de tu barco, levanta de nuevo las velas,
mira hacia lo largo y lo ancho.”

Tengamos hoy la audacia y la osadía de arribar a esa ruta, a ese camino, dando ese paso…