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¿Alguna vez has sentido que no sabes qué dirección tomar por miedo a equivocarte?

Efectivamente, tomar una decisión a veces puede resultar complicada.

¿Cómo reaccionar cuando alguien te propone una nueva idea o una nueva solución a determinado problema?

La mayoría de las personas tienden a reaccionar instintivamente de forma binara, “aceptando o rechazando la opción o de plano se quedan muy confundidos sin poder responder”.

En la actualidad, uno de los mejores pensadores, a mi juicio es De Bono, él propone el enfoque MMI,  para tomar decisiones y para no caer en este simplisismo de aceptar  o rechazar.

El enfoque MMI; se refiere a MÁS, MENOS E INTERESANTE. Cuando te propongan una idea nueva o una solución a un problema, anota durante 3 minutos:

• Las ventajas
• Las desventajas y los
• Puntos que re parezcan interesantes

El MMI es una manera maravillosa de reducir nuestros prejuicios y ampliar nuestro horizonte mental.

1)          Si te das la oportunidad de plantearte varios puntos, tendrás fundamentos para tomar una decisión sin emitir juicios anticipados que pueden ser errores.

2)          Ten en cuenta todos los factores, estudia los puntos en conflicto y hazte preguntas.

Nunca te precipites a tomar una decisión que no te convence o que te quieran imponer.

3)          Analiza las consecuencias. Una de las características que nos diferencia de los animales, es la capacidad de imaginar las consecuencias o el resultado de una decisión en cuatro momentos futuros:

• Inmediato
• Corto plazo (1 a 5 años)
• Mediano plazo (5 a 20 años)
• Largo plazo (más de 20 años)

No tomes decisiones precipitadas, sobre todo si los resultados te van a afectar varios años.

4)          Descubre de verdad lo que deseas, o sea tus metas verdaderas.

Cuando haces una lista de las razones que te induce a actuar de determinada manera y reflexionas seriamente sobre ellas, descubres con claridad lo que realmente deseas conseguir y eso hará que tus objetivos secundarios NO interfieran en la realización de tus objetivos.

5)          Considera tus prioridades.

Es común que hagamos lo que el corazón nos dice que debemos hacer, pero el impulso no es una buena arma para razonar, pregúntate de qué necesitas más y dale prioridad a los más necesario y aprende a pensar con la cabeza y no con el corazón.

6)          Ponte en el lugar del otro.

Es frecuenta que una decisión, o que la resolución de un problema choque con el modo de pensar de otros.

Cuando te bajas de tu macho y te das oportunidad de ponerte en los zapatos del otro,  comprendes mejor la situación, porque se amplía tu perspectiva y nunca hagas lo que no te gustaría que te hicieran.

7)          Busca alternativas.

Abandona tus prejuicios y se te van a ocurrir posibilidades inimaginables; ya después tiras a  la basura las opciones descabelladas.

Decidir con buen juicio es una capacidad que cualquiera puede adquirir y mejorar, siguiendo pautas específicas.

Llevando a la práctica estas 7 claves, podrás solucionar muchos de los conflictos que te quitan el sueño.

Acuérdate que si tú no tomas en tus manos la dirección de tu vida, alguien lo hará por ti.