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Escuela para Padres…Educación sexual, educación para el amor

Mtra. Gloria Fernández Camacho

La educación sexual significa ayudar a los pequeños a ser conscientes del sexo al que pertenecen y a sentirse satisfechos con él. Que aprendan que sean niños o niñas, son igualmente valiosos como seres humanos y que sus diferencias hacen más interesante y completa nuestra vida. Que tanto niños como niñas tienen los mismos derechos y también las mismas obligaciones; que ambos pueden participar en las actividades de la casa, de la escuela y de su comunidad, pues son igualmente inteligentes y deben tener las mismas oportunidades para desarrollarse. Aunque sean muy pequeños, hay que darles ejemplo y fomentar el respeto a todos los seres humanos, cualquiera que sea su género o preferencia sexual.

El pequeño que ve a sus padres tratarse con cariño y respeto, que solucionan sus problemas sin agredirse, que se apoyan en distintas actividades  y disfrutan de la vida juntos, está aprendiendo lo fundamental de una relación entre un hombre y una mujer. Si no hay una pareja, este aprendizaje puede darse a través de las relaciones entre los miembros de la familia y del amor con que nos tratemos.

La educación sexual consiste en propiciar en los pequeños el conocimiento, cuidado y respeto por su cuerpo y el de los demás. A partir de que el pequeño deja los pañales, descubre otras partes de su cuerpo y con ello nuevas sensaciones. Tocarse los genitales le produce placer y suele hacerlo con cierta frecuencia; esto es parte natural del desarrollo sexual infantil y no provoca ningún problema en la vida adulta. Si sorprendemos al pequeño estimulándose, no debemos regañarlo, ni castigarlo, pues podría asociar la sexualidad con algo sucio o malo. Debemos advertirle con claridad al niño que nadie tiene derecho a tocar sus partes íntimas y si alguna persona extraña o de la familia trata de hacerlo, debe avisar a sus padres o maestros inmediatamente, ya que ellos lo protegerán siempre.

La curiosidad sexual en los preescolares es natural y se expresa a través de preguntas sencillas, la exploración de su propio cuerpo, la atención al cuerpo de otros niños y adultos y la observación de la conducta sexual de los animales y las personas. Esto supone que tengamos una actitud abierta para responder a sus dudas de una manera sencilla, natural, clara, dándole los datos que nos pide y alentarlo a que exprese lo que siente, piensa o le causa curiosidad. Tendremos que prepararnos para saber qué responderle sin ponernos nerviosos, sin evasivas, para que el pequeño tenga la confianza de volver a preguntarnos y no busque información en otra parte.

Cuando demos información sexual al pequeño es conveniente hacerlo con brevedad y sencillez para que sea capaz de entenderla y asimilarla. Nunca demos una respuesta falsa que luego tengamos que desmentir. Los padres no deben dejar en otras manos la responsabilidad de la educación sexual de sus hijos. La educación sexual que se da adecuadamente, con respeto y a su debido tiempo, estará educando a nuestros pequeños para vivir plenamente y con felicidad el amor.

Recomendaciones

-       Dar las mismas oportunidades a niños y niñas.

-       Procurar que todos los miembros de la familia participen en las labores del hogar.

-       Cuando hable con sus hijos o alumnos refiérase a las partes y funciones corporales con el nombre correcto.

-       No se alarme si sorprende al pequeño en jugueteos sexuales con sus hermanos o amiguitos, es un proceso de curiosidad natural, distráigalos hacia otra actividad.

-       Cuando el pequeño pregunte algo relacionado con la sexualidad, indague exactamente lo que desea saber y conteste de manera clara, sencilla y siempre con la verdad.