Escritoras 5.5.- Atrapada en los Hábitos

+ 5.4.- LA PASION DE ANDROMEDA O EL CULMEN DE MARGOT+ 5.6.- AGONIA DE AMOR+ Minga y su Narrativa: El daño de un Hábito y de otros hábitos carnales+ WordPress:http://es.wordpress.com/tag/nuevas-escritoras-mexicanas/Nunca he logrado saber cuál es la frontera entre la realidad y la imaginación de los Autores, cuando se trata de historias de la conducta humana desde un enfoque psicológico o psiquiátrico. En esta muy bien lograda narrativa de Minga sobre un tramo de la vida sin destino de Beca, aparecen una monja violadora, un entramado de relaciones de pareja a destiempo, engaños, tríos y sucesión de encuentros efímeros. Y me crea interrogantes: ¿Pasó en la vida real o, fue un recurso del profesor Castellanos para preparar mejor a sus alumnos? ¿O es puramente creación de Minga? ¿O un poco de todo? La única forma de saberlo es, leyendo:ATRAPADA EN LOS HABITOSMingaEra una calurosa mañana de verano, de ésas en las que no sopla ni el más ligero viento, las hojas de los árboles estaban estáticas, el cielo de un azul muy claro, sin nubes y el ambiente en general parecía más radiante que de costumbre.El calor, agobiante e inaguantable pero, a pesar de ello, todos los estudiantes del séptimo semestre del Área Clínica de la Facultad de Psicología, esperábamos ya sentados en el Aula Magna la presencia del Director de Área, quien nos había citado, como cada fin de mes, para presentarnos un caso clínico, a manera de examen, con la finalidad de que estableciéramos el posible diagnóstico.Finalmente el profesor Castellanos llegó y, después de un amable “buenos días”, sin más preámbulo inició su presentación de la siguiente forma:“Podríamos creer que la protagonista de esta historia es una joven y bella mujer llamada Beca, quien derrocha alegría y camaradería por todas partes, que disfruta plenamente de todas las actividades que realiza y socializa con todo tipo de personas. Pero en realidad, el verdadero papel protagónico lo sustentan el dolor callado, la vergüenza, la confusión, la traición y, sobre todo, la inocencia.La historia de Beca nos mostrará de qué manera todo esto tomará un lugar preponderante en su vida en el momento menos pensado o deseado, desencadenando la serie de acontecimientos que aún hoy la retornan, sin saberlo, a esa parte de su pasado del que creyó haber huido, sin tener conciencia de que sólo lo hizo físicamente pero no emocional ni psicológicamente. Ese momento y la forma en que se grabó en su inconsciente, no dejará de presentarse para mantenerla atrapada en una vida sin destino.Siendo Beca muy joven, su vida transcurría como si se tratara de una fiesta sin fin: entre desayunos, almuerzos, comidas, cenas, reuniones cada fin de semana, o aún entre semana, por motivos diversos que la mantenían en un ritmo agitado, sin un momento de reposo o de reflexión para definir qué era exactamente lo que quería hacer con su vida, cuáles sus objetivos, cuáles sus metas.Así era su vida, llena de esta aparente libertad, frivolidad y felicidad, sin compromisos reales de ninguna índole con nada ni con nadie, ya que no estudiaba ni trabajaba y no consideraba que le fuera necesario en ningún sentido y nadie la obligaba a ello ni se lo pedía. Sus estudios solamente llegaron hasta el primer año de secundaria, después de lo cual ya no quiso por ningún motivo volver a la escuela, argumentando a sus padres un sinfín de razones que ellos terminaron por aceptar, dado que ninguno de los dos se encontraba a esas alturas de su vida con la paciencia ni la fuerza suficiente para luchar o tratar de convencer a una púber que llegó a sus vidas sin haberlo planeado, porque eran un par de viudos que decidieron unir sus existencias, con vidas, matrimonios y familias previas, cuyos hijos ya se encontraban iniciando sus propios caminos.El padre de Beca, quien se dedicaba a las venta de maquinaria, falleció de un infarto masivo cuando ella tenía veintidós años, dejándoles a ella y a su madre como herencia la casa en la que vivían y algo de dinero que únicamente les sería suficiente para un corto tiempo sin empezar a pasar penurias, si es que ninguna de las dos buscaba trabajo o conseguía apoyo económico para resolver su situación.Beca tenía cuatro medias hermanas y dos medios hermanos, pero todos ellos se encontraban luchando por realizar sus propias vidas, y aún cuando aceptaron de forma general brindarles la ayuda que fuera posible en cada caso, forzaron a Beca a buscar algún tipo de trabajo y cooperar con su propia manutención.Así lo tuvo que hacer y entró a trabajar en un restaurante en el que ayudaría principalmente como anfitriona, gracias a sus atributos físicos, juventud, excelente trato, buen arreglo personal y su seductora manera de vestir. El lugar le encantó, ya que además del área exclusiva para comidas y cenas, contaba con lobby bar y video bar y eso significaba que llegaba mucha y diversa clientela atraída por la variedad de servicios ofrecidos y, para ella, era la oportunidad de continuar de alguna forma con una vida social aunque estuviera desempeñando un trabajo y, de hecho, sus funciones asignadas así lo requerían.Además Santiago, dueño del lugar, diariamente se encontraba ahí para estar al tanto de la buena atención de la clientela. Él era un hombre soltero casi tan joven como Beca y, a su parecer, muy apuesto y agradable. Santiago, por su parte, pertenecía a una familia que había progresado y hecho mucho dinero dedicándose al negocio de la comida, de donde él aprendió y también hizo de ello su propio objetivo y motivo de vida. Su familia se componía de sus padres, dos hermanos y dos hermanas, todos también ya encaminados en sus propias existencias fuera del hogar familiar.Era la primera vez que Beca realmente se fijaba en un hombre más allá de conversar superficialmente o bailar sólo alguna pieza. Ella normalmente rehuía un mayor trato con los varones, pensando que de dar cabida a algún tipo de relación que no fuera una simple amistad, perdería su tan amada libertad de hacer lo que ella quisiera, además de considerar que el amor no existía realmente o que, por lo menos, no era para ella.En este caso en particular, y debido a que Santiago era su jefe, Beca tuvo que tratar diariamente con él y dada la juventud de ambos y su no compromiso sentimental con nadie más, esa cercanía y trato los llevó a iniciar una relación que en breve pasó del noviazgo a petición de matrimonio.Beca, sin pensarlo mucho, aceptó.Santiago y Beca iniciaron su vida de casados en una casa que él ordenó construir especialmente para ello. Todo parecía ir viento en popa. Trabajaban juntos, disfrutaban juntos y como consecuencia de su relación, nacieron tres hermosos hijos: Santiago, Karina y Miguel.Beca se sintió muy feliz cuando quedó embarazada las dos primeras ocasiones. Todo era parte de la novedad en esta etapa de su vida. Tenía absolutamente todo: un marido que la atendía y compartía con ella, dos hermosos hijos, un próspero negocio que los sostenía económicamente bien, una linda casa ubicada en un bello fraccionamiento, un auto para ella, sus queridas amistades, su vida social, etc.Pero al pasar un poco toda esta novedad que la mantenía ocupada en cuerpo y pensamiento, Beca empezó a sentirse inquieta sin saber realmente por qué. Ya no se entregaba de la misma forma a la relación con Santiago, empezó a seducir a los mejores amigos de él y compadres de ambos, quienes también estaban traicionando a sus propias esposas y, de hecho, cuando se enteró de que estaba embarazada por tercera ocasión, dudando un tanto quién era el padre de ese hijo, rechazó la idea y al futuro bebé e intentó abortarlo de múltiples formas, aunque sus intentos fueron fallidos y Miguel finalmente vino al mundo.El nacimiento de su tercer hijo la calmó un poco, ya que Santiago estaba muy feliz por el hecho e ignoraba completamente todo lo que había sucedido a sus espaldas, además de que Beca nuevamente tuvo que dedicarse al cuidado y atención del bebé y todo aparentaba volver un tanto a la normalidad.Sucedió en ese tiempo que Juana, la esposa de uno de los medios hermanos de Beca, con quien ella tenía buena relación, pidió su ayuda porque ella y su esposo estaban pasando por un mal momento, en todos sentidos, en su relación.Beca lo consultó con Santiago y ambos accedieron a que Juana y sus dos hijos pasaran una temporada en su casa hasta que las cosas se pudieran arreglar. Así se hizo y vinieron a vivir con ellos.Para Beca esto resultó maravilloso, era otra novedad en su vida que le brindaba mil otras cosas más qué hacer y en qué pensar, por lo que nuevamente se sentía muy feliz.Juana y Beca se hicieron grandes amigas, hacían todo juntas, se arreglaban igual, se divertían con las mismas situaciones, compartían sus vidas y sus pensamientos, se hicieron inseparables. Esta relación llegó a tal grado que Beca se atrevió a pedirle a Santiago que Juana formara parte de su vida sexual y él, aunque un tanto impactado y nervioso en principio, aceptó esto como un juego erótico que seguramente terminaría después de la primera ocasión y serviría para refrescar su propia relación con Beca, además de que pensó que en algún momento no lejano Juana finalmente regresaría con su marido y toda esta extraña situación quedaría como una anécdota sólo entre ellos tres, como algo que realmente nunca sucedió y que no interferiría en sus vidas.Pero aquí entre nosotros sabemos que la vida no es así, que este tipo de cosas suelen salirse de control si no es algo a lo que estamos acostumbrados, si no nos hemos preparado para ello y sólo dejamos que suceda como parte de la vorágine de nuestras existencias.Y así sucedió… Este triángulo se prolongó por algún tiempo, ninguno tenía el valor para terminarlo sin sentir que alguien saldría lastimado y, en lugar de servir para mejorar la relación entre Beca y Santiago, al surgir los sentimientos de culpa y señalar culpables, su matrimonio se destruyó y, para mayor castigo de Beca, nació una nueva relación que la dejaría a un lado: Juana y Santiago estaban disfrutando del encuentro en sus vidas, de la posibilidad de un camino juntos.En menos tiempo del que Beca hubiera deseado o necesitado para detenerse a pensar en lo que en realidad había sucedido y las razones para ello, su vida sufrió un giro de 360 grados y de repente se vio envuelta entre papeles de divorcio, pleitos de custodia, y nuevos planes de Santiago para casarse con Juana, vender el restaurante e irse con sus hijos y los de su nueva mujer a vivir a otra ciudad.Juana regresó con su marido y medio hermano de Beca, únicamente para solicitar el divorcio y apelar por la custodia de sus propios hijos, sin ninguna explicación, dado que de antemano esa relación estaba prácticamente terminada. El marido accedió sin mayor problema, ya que él tenía los propios con el alcohol y falta de trabajo, además de que nunca se imaginó la verdadera razón de la petición de Juana, cuestión de la cual se enteraría hasta tiempo después, cuando ya todo estuviera concretado y eso, a través de sus hijos, a los cuales alguna vez buscó.Beca se vio envuelta en un marasmo de confusiones. Buscaba y, no encontraba en su apabullado pensamiento, el origen de lo que había sucedido. Las razones verdaderas que la habían empujado a esta terrible situación que la dejaba nuevamente sin rumbo, sin objetivo y llena de sentimientos encontrados, sin saber qué quería hacer o a qué agarrarse. Si tenía que luchar por recuperar algo, si tenía derecho a hacerlo o solamente debía rendirse ante lo contundente, bajar la guardia y refugiarse con su madre como en una cueva en la que se dedicaría a lamer sus heridas hasta que algo más sucediera en su existencia. Ni siquiera sabía cómo sentirse, en esos momentos solamente se le ocurría huir y no enfrentar a nadie por lo que había sucedido, no enfrentarse ni a sí misma, como alguna vez ya lo había hecho cuando no quiso volver al segundo grado de su escuela secundaria.Se refugió con su mamá, a quien contó las cosas a su manera. Ella la consoló y la animó a luchar por lo menos para no perder a sus hijos, porque consideraba que si lo dejaba pasar, algún día se arrepentiría de ello.Beca no sólo buscó ayuda legal, sino también alguna ayuda psicológica, instada por algunas de sus mejores amigas. Con el apoyo de un buen abogado que le ayudaron a pagar sus medias hermanas, consiguió la custodia de sus hijos, que le dejaran la casa donde vivía con ellos, su auto y un pequeño negocio de comida para su manutención.Con el breve apoyo psicológico que aceptó tener y que también le ayudaron a pagar, por lo menos comprendió las dos más importantes cosas que marcaron su vida al no haberlas podido confrontar a tiempo. La primera, el haber sido una hija no deseada para un matrimonio que ya había superado esa etapa, por lo que sus padres sólo cumplieron con ella respecto a sus necesidades básicas, pero no trataron de conocerla ni guiarla y se concretaron a darle gusto en todo con tal de no sufrir ninguna molestia. Recordaba que ni siquiera se esforzaron por saber qué era lo que le había sucedido en la escuela y ante lo cual ella ya no quiso regresar, solamente lo aceptaron así.La segunda cosa, de igual o mayor importancia, era precisamente lo que tuvo que vivir en la escuela, dado que se trataba de una inocente púber sin guía, sin amor verdadero, sin apoyo en su desarrollo emocional. Esa vivencia que, sin saber realmente por qué la hizo sentir tan mal y que por lo mismo Beca había guardado por todos estos años en su inconsciente, que no había compartido con nadie por temor a cualquier tipo de consecuencia negativa para ella y que la hizo boicotear su estabilidad y su felicidad y caer en este abismo sin fin, finalmente salió a la luz con mucho trabajo por parte del terapeuta.Beca le contó que cursaba el primer año de secundaria, en una nueva escuela que les habían recomendado a sus padres para la buena formación de una futura señorita. Se trataba de una escuela de monjas en las que ellas eran al mismo tiempo las maestras y consejeras espirituales de las alumnas. El año iba transcurriendo normalmente, hasta que un día, una de las profesoras de Beca le pidió que a la hora del recreo la buscara porque necesitaba hablar con ella. Así lo hizo y la monja la invitó a seguirla a la pequeña capilla que formaba parte de las instalaciones del colegio y en la que diariamente, por la mañana, alumnas y maestras oraban y daban gracias a Dios por el inicio de un nuevo día y porque todo resultara bien. Se trataba de una capilla muy sencilla que sólo contaba con un Cristo crucificado colgando arriba del altar.Ya en la capilla, se sentaron en una de las bancas y la monja empezó a hablarle a Beca del amor de Dios, de que él bendice el amor si éste es puro y verdaderamente sentido, así como las demostraciones del mismo… Y así continuó hablándole a Beca hasta que empezó a manifestarle su amor por ella que había iniciado desde el primer día en que la conoció. Empezó a tocarla, a acariciar sus piernas y sus pechos, a besarla en la cara y en el cuello, a besar su boca y tocar sus genitales, hasta introducir sus dedos en su vagina y hacer que Beca realizara los mismos actos con ella.Beca no sabía qué decir ni qué hacer, y aunque no se sentía nada cómoda ni a gusto con lo que sucedía, sólo se dejaba hacer por su maestra, quien continuaba expresándole sus sentimientos y diciendo que eran buenos porque eran manifestados ante la presencia de Dios y que él las bendecía y aceptaba su amor. Beca pasó por esta situación cada vez que a su maestra se le antojaba y la citaba en la capilla, y ella no encontraba la forma de negarse sin considerar que de hacerlo se vería afectada en sus estudios.Aparentemente nadie se daba cuenta del hecho y, como sabemos, Beca no lo comentó con nadie, lo calló y solamente al verse libre de la situación durante las vacaciones, entre un año escolar y otro, decidió que no quería volver a la escuela y así fue como se terminó esa relación.Posteriormente a esos terribles sucesos y dado que nadie le preguntó por los motivos que tenía para no querer continuar estudiando, Beca creyó haber dado carpetazo al asunto y que nunca más volvería a pasar por algo así ni interferiría en su vida.Pero bien sabemos, colegas, que cuando no resolvemos y superamos algo de tanta trascendencia en nuestras vidas, cuando sólo huimos de ello y por lo mismo nos consideramos ya salvados de sus garras, algún día, en algún momento, como sucedió en el caso de Beca, se presenta, sale del cajón en el que lo hemos guardado y nos hace tropezar sin que encontremos la relación directa, y nos hace sentirnos confundidos ante lo que nos está sucediendo, sin saber que no estamos teniendo nuestra vida en control y que esos sucesos y, lo mal que fueron manejados, toman las riendas de nuestra existencia.Al haberse desahogado Beca con el terapeuta y considerar, a pesar de los argumentos en contra del mismo, que con esto ya se encontraba aliviada de su padecer, renunció a continuar aduciendo toda serie de argumentos que por supuesto para el psicólogo eran parte del mismo problema, y sintiéndose aparentemente fortalecida, continuó su vida y su caminar.Empezó a dedicarse con fuerza renovada a la atención de su nuevo negocio, a sus hijos y a sus relaciones sociales. Su vida sentimental y amorosa la compartió con diferentes compañeros eventuales, de los cuales ninguno estuvo dispuesto a comprometerse con ella más allá de encuentros sexuales de vez en cuando, y así unos aparecían y otros desaparecían.En ese caminar, al ir creciendo sus hijos y llegar a la pubertad, quisieron y pidieron irse a vivir con su padre, quien por supuesto los aceptó y convenció a Beca de que era lo mejor, para que ella fuera completamente libre para continuar con su vida social y amorosa sin perturbar a sus hijos. Y ella, sin pensarlo bien, aceptó. Ya sabemos que Beca aguantaba poco sentirse atada a rutinas y amaba las cosas y situaciones nuevas en su vida.Ya sola, decidió vender la casa, el auto y traspasar el negocio e irse a vivir a la Ciudad de México para comenzar nuevamente. En ese viaje conoció a Rodolfo, quien era un arquitecto que viajaba de una ciudad a otra en busca de proyectos por realizar. Iniciaron una amistad que los condujo a una relación más íntima y a decidir vivir juntos, compartiendo el departamento que él ocupaba.La vida de Beca con Rodolfo empezó a tomar tintes de rutina. Beca no trabajaba al sostenerse con el fruto de la venta de sus bienes. Así es que le planteó a Rodolfo su necesidad de querer visitar a uno de sus medios hermanos, quien vivía en Monterrey. Él aceptó porque ya había aprendido que no podía atarla a sus deseos ni sentimientos, además ella le dijo que solamente iba por unos días y que regresaría a sus brazos.Beca se fue y pasada más de una semana sólo regresó con Rodolfo para dar un cambio a su relación, argumentando que su hermano la necesitaba en su negocio de eventos y que como era algo en lo que ella tenía experiencia por haber trabajado en un restaurante, además de que el dinero que tenía se le terminaba y requería tener ingresos. Se iría y quizás cada quince días o cada mes regresaría para convivir unos días con él.En principio Rodolfo así lo aceptó e inclusive en ocasiones él era quien viajaba a Monterrey para visitarla. De hecho, durante un tiempo en el que no tuvo ningún proyecto por realizar, se fue a vivir con ella, pero al poco tiempo de la convivencia y de depender de los ingresos de Beca, él también se cansó y aunque trató de conseguir algo de trabajo, no lo logró, además de que empezó a sentir que Beca se distanciaba cada día más y que casi era un estorbo para que ella se sintiera plena y realizada.Aunque Beca lo negó, Rodolfo tomó la decisión de regresar a su casa y continuar con sus propios planes. Beca nuevamente ofreció visitarlo de vez en cuando, pero no le comentó que en realidad eso ya no iba a suceder, puesto que ella ya había conocido a alguien más y era ahora la prioridad en su vida.Es así que Beca ha ido de amor en amor, sin amar verdaderamente, sin entregarse por completo y para siempre.Beca, la aparente protagonista de esta historia, sigue sin objetivo, sin meta y sin rumbo fijo, encadenada a los acontecimientos que marcaron su existencia, sin darse un momento de reposo ni de reflexión para buscar y dar continuidad a la ayuda que necesita para detener su agitado y desgastante caminar y comenzar una nueva vida de compromisos reales, a los que ella se pueda entregar en su totalidad y, por fin, encontrar en ellos el amor y la felicidad deseada que siempre ha tenido al alcance de sus manos, casi asidos, pero que se le han escapado como agua entre los dedos.Beca sólo es una observadora de vidas concretándose, de afectos realizándose y, aunque aparentemente sigue deseando una vida feliz para ella, en el fondo de su corazón no ha logrado olvidar ni perdonar y, evidentemente, no ha podido considerar que ella también merece amar y ser amada.Beca siempre se considerará culpable, de alguna forma, de lo sucedido en su vida y continuará castigándose y boicoteando su posible felicidad.Bien, estimados colegas, este caso está ahora en sus manos. Como siempre, les será entregada una copia a cada uno de ustedes con toda la historia. Espero su diagnóstico en mi oficina en un plazo máximo de dos semanas.”El profesor Castellanos se despidió y retiró. Nosotros, todavía un poco apabullados por el caso expuesto y el calor, salimos del aula para dirigirnos a nuestra siguiente clase del día.
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Comentarios

  • Felicidades!!
  • Minga..

    Excelente..., bravo. me impacto tu historia, ojala fuera tu imaginación y no la realidad, todas las mujeres valemos y mucho, pero a veces tenemos que caernos una y mil veces, para poder levantarnos, pero primero hay que aceptar que necesitmos ayuda.
    Dando el primer paso lo demas viene por añadidura, se que no es fácil, pero dando ese paso, todo en nuestras vidas da un cambio.

    FELICIDADES....
  • Minga,
    Muchas felicidades por esta historia. Muy bien descrita, me imaginé perfecto a cada personaje.
    Para ser sincera, me impactó, conozco tres historias muy similares en cuanto al criterio de si mismas: personas que no se consideras merecedoras de amar ni ser amadas y sólo observan, como bien describes, "vidas concretándose, de afectos realizándose" y que "siguen deseando una vida feliz para ellas"
    Wow, qué historias !!!
    Un abrazo !!!!
  • Felicidades Minga. Un tema muy serio y que en verdad debería concientizar a los padres de que hay que estar siempre atentos a las acciones y actitudes de nuestros hijos. Lo escribiste y describiste MUY BIEN, muy interesante y muy reflexivo.
    FELICIDADES!!!!

    Te mando un fuerte abrazo
  • Minga, muy buena historia, muy bien escrita, felicidades. Esta historia es como para DEMAC, en caso de ser cierta, pero bueno ya la publicaste, desgraciadamente como ésto hay mucho, claro muy callado por doloroso. No sé si eres psicóloga, pero es muy cierto que lo sucedido en la niñez marca para siempre y para toda la vida si no se busca ayuda, como le pasó a Beca. Siempre, siempre hay que pedir ayuda. Esos padres que para nada cuestionaron que la niña no regresara a la escuela, obviamente estaban hartos de levantarse temprano para llevarla a clases, además cuando crezca se casará y la van a mantener, así suelen pensar muchos padres. Andan muchas Becas por el mundo derrochando falsas alegrías, cuando por dentro hay demasiado dolor y falta de amor. Hace poco leí sobre eso, que las personas que han padecido violaciones, abusos, maltratos, etc. están incapacitadas para amar, cómo no estarlo si les han roto lo más preciado: su cuerpo, su inocencia. Hasta luego Minga, un barazo.
  • HOLA MINGA....ME GUSTO MUCHO LA HISTORIA, ESTA DETALLADA MUY BIEN, MUY ELOCUENTE Y EL CASO DE BECA EN PARTICULAR ES MUY INTERESANTE...ME GUSTARIA QUE SI ESA PERSONA EXISTE LOGRARA ESTABILIZARSE Y QUE PUDIERA SER FELIZ....

    PERO EL TEXTO ME FASCINO!!
    FELICITACIONES !
  • Minga
    Felicidades por tu escrito, me gustó mucho!!! Captaste muy bien la atención del lector ,solo una observación a ver si Memo o alguien de edición puede cambiar el término de 360 grados por 180. te lo digo con mucho respeto. BYE
  • me encanto tu texto! logras que nos involucremos realmente con los personajes y entenderlos. créeme que hasta podía estar presente en cada situación.
    Felicidades, es un gusto leerte. =)
  • WAU O SEA LEO LA HISTORIA Y ME METO EN EL PERSONAJE TE ATRAPA DE PRINCIPIO A FIN FELICIDADES,y claro muy controversial pero a mi me gusta
  • Atrapada en los hábitos y yo quedé atrapada en la historia!

    Esta es una de esas historias, que cuando termino de leerlas solo digo: ¡Wao, que historia! La leí de principio a fin conteniendo la respiración, no quería perderme ni un solo detalle, la devoré en segundos!

    TREMENDA HISTORIA! Muy completa, bien llevada, te metes en la misma y observas a los personajes desde lejos, te metes en su vida como si los conocieras de antes. Te felicito Minga, gracias por tus historias!
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