Escritoras 4.1.- La Libertad

+ 3.16.- SEGUNDA OPORTUNIDAD. 4.2.- CONTRAGOLPE+ Francoise de la Roué continua con la saga de Rebeca+ Cuarto mes de AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTROCon LA LIBERTAD, de Francoise de la Roué, iniciamos la publicación on line del cuarto ejercicio LO QUE NUNCA DIJE, de nuestro taller de Expresión Literaria AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO. Es la tercera parte de la saga de Rebeca, la mujer asesina de Jalisco que ahora es víctima de secuestro y... luego liberada.LA LIBERTADFrancoise de la RouéRebeca había sido secuestrada ahora, en una revancha del destino donde de victimaria pasó a víctima de su propio delito. Al menos eso era lo que ella pensaba. Su rostro estaba copiosamente golpeado, el dolor en su cara y su cuello comenzaba a hacerse presente cuando el sedán salió de la avenida y se internó en una populosa colonia de Iztapalapa, ampliamente conocida en el DF por ser considerada nido de delincuentes. Llegaron a una bodega, que parecía ser un deshuasadero de automóviles, a empujones la bajaron del vehículo y la condujeron a un pequeño cuarto. Ya ahí, comenzaron a interrogarla:-Dame tu nombre- Me llamo Rebeca-Dame tu nombre completo pendeja, ¿O qué, quieres que te enseñe a presentarte?- Rebeca Hernández, sólo tengo un apellido.-Mira, a mí no me vas a ver la cara… eres paisana, maldita, más te vale que cooperes…-No, Isaac es mi pareja… yo lo conocí aquí en México.-Dame los teléfonos de tu familia…-No tengo familia…Al escuchar la respuesta, Marcos se enfureció y la abofeteó nuevamente. El golpe asestado con el dorso de la mano derecha hizo sangrar los labios de la mujer, que sin embargo permaneció inmóvil.-Así que no tienes familia… creo que perdiste la memoria, pero aquí El Mono tiene un tratamiento maravilloso, que hace recordar hasta el último detalle.-No me importa… si me vas a matar, hazlo… no tengo a nadie que dé un sólo peso por mi vida. Soy un mal negocio.- Mono, llévatela de aquí...Hablar, decir, dar hasta la última información acerca de sí misma, era algo que Rebeca no podía hacer, y no solo por este momento específico, sino por todos los sucesos de su vida. El callar para ella era ya costumbre, vivía oculta entre nombres y mil historias que eran propiedad de un solo cuerpo que el destino había tornado en su juguete favorito.Para entonces, la policía ya estaba en el domicilio de Levinson. El agente del Ministerio Público levantaba un acta y decenas de curiosos se arremolinaban en la entrada del edificio para ver salir el cadáver del hombre, sólo cubierto por una sábana blanca. Los peritos tomaron fotos una y otra vez del charco de sangre en el piso y se tomaba declaración a vecinos e inquilinos.-Pobre señor Levinson. Aquí vivía desde siempre, me rentaba un departamento en el tercer piso. Era muy callado, muy serio… no creo que haya tenido problemas con nadie… bueno, sí, a veces salía mal con los que le debían dinero, pero nunca vimos que hiciera una cosa que no debiera.-¿Cuál era su ocupación?-Pues tenía el negocio de las rentas… varias casas y departamentos… además prestaba a interés, creo que su familia tenía mucho dinero. El era viudo, pero aquí vive una señora, allá arriba en el 9, se me hace que era su… su novia, usted entiende… su esposa se murió de cáncer hace muchos años, se llamaba Sara, una señora muy elegante. Creo que tiene un hijo nada más, pero está en el extranjero, anda por Inglaterra. Solo lo conocemos por Josh. El que a lo mejor puede darle razón de él es el licenciado Prats, tiene su despacho aquí a cuatro cuadras. Era el que le ayudaba con su negocio… me da tanto pesar, mire nada más como lo dejaron, si todavía hoy en la mañana bajó por su café, bien contento y…-A ver, señora… ¿quién es la novia del señor Levinson?-Ah, se llama Rebequita. Es una señora muy seria, muy bonita. Por cierto, dicen que también se la llevaron, la verdad yo no vi, yo estaba en casa de una vecina, pero unos niños dijeron que la habían subido golpeándola al carro donde se escaparon los asesinos de don Isaac. Yo no sé mucho de ella… no tiene amistad con nadie, pero se ve muy fina, como de buenas familias… don Isaac tenía una foto de ella en el escritorio de su despacho. A lo mejor le sirve.El investigador hizo un par de preguntas más y terminó con la mujer. Se adentró en la oficina, y tal como le habían dicho, encontró la fotografía de Rebeca, en un marco de cristal. La habían tomado una tarde en las afueras de la casa museo donde se habían conocido. Los ojos verdes de ella parecían ocultar una enorme tristeza. Anotó la media filiación de la mujer, tomó la foto y se la mostró al comandante.-Aparte del muertito, parece que tenemos también un secuestro… la novia de Levinson. Solo saben que se llama Rebeca. Pero la vecina que interrogué me dio un buen norte. Un tal licenciado… Prats. Tenemos que interrogarlo, a lo mejor él sabe algo de todo esto, o por lo menos, nos puede ayudar a localizar a la familia del tipo.El comandante Vargas se mantuvo un poco pensativo. Apagó el cigarrillo que fumaba, y le dio órdenes a su subalterno.-Averigua todo lo que puedas de esa mujer, ve e interroga al licenciado ese, yo me quedo aquí, tengo que conseguir la declaración de testigos, pero tú no regreses hasta que tengas algo.Así se hizo. El joven detective al que Vargas había asignado dio aviso al apoderado de Levinson de su fallecimiento, pero lo único que obtuvo fueron datos vagos sobre Rebeca. Prats le hizo saber que ella no tenía familia, al menos en la ciudad, pero que estaba seguro de que no tenía nada que ver con el homicidio de quien además de su cliente era su amigo.En los días que siguieron al homicidio, Prats se hizo cargo de todo. Joshua llegó con prontitud para ver a su padre por última vez. Grande fue su sorpresa al saber de la existencia de Rebeca. Su padre, en las numerosas llamadas que solían hacerse, jamás comentó una palabra. Joshua Levinson era un joven psiquiatra, hijo único del infortunado Isaac.Solo unos pocos asistieron al funeral, algunos amigos cercanos y un par de vecinos acompañaron al joven en las exequias. Forzado por la situación, Joshua debía abandonar sus estudios de maestría en la Universidad de Sussex y hacerse cargo de poner en orden los asuntos de su padre.Había pasado más de una semana, el dolor de la pérdida había cedido un poco, y decidido, comenzó a revisar una por una las pertenencias de Rebeca. Debía de encontrar algo, una pista que aclarara todo este asunto que ya era en si una pesadilla. Nada, ni una fotografía, una carta o algo que desenmarañara el asunto. Los comentarios de los inquilinos no hacían sino embrollarlo más. Todos coincidían en que ella y su padre parecían muy enamorados, que era una mujer muy reservada. Sus efectos personales no hacían sino confirmarlo. Sin embargo dentro de una chamarra, encontró algo aún más confuso, una pequeña cartera en la cual estaban algunos documentos, a nombre de Ángela Catalina Sánchez del Valle ¿Se trataba entonces de una impostora? ¿Tenía algo que ver con el crimen que le costara la vida a su padre? No había más, sino una tarjeta de débito bancaria, y algunos recibos de transferencias electrónicas por pagos. El debía averiguar… sabía que la mujer había sido llevada a la fuerza. Quizás los delincuentes creyeron que era la esposa de su padre, pero ¿Si todo había sido una farsa?Para ese momento, Marcos Silva había decidido poner fin a la vida de Rebeca. Sigilosamente habían investigado, y se dieron cuenta de que la dama decía la verdad. No podían arriesgarse a dejarla viva, pero sus planes se vieron frustrados. En los días anteriores el comandante Vargas había dado con los voceadores que habían sido testigos de incidente. Uno de ellos reconoció a Marcos, quien entre sus múltiples actividades delictivas tenía la de compra venta de auto partes robadas, que a veces los menores le llevaban al taller de Iztapalapa. Bajo presión, estos le habían dado el domicilio del mismo.Las patrullas ululaban en la colonia, El Mono dio aviso a la banda de que la policía estaba cerca, pero fue demasiado tarde. Casi una docena de patrullas rodeó el bodegón que servía de casa de seguridad. Adentro, los delincuentes comenzaron a buscar las armas y a colocarse en los sitios que les permitieran repeler el ataque. La escena resultante se volvió el colmo del surrealismo. Los chiquillos que jugaban minutos antes en la calle corrieron como si conocieran de memoria el procedimiento de supervivencia para estos casos. Cubriéndose tras los vehículos estacionados, unos lograban llegar a sus domicilios. Otros, asustados, decidieron aguardar pecho tierra en el sitio mas seguro que pudieron encontrar. Algunas mujeres atisbaban por las ventanas de las casitas vecinas, y de arriba de una de las azoteas ubicadas frente al taller comenzaron a sonar los primeros disparos. Los vigías de Marcos Silva fueron los primeros en tirar, dando pie a justificar el encarnizado contraataque de los oficiales. En algún lugar cercano al del tiroteo sonaba a todo volumen una canción de “Los Ángeles Azules” como si se tratara de la banda sonora que amenizara los hechos de la triste escena urbana.El Mono arrastró a Rebeca de los cabellos, debía terminar con ella. La mujer no opuso resistencia. Sabía que iba a morir. Compasión no es un sustantivo conocido entre las bandas delictivas. Rebeca no articuló ni una sola palabra para disuadir a su agresor, quien se preparaba a liquidarla. El sonido del martillo de la pistola perforó los oídos de Rebeca, quien en una última muestra de dignidad, levantó la cabeza y miró a su agresor a los ojos, sin lágrimas… sin pedir piedad… entonces sonó el disparo. La bala que iba dirigida a su cráneo había perforado el lado izquierdo de su abdomen, pero ¿Por qué? En pocos segundos obtuvo la respuesta, una bala había perforado la espalda del delincuente, quien cayó primero de rodillas y después chocó su rostro contra el cemento del piso.El enfrentamiento entre los hampones y la policía federal duró solo unos minutos. Al entrar a la casa de seguridad, los oficiales encontraron cuatro cadáveres de hombres, todos entre los 30 y 50 años de edad, entre estos, el de Marcos Silva y, una mujer malherida, que yacía amarrada con cinta canela de pies y manos.-¿Cómo te llamas?-A… An-gela Sánchez-¿Qué haces aquí?-Me secues… traron… hace una… se-semana.La infortunada fue llevada por una ambulancia a un puesto de socorro, donde lograron estabilizarla, a pesar de su crítico estado de salud. El comandante Vargas dio aviso a Prats y a Joshua, el primero reconoció a la mujer, sí era la novia de Levinson… él se haría cargo de lo necesario, la conocía porque en más de una ocasión los había acompañado de paseo. Joshua le compartió su duda.-Moisés, hace unos días encontré algo… esta mujer no se llama Rebeca, como les hizo creer a todos. ¿sabes tu algo que tengas que decirme? Es muy extraño, ahora que la miro así, me doy cuenta que de verdad también fue una víctima de esos mal nacidos, pero por qué… ¿de donde salió? ¿Quién es realmente?-Hijo, eso solo puede saberlo tu padre. Rebeca… ella, esta muy mal, pero va a recuperarse y entonces te dará una explicación. Yo sólo puedo decirte lo que vi. En muchos años, Isaac no había sido tan feliz como estos últimos meses. Eran inseparables. Cada que hablábamos de ella, a él se le iluminaba la cara, a ti no te dijo nada, porque pensó que ofendería la memoria de tu madre. Yo sólo sé que parece ser una buena mujer. Lo atendía y mimaba como nadie, y a ella por su parte, nada le faltaba. Además, es muy culta, agradable. El dolor, Josh, te esta haciendo ver cosas que no son, aunque acepto que sí es extraño que alguien cambie su nombre. Pero casi estoy seguro de que Isaac sabía todo de ella, y que si tomaron esa decisión, fue por algo muy importante. Tu padre la amaba… y creo que ella también a él, así que no ofendas su memoria. No hagas de eso un escándalo que pueda enlodar su recuerdo.Rebeca se recuperó lentamente. Durante los días que permaneció en el hospital, Josh solía ir a verla, en ocasiones entraba al cuarto mientras ella se encontraba dormida, y la miraba tratando de descubrir algo que lo llevara a una respuesta. Rebeca podía percibirlo, aunque físicamente se encontraba deshecha, su mente continuaba siendo tan clara como el primer día. Estaba segura de que podría controlar la situación, sin embargo ahora sabía que estaba metida en un embrollo que podía llevarla a la cárcel. Así que nuevamente fingió. No pronunció palabra hasta que inventó una historia creíble para todos, acerca de su identidad. En su declaración dio su nombre real, y explicó que su alias lo adoptó por petición de Levinson, debido a su religión, para evitar el descrédito ante la comunidad judía. En donde no tergiverso ni un solo punto fue en su declaración de los hechos que llevaron a la muerte a su amante. Detalladamente les explicó a los policías y al actuario la secuencia de los mismos. Y lloró, pero no con las lágrimas que había aprendido a soltar cuando era necesario, lloró sinceramente la muerte del hombre que más la había amado. Las valoraciones periciales, y las pruebas a las que la sometieron confirmaron su dicho. Josh se mantuvo cerca de ella. Algo en su interior le pedía que no confiara ciegamente en la mujer, pero también tenía la certeza en que decía la verdad. El era psiquiatra, estaba en medio de sus estudios de maestría en una de las mejores universidades de Londres. Sus charlas con ella lo único que le demostraron fue el profundo agradecimiento y cariño que ésta le tenía a su padre. No era un amor loco y apasionado, pero era una relación plena, de dos seres humanos de edad madura, que la muerte había separado.Un par de semanas más tarde, Rebeca fue dada de alta del hospital, Vargas, el comandante de la policía, le hizo saber que el caso quedaba cerrado. El comandante Javier Vargas Pedroza tenía muchos años de experiencia dentro de los cuerpos de investigación, para él, la historia de la mujer era bastante extraña, desconfiaba de ella, de su actitud de inocencia, pero sin embargo, carecía de los elementos para mantenerla detenida. Al comandante Vargas, sus compañeros le apodaban El Lobo, por sus ojos grises y su olfato para atrapar delincuentes. En un último intento por descubrirla la sometió a un duro interrogatorio.-Señora Sánchez, ¿podría decirme cómo conoció a Isaac Levinson?-Fue en un museo de Coyoacán, hace poco más de un año; me invitó un café y nos hicimos amigos. Supe que era viudo, un hombre bastante atractivo y sobre todo un caballero en toda la extensión de la palabra.-¿Es usted casada?-Viuda también… Jamás volví a casarme.-¿De donde es originaria?-De Guadalajara, Jalisco.-¿A qué se dedicaba allá?-Trabajaba acompañando grupos de turistas, y haciendo traducciones. Hablo inglés, francés y un poco de alemán…-¿Tiene familia? ¿Dónde y con quien vivía?-No tengo familia, fui hija única y tuve dos hijas, pero al morir mi esposo, la familia de él tomo la custodia y se las llevaron al extranjero. Creo que a Italia… Nunca volví a verlas. En Guadalajara vivía con una amiga, su nombre es Paulina Salas, pero como ella se casó y tenía que irse con su marido, que es un oficial de la Armada de los Estados Unidos, dejamos el departamento, ella se fue con él… y yo vine a probar fortuna a la ciudad de México.-Señora Sánchez… me confunde… no tiene familia, su única amiga, quien podría corroborar su historia esta en el extranjero, nunca volvió a ver a sus hijas, es demasiado extraño para ser cierto, ¿no le parece?-¿Insinúa que estoy mintiendo, comandante? ¿Acaso hay algo que me señale como sospechosa de lo que sucedió? Porque de ser así, creo que lo correcto sería ponerme en contacto con un abogado… Mire, Isaac era un gran hombre… A su lado, económicamente, emocionalmente, no me faltaba absolutamente nada… ¿Tiene idea de cuánto dinero me daba mensualmente para mis gastos personales? ¿O de lo que gastó en las alhajas, el coche y la ropa que me regaló? Porque le aseguro que fue una cantidad muy superior a la que se llevó el maldito asesino… además, ¿no le parece que tomarse un año para cometer un delito así era mucha pérdida de tiempo? Comandante… en mis posibilidades, si mi interés hubiese sido económico, estaba casarme con él y obtener lo que hubiera querido en términos monetarios… pero con su muerte, en estas condiciones… ¿podría decirme, cual es mi ganancia? Comandante, es muy patético que la misma persona que me rescató de mis plagiarios, que me trajo a este hospital, ahora sugiera que yo tomé parte en mi propio secuestro.Ante tan apabullantes argumentos, Vargas no supo cómo retenerla, sin embargo, no iba a descansar hasta quedar conforme. Ella podía irse, pero como en otras tantas ocasiones, no sabía ahora a dónde. Tenía que ir al apartamento donde vivía a recoger sus cosas. Moisés Prats pasó por ella para llevarla. La blusa rosa y el cabello recogido le daban a su rostro un aspecto aún más pálido. Ya en el domicilio, Joshua subió a verla.-Señora, creo que necesitamos platicar…-No se preocupe, Levinson, yo me voy de aquí esta misma tarde. No va a volver a verme.Levinson calló durante unos instantes, mientras la observaba poner en una maleta algunas de sus pertenencias.-Sólo necesito un favor. No voy a poder llevármelo todo de una vez. Así que no sé si le molestaría guardar aquí algunas de mis cosas por unos días. Yo vuelvo por ellas. O quizás, también podría indicarme acerca de alguna bodega donde pueda dejarlas.-Rebeca… ¿puedo decirle así, o se siente mas cómoda si la llamo Ángela?-Dime Ángela…-Ángela, usted todavía no se repone completamente. No es necesario que se vaya, si no quiere hacerlo. Mire, yo no tengo nada contra usted. En estos días he tenido oportunidad de aclarar mi mente. Sé que mi padre querría que yo la protegiera aunque fuera de modo económico. Le agradezco lo feliz que lo hizo. Usted puede quedarse en el departamento el tiempo que quiera. Prats tenía órdenes de depositarle una pensión mensualmente, misma que usted puede seguir gozando si así lo desea. Pero la condición es que se quede en este departamento. Lo único que le puedo pedir es el respeto que la memoria de mi padre se merece, que de mi parte, yo seguiré cumpliendo con el compromiso que el adquirió con usted.Eso era lo que menos se esperaba… de un momento a otro, el hijo de Isaac había decidido darle el trato de viuda no oficial. Resultaba bastante tentador y oportuno. Sin embargo, ahora que había tenido ese desafortunado encuentro con la policía, no podía arriesgarse a que empezaran a atar cabos. Pero esto también podría traducirse en algún tipo de beneficio.-Mire Joshua, no sabe lo que yo valoro su actitud. No me esperaba esto, pero usted es una persona bien nacida, así que no es para sorprenderse. Sin embargo no puedo aceptar su oferta. La razón por la que yo habitaba esta casa, era su padre, y para mi resultaría demasiado doloroso seguir aquí. Además, la relación que nosotros tuvimos no fue tan larga como para que usted pudiera sentirse comprometido a sostenerme. Fue solo poco mas de un año… uno de los mejores de mi vida. Lamento mucho decirle que no acepto… pienso volver a Guadalajara, a casa de una amiga. Esta ciudad, sin su padre, me hace daño.Rebeca había cerrado con broche de oro. Josh trato de disuadirla, pero ella estaba resuelta a irse. Así que el ofreció otorgarle una muy buena suma de dinero, con el cual pudiera empezar nuevamente, y le pidió que en caso de llegar a necesitarlo, se comunicara con Prats, quien podría darle solución a cualquier problema económico que llegase a tener.-Su postura no hace sino fortalecer el concepto que ahora tengo de usted. Entiendo un poco mejor porque mi padre estaba tan enamorado. Sepa usted que a pesar de las circunstancias, cuenta conmigo como un gran amigo, y que espero que un día me permita cuidar de usted, como habría sido la voluntad de mi padre.El destino continuaba sonriéndole a Rebeca, quien volvió a Jalisco. Según ella, había pasado tiempo suficiente, las cosas se habían enfriado, y no parecían estarla siguiendo. Sin embargo, tenía que permanecer alerta. Cuando llegó al aeropuerto de Guadalajara, lo primero que hizo fue marcarle a su gran amiga… deseaba tanto verla, estar con ella, platicar… pero no podía regresar a La Barca, sin chequear primero.-¿Tina? Soy yo, Rebeca… acabo de llegar, estoy en el aeropuerto… amiga, deseo tanto verte… ¿podrías venir a recogerme?... No llores, no seas tonta, vente volando para acá. Amiga, me han sucedido tantas cosas… yo también te quiero, pero anda… apúrate, que no tenemos tiempo que perder.Ahora solo tenía que esperar… compró una revista y se sentó en una de esas cafeterías de paso, a leer y organizar el recuento de tantos meses de ausencia y silencio, mientras tomaba un latte.
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Comentarios

  • Interesante...

    Marina
  • Felicidades Francoise de la Rue.
    Para tí ya han de ser de lo más común que te feliciten, porque tus trabajos son de muy buena calidad...y en hora buena, comparto mi opinión con las demás de mis compañeras.
  • Felicidades por este nuevo capítulo Francoise, está sensacional, con contensión de respiración para exhalar un poco más tranquilamente aunque no por completo porque no es el final. Yo también espero el siguiente con gran gusto de seguir leyendo las Rebecaventuras. Un abrazo
  • No tengo palabras, para describir lo narrado, ME ATRAPASTE, es mi debilidad, es lo mejor k he leido, y para cuando la siguientes publicación, YA ESTOY ANSIOSA por leerla,

    Felicidades, asi se escribe saludos. lau
  • woo con este capítulo lograste que entienda un poco más a Rebeca. como que entendemos que todo tiene un por que..
    Felicidades Amiga por este texto. es clara la pasión que pusiste en el. =)
  • Francoise de la Roué:
    En verdad... considérame tu fan No, 1. Admiro profundamente el manejo no sólo del lenguaje, sino la manera en que cautivas al lector de principio a fin. Debes saber que siempre estoy al pendiende de un trabajo tuyo... ¡me fascina!
    Cecy
    ¿No habría manera de tener el placer de leerte... al menos dos veces por mes?
  • FRANCOISE.....
    Cada , uno de tus trabajos me han dejado, super picadisima, excelente trabajo, me encantaria que el final de tu historia fuera un bombazo, algo que nadie se lo espera, estare muy atenta al siguiente trabajo.

    FELICIDADES....
  • Amiga !!!!Felicidades¡¡¡¡¡. Ve pensando qué título llevará tu novela cuando te la publiquen. Y por supuesto ¡Yo la quiero comprar!. Ya espero el siguiente capítulo.
    Te mando un fuerte abrazo.
  • Estimada Francoise,
    Muchas felicidades por la novela que estás integrando. Será sin duda un gran éxito cuando la lleves más allá del taller. Me gusta mucho la forma en que escribes.
  • Me fascino,felicidades una novela llena de accion y suspenso buena historia te atrapa de principio a fin.
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