Escritoras 3.10.- UN DIA DE APRENDIZAJE

+ 3.9.- ATAQUE SORPRESIVO. 3.11.- PRINCESA GUERRERA+ Génessis y su aleccionadora crónica de un suceso en Tijuana+ Atento recordatorio: Ya está on line la AGENDA DE ABRILHasta la fecha, Génessis mantiene el récord de comentarios recibidos para un trabajo --25 en ABOGADA DEFENSORA-- en nuestro taller de Expresión Literaria AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO. Ahora, en UN DÍA DE APRENDIZAJE, nos lleva amorosamente hasta un momento que muchos hemos vivido o nos tocará vivir, haciendo honor al título de su crónica que resulta ser una lección muy profunda sustentada en el amor y el razonamiento. El trabajo 3.11 de Amazona, lo anuncié como 19 AÑOS, pero será publicado con el nombre de PRINCESA GUERRERA. Leamos pues, de Génessis:UN DÍA DE APRENDIZAJE.GénessisEra el mes de Noviembre de 1988. Y como todos los años mi familia y yo nos preparábamos para festejar el Día de Acción de Gracias, (Tanksgiving Day). Una costumbre de los Estados Unidos, que se celebra el último jueves de Noviembre de cada año. Y que mucha gente de aquí de Tijuana adoptamos y aprovechamos para en compañía de nuestros seres queridos que viven al otro lado de la frontera, reunirnos, saborear una rica cena, y principalmente, dar gracias a Dios por las cosas buenas que nos han sucedido durante el año. Pero ese día, sería algo especial.Mi madre había estado delicada de salud, padecía diabetes desde hacía ya tiempo, esa dulce y temible enfermedad. Y aunque siempre se le había mantenido controlada, últimamente su semblante no era saludable y, sus molestias y dolores físicos nos preocupaban mucho. Mis hermanos y yo presentíamos lo peor. Así que decidimos darle la gran alegría de que ahora sí estuviéramos reunidos absolutamente todos sus hijos.Preparamos sus platillos preferidos. Escuchamos la música que más le gustaba. Y le pedimos que nos contara (nuevamente) su vida desde su infancia. Disfrutamos escuchando con qué emoción nos contaba de los días felices de su niñez, al lado de sus tres hermanos y mi abuela viuda. Luego, la forma en que conoció a nuestro padre, y cómo, aún siendo menor de edad, se casaron. También nos repitió lo felices que fueron, hasta el día en que de manera tan trágica falleció papá.Esa noche, Ella, mi madre… fue la estrella.Y aunque ya casi no podía comer, nos llenó de gusto ver con qué placer disfrutó una mitad de tamal de dulce (sus preferidos), y un rico ponche de frutas, calientito.Mis hermanos y yo, sin hablar del tema, sentíamos una atmósfera de inquietud y de tristeza. Temiendo que mamá no llegara con vida para pasar con nosostros las próximas fiestas de Navidad, nos propusimos hacerle sentir cuánto la amábamos todos y cada uno de nosotros. Reímos, cantamos, bailamos, contamos chistes, y por supuesto dimos gracias a Dios por esos momentos. En fin, tuvimos una verdadera fiesta.Dos días después, mi madre agravó y tuvimos que internarla de emergencia en un hospital. Ahí nos dieron la terrible noticia. Ella fue diagnosticada con cáncer en el estómago. A pesar de que ya presentíamos que algo andaba mal, la noticia fue devastadora. Yo sentí que mi mundo se derrumbaba, y aunque mi esposo trataba de consolarme, en esos momentos nada, ni ver a mis pequeñas y adoradas hijas, lograba mitigar mi inmenso dolor.A ella nunca le dijimos lo del cáncer. No lo creímos necesario. Mis hermanos y yo, nos turnabamos en grupos de tres para hacerle compañía y darle alegría. Fueron días de contraste. Por una parte la esperanza de un milagro. Por otro lado, la angustia de verla sufrir, y escucharla pedir que ya se le dejara en paz.El día martes 13 de Diciembre de 1988, y después de una larga agonía. A la 1:25 de la tarde, mi amada, mi adorada, mi hermosa y maravillosa madre... murió. ¿Y, saben qué?..Yo estuve ahí.La mañana de ese día, habíamos decidido que si lograba sobrevivir un día más, a pesar del diagnóstico de que ya no había nada que hacer, buscaríamos nuevas opiniones ( ya habíamos tenido varias y todas coincidían), pero no queríamos darnos por vencidos. Yo deseaba que el día fuera de cinco y no de 24 horas. Deseaba tanto que pasara pronto para ver llegar el nuevo día, y buscar una nueva opinión. Siempre con la ilusión de escuchar un diagnóstico diferente. Algo que nos diera una esperanza…Desafortunadamente no fue así. Y aunque durante las primeras horas mi mamita se mantuvo estable, a partir de la 1:00 de la tarde, empezó a estar un poco inquieta. La noche anterior todos sus hijos habíamos estado junto a ella. Cantando quedo las canciones que mi padre le cantaba. Incluso pudimos escucharla balbucear algunas palabras. Recuerdo que cuando mi cuñado trajo unos tacos para comer un poco, yo le introduje un pedacito de lengua de res en su boca, y aunque no pudo tragarlo, sí pude observar como se mantuvo chupandolo por un rato.Volviendo a la mañana del día en que falleció, a pesar de no haber dormido literalmente nada. Mis hermanos y yo continuábamos junto a ella. Mi esposo me llevó a mis hijas para que bajara a verlas, darles y que me dieran un beso. Me preguntó si quería ir a mi casa a descansar un poco y darme un baño. Pero yo le dije que no quería separarme de mi mamita ni un sólo instante. Él dijo que llevaría a las niñas a casa, y volvería para estar conmigo.Cuando volví al cuarto, sentimos que por un momento ella había dejado de respirar. Lloramos y gritamos de forma desesperada, y ella volvió a la vida. Este hecho volvió a repetirse, y una monja que también era su enfermera, nos dijo:– Déjenla ir, ella está sufriendo mucho.– Yo y creo que mis hermanos también, entendimos que, efectivamente, teníamos que estar tranquilos para facilitar su partida, y así lo hicimos. Mi esposo llegó, y todos juntos y guiados por la religiosa, oramos.Yo la tomé entre mis brazos y acaricié sus manos, la suavidad que había en ellas, nunca en mi vida la he vuelto a sentir. Le dije a mi esposo:-Ven, toca esta seda.Él se acercó y al igual que yo, quedó impresionado por esa suavidad. La abracé con fuerza, y le dije al oído que podía irse en paz. Que la amaba, y que siempre la iba a amar. Le agradecí por haber sido la maravillosa madre que fue. Y así, en mis brazos, tranquilamente, dejó de respirar.Por supuesto que todos los ahí presentes comenzamos a llorar. Pero de repente se abrió la puerta, entró su médico, y preguntó:-¿Ya descansó?Y en ese momento nuestro llanto cesó. Porque al menos yo, entendí que a veces el amor puede ser egoísta. Y en nuestro afán de no perder a nuestros seres queridos, no reparamos en su sufrimiento.El martes 13 de Diciembre de 1988, mi vida dejó de ser la misma.La hermosa y valiente mujer que fue mi madre, partió de este mundo. Y yo estuve allí.(A la memoria de mi adorada madre: María de la Luz Álvarez Martínez. QEPD)
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Comentarios

  • Perdón a todos, percibir en con B
    Marina
  • Hola.
    Primero te mando un abrazo con mucho amor.
    Creo que hay una gran diferencia entre escribir acerca de la muerte y de la vida, percivo que algo te faltó decir y lo estás diciendo ahora, espero que sigas escribiendo por y para la vida.
    Buen trabajo.
    Marina
  • Génesis:
    Tu relato tocó las fibras más sensibles de más de una... me cuento entre ellas y es porque el amor de una madre y hacia una madre es tan límpido, tan íntegro y total... que tan sólo de imaginar ese trance mi corazón se hace un nudito y no sé cómo reaccionar cuando llegue el momento. Bueno, en realidad ahora sí sé... Le pido a Dios que me permita – como a ti – despedirme de ella con todo mi amor y la serenidad que traen consigo el saber que en vida le di todo lo mejor que pude haberle dado, en cuestión afectiva, emocional y por supuesto... ¡material!
    Donde quiera que esté tu mamy... seguro estará feliz y satisfecha por haber engendrado y educado a unos hijos tan amorosos como lo son tú y tus hermanos.
    Cecy
  • MI QUERIDA GENESIS.

    Es un tema que ami en lo particular me da miedo, por que gracias a Dios no he tenido que pasarlo se, que se llegara el momento y de verad que no se como lo vivire, pero tus palabras se quedaran en mi mente y en micorazón , para siempre, tu mamita, estara muy orgullosa de que pudiste compartirlo con nosotras.

    Dios esta contigo cada instante nunca lo olvides.
  • Hola Génesis que bueno que compartes un momento tan especial, y con lo que comentas haces reflexionar ala gente a los padres, hermanos y seres queridos siempre hay que demostrarles cuanto los amamos, para cuando se tengan que ir nos queden todos lo momento maravillosos que pasamos y que se quedan en nosotros SALUDOS GRACIAS
  • Felicidades Genesis!!
    Que bien relatas lo que te pasò yo tambièn vivì la separaciòn de mi papà que parte de ser mi padre fue mi gran amigo.SE EL DOLOR QUE SIENTES PERO TAMBIEN ES SUMAMENTE IMPORTANTE EL VIVIR DIA AL DIA Y LA VERDAD EL AGRADECERLES ANTES DE QUE PARTAN ESTE MUNDO.

    CLARO MUCHOS TE DICEN YA CALMA ESTAN MEJOR ALLA QUE AQUI PERO REALMENTE LO QUE DUELE DUELE.
    COMO DICE ANA MARIA NAVARETE EN VIDA HERMANO EN VIDA.
    Y CUANDO LA RECUERDES RECUERDELA CON UNA SONRISA.
    QUE DIOS TE BENDIGA!!
    FELIZ DIA!!
    TE MANDO UN ABRAZO DE OSO.
  • Génessis felicidades por este conmovedor relato,y por dejarnos vivir contigo esta mezcla de emociones que deben de ser muy intensas y difíciles.También creo que cuando procuras estar con ella siempre y llenandola de amor como tú lo hiciste el sufrimiento debe de ser un poco menos.

    Gracias por compartirlo y aseguro que tus hijas estan muy orgullosas de ti. =)
  • Hola Genesis,
    Antes que nada, MUCHAS GRACIAS por compartir esta experiencia con nosotros, no es nada fácil escribir acerca de alguien que físicamente ya no está entre nosotros y más tratandose de mamá o papá, lo sé muy bien.
    Hace 20 años que tu mami tuvo la BENDICION y EL PRIVILEGIO de ser invitada por Dios a estar con él, en sus brazos y eso, a mi en lo personal es lo que me llena de alegría cuando pienso en la paz, la felicidad y sobre todo, el amor tan grande que deben sentir estando su alma en ese lugar los que ya cumplieron su misión aquí en la tierra.
    Deseo que esto que hiciste de escribirlo y compartirlo con nosotras te libere aún más de algún sentimiento que exista por ahí atorado, si es que lo hay.
    Nuevamente muchas gracias y recibe un abrazo muy fuerte de mi parte.
  • Gracias Génessis por éste íntimo pedacito de tí. Vivir y enfrentar esta realidad es siempre muy difícil, no estamos preparados para ello, no en culturas como la nuestra. Más que egoísmo, es duro aceptar que no volveremos a ver, tocar, escuchar, oler, besar, etc. a esa persona, aunque estemos seguros de que la mantendremos en nuestro corazón y en nuestros recuerdos. La confrontación con la realidad de la muerte de un ser amado, sobre todo de los padres, por quienes estamos aquí, es la confrontación con nuestra propia finitud y eso no es nada sencillo de procesar. Es más que egoísmo, porque en realidad sí queremos que dejen de sufrir, de hecho, preferiríamos que el dolor estuviera en nosotros y no en ellos porque nos sentimos seguros de poder manejarlo mejor. Por eso es más que egoísmo, es la confirmación en cada partida de que no somos inmortales y nos iremos un día u otro a pesar de a quiénes amemos y dejemos y de lo que hayamos hecho o no, logrado o no, vivido o no. Un fuerte abrazo
  • Génesis, me agradó tu texto, veo que también un avance en tu escritura, felicidades. En cuanto al tema, la muerte, qué te puedo decir, que debe ser algo muy duro de soportar y más cuando hay tantos momentos que recordar, cuando hay tanto amor a la madre y se sabe que va a morir, que no hay cura. Desgraciadamente yo no he sentido ese amor de madre, de chica tuve que salir de mi hogar y eso ocasionó una gran lesión, después, al volver ya no era lo mismo, quedó fracturada esa relación. Por eso cuando sé de este tipo de amor digo: entonces sí existe un amor así, es verdad que se puedo querer y admirar así a una madre, a un padre.
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