Publicado por Memo el 2 de Abril de 2009 a las 4:49pm
+ Testimonio-Homenaje de Ana Kennia Rentería a Héroes Anónimos+ ¿Cuántas historias así hemos vivido? Nada mejor que decir Gracias+ 3.14.- UN MOMENTO DIVINO. 3.15.- SEGUNDA OPORTUNIDADAna Kennia Rentería, una entusiasta miembro de la comunidad de Retos Femeninos, a la vez también de nuestro taller de Expresión Literaria AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO --claro, con seudónimo--, me envió un sentido relato de experiencias personales que tuvo en días recientes. ¿Quién no ha tenido una noche así...? Ella tuvo la sensibilidad adecuada para ver lo que aquí escribe, como un homenaje a Héroes Anónimos que hay en tantos y tantos hospitales de México. Por ello mismo, publicamos como Especial este material suyo y, aprovecho para anunciar que eventualmente publicaremos colaboraciones de algunas alumnas que están como "Oyentes". Leamos:FELÍCITAS DE LA GUARDIAAna Kennia RenteríaComo todos los días desde hace más de 25 años, Felícitas ingresó puntualmente por la puerta de personal de la clínica 6 del Seguro Social. La miro entrar sonriendo, con su uniforme blanco impecablemente almidonado, el suéter verde brillante y su cabello rojizo recogido de una manera inexplicable, ni un solo cabello fuera de su lugar. Mil veces me he preguntado como lo logra. En su cabeza luce orgullosamente la cofia blanca con la línea verde, que según la costumbre de la clínica, solo portan las enfermeras de mayor rango. Apresurada se dirige a la sala de urgencias, en la cual prestará su servicio durante quince días, hasta que la cambien de área y tenga que encontrar un nuevo pretexto para regresar a ella. Alguna vez, durante el recorrido del camión en el cual fuimos compañeras de asiento, Fela, como todos la conocen, me comentó que ella se hizo enfermera porque esa era la única carrera que podía costear con su salario de sirvienta. Y desde entonces, no se había arrepentido ni un solo minuto de su vida de haberlo hecho.Son las dos de la tarde y cruza la recepción del área, saludando a Susi, la asistente, con una amable sonrisa-Buenas tardes Susanita ¿Cómo sigue tu mamá?-Mejorcita, Fela, gracias… fíjate que el doctor Portales la va a ver por fin la semana que entra.-Gracias a Dios… me la saludas y dile que un día de estos voy a ir a visitarla.Entra y se dispone a recibir el turno, cuelga el limpísimo suéter en el respaldo de la silla del cubículo de enfermería, se persigna y eleva una corta plegaria para después hacer su recorrido por la sección de urgencias pediátricas. Ahí estoy yo, de pie junto a la camita de mi hijo mientras recibe nebulizaciones, puesto que las contadas sillas disponibles las están ocupando los enfermos “menos graves”, aquellos que pueden aguardar sentados. De nuevo la demanda fue mayor a la oferta de 20 camas… y nuevamente hay que hacer milagros para seguir atendiendo.-Hola mijita… ¿Otra vez esta enfermito tu bebé? No te desesperes, se ve estable, además en un ratito más va a entrar la Doctora Xóchitl a hacer revisión. Es la pediatra, muy joven, pero sabes, es de las más capaces que hay en este hospital. Tú ten fe, y cualquier cosa que necesites, estoy para servirte.Un simple gracias la despide, la verdad no me siento de humor para iniciar una platica amena, y ella esta muy ajetreada. Los minutos pasan lentamente, todo transcurre en el sopor característico de estos sitios, tan asfixiante, tan extraño y a la vez tan familiar por tantas veces que lo hemos visitado.Son ya las 4 de la tarde, el cercano ulular de una ambulancia alerta a los camilleros de que hay que estar preparados. Por el radio del guardia de seguridad se escuchan las palabras “atención urgencias, cuatro, rojo… cuatro, rojo”. Una enfermera practicante se dispone a preparar ciertas camillas, no sé su nombre, pero son las únicas que cuentan con aparatos de resucitación. Cuidadosamente cambian al enfermo que ocupa una de ellas y que afortunadamente hacía algunas horas había salido de la etapa critica y únicamente se encuentra en espera de pasar a piso. Ahora me doy cuenta, no se trata de una sola, son tres ambulancias que están trasladando a los heridos producto de un accidente.El personal médico de la sala es mínimo, únicamente dos doctores, una pediatra, cuatro enfermeras de base, y tres jovencitas practicantes de la escuela de enfermería. Sin embargo todos se aprestan a recibir la emergencia. Uno a uno los heridos son trasladados a las camillas, las cortinas se corren y comienza el incesante sonido de los aparatos comúnmente utilizados en estos casos. En lo personal esos sonidos me resultan desesperantes, más aún que la alarma del despertador.Han transcurrido algunos minutos más, pero parece que aún no logran estabilizar a uno de los heridos. Nunca antes me había dado cuenta de lo importante que es la expresión de la gente que trabaja en esas áreas hospitalarias: el rostro del personal de emergencias es en muchos casos lo último que alguien va a mirar en su vida. Debe ser muy difícil que tus ojos puedan transmitir esperanza aún en los momentos más críticos, o por lo menos, que el enfermo en fase terminal pueda encontrar aunque sea un poquito de humanismo.Las chicas practicantes han quedado a cargo de la sala general, Fela y una de ellas, están en este momento atendiendo a uno de los pequeñitos de urgencias pediátricas. Los médicos disponibles continúan detrás de las cortinas, tratando de salvarles la vida a los infortunados que llegaron. De repente Susi entra a la salita, con un bebito inconsciente en brazos, seguida por una mujer de unos treinta años que luce pálida y desconcertada.-Fela… el niño casi no respira…-¿Qué le pasó?- comenta la enfermera mientras lo recuesta sobre el cunero-No sé… no sé… lo estaba bañando… y… se puso así… nada mas se soltó y se dejó caer.Para ese punto, hábilmente Fela comienza a aplicar las técnicas de RPC. Le indica agriamente a la asustada practicante que masajeé las extremidades del menor. Yo solo las miro, un sudor frío me recorre la frente y comienzo a sentir como mi propia respiración es cada vez mas acelerada. Se trata de un pequeñito más o menos de la edad de mi hijita menor, un año.-Cristóbal… ¿me oyes mi amor?... respira… chiquito… tienes que respirar…Una y otra vez comprime el abdómen del pequeñito, echa mano de toda la habilidad obtenida durante su práctica. Solo ha pasado un par de minutos, cuando el niñito comienza a llorar débilmente. Un suspiro de alivio recorrió la sala, proveniente de las gargantas de las madres de los demás enfermos.-Delia… ve rápido por la pediatra- dijo dirigiéndose a la asustada jovencita de uniforme azul y blanco- dile que tenemos un chiquito con signos de bronco aspiración.La joven doctora llega minutos después, acompañada por otro medico. Solicita la información del ingreso y Fela le comenta la situación en términos médicos. Ahora la enfermera debe terminar con su trabajo, llamar a la trabajadora social, quien hablara con la tía del menor, con el fin de aclarar el delicado acontecimiento.-Señora, una pregunta… ¿dice usted que estaba bañando al bebé cuando se puso así?-S-sí… solo se soltó… no sé qué le pasó-Señora… ¿entonces, me puede explicar por qué el niño no tiene el cabello mojado?- le dijo la enfermera a la mujer, mientras ambas se alejan, dirigiéndose a la oficina de trabajo social.El bebito ha sido trasladado a atención hospitalaria… una mujer que pude identificar como cristiana, dirige en voz muy bajita una plegaria por la salud del pequeñito. Es irónico que ahí, quienes nos creemos mas fuertes y osados, resultemos tan impotentes que lo único que podamos hacer sea eso, rezar, una y mil veces, oraciones conocidas, o peticiones improvisadas. Orar, con la esperanza de que nuestra voz sea escuchada.Han transcurrido algunas horas más. El ambiente está más tranquilo, son ya cerca de las nueve de la noche. He notado que la enfermera se dirige repetidamente a una de las camillas que están con las cortinas corridas. La he oído decir “este tranquilo, no se preocupe, se le esta atendiendo… su familia no debe tardar en venir”. En esos sitios los rumores corren rápidamente. El enfermo que esta en ella ha sido sometido a una traqueotomía, sus lesiones son muy graves. En un momento dado, Fela se acerca a Susi la asistente y le pregunta si por fin lograron localizar a los familiares del herido.-Sí, ya los localizamos… vienen en camino… el problema es que van a tardar por lo menos una hora mas en llegar. Vienen desde San Pedro.El hombre no resiste la espera. A pesar de la gran batalla, de todo el esfuerzo, parece ser que Dios tenía otros planes. A las 9:40 fallece, solo acompañado de la enfermera que, a pesar de ser la responsable solo de emergencias pediátricas, entraba a reconfortarlo en sus últimos instantes. Ahora todos miran al camillero, que transporta el cuerpo a otra de las áreas del hospital.Termina el turno… el personal de la sala cambia. Hay que ir camilla por camilla a entregar a los enfermos en manos del nuevo equipo. Ahora a Fela la acompaña Carmelita, quien será la enfermera de noche, a ella también la conozco, por mis repetidas visitas a la sala. Los ojos de Fela transmiten tristeza, pero camuflajea su semblante con una sonrisa, mientras recorre las camitas.-¿Qué te dije? Mira, tu bebé se ve ya con mejor color… me comentó la doctora que hoy no te lo vas a poder llevar, van a cambiarte a pediatría. Pero no te mortifiques, el doctor de la noche también es muy experimentado. Esta en las mejores manos.Ahora solo puedo decir “gracias” nuevamente. Pero no es por falta de humor, es que me he quedado muda, al observar la grandeza de esa mujercita, de 50 años y metro y medio de estatura. No puedo decir nada, no puedo expresarle las emociones que me hizo vivir. Me pregunto que contesta en su casa, a la pregunta diaria, “¿Cómo te fue en el turno?”, me pregunto si comentará algo a su familia, o si intenta olvidarlo al cruzar el ingreso de personal para regresar a su casa. Me pregunto, de dónde saca fuerza para regresar al día siguiente e intentar paliar el dolor, la enfermedad, la muerte.La veo ponerse encima el suéter verde brillante. Discretamente dibuja la señal de la cruz en su frente y se retira, despidiéndose del vigilante, y prometiéndose a si misma volver mañana.HOMENAJE AL PERSONAL DESCONOCIDO DE LOS HOSPITALES, AL QUE POR LA FALTA DEL TITULO UNIVERSITARIO DE MEDICINA, POCOS SE OCUPAN DE MEMORIZAR SU NOMBRE. GRACIAS AL PERSONAL DE ENFERMERIA QUE ESTUVO AHÍ CUANDO MI HIJITO, Y MUCHOS OTROS LO NECESITARON.Ocotlán, Jal. Primavera, 2009.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Hola Ana Kennia: Primero que nada decirte que me alegro mucho de que tu hijito ya esté mejor. Por otra parte felicitarte por haber hecho este reconocimiento a Felicitas de la guardia, porque como ella hay muchos héroes anónimos (hasta que alguien les pone nombre). Por lo general cuando nos tratan mal, buscamos al gerente para quejarnos, pero cuando nos dan un trato excelente, cuando mucho decimos:-"gracias"- Pero casi nunca buscamos al encargado para decirles lo valioso que es su empleado (a). Felicidades por ser una persona agradecida.
Dios te bendiga. Te mando un fuerte abrazo.
Ana Kennia:
Tu texto me ha conmovido enormemente. Es un homenaje a esas mujeres y hombres que eligieron una de las profesiones menos valoradas, pero también de las más complejas y satisfactorias: ¡enfermería! Como en toda profesión, no podemos catalogar a todos como excelentes o viceversa, pero SÍ existen DIAMANTES... enfermeros (as) que atienden al paciente con ternura, comprensión y respeto. Para ellos... ¡toda nuestra admiración y respeto!
Hace tiempo, yo ocupaba una frase cuando llegaba – por alguna razón – a un hospital. Decía... “entrar a un hospital es penetrar a la dimensión del dolor”. Me justifico: quizá como a la inmensa mayoría, no me gustaba encontrarme en medio del sufrimiento.
Mi perspectiva cambió cuando estuve acompañando a mamá en su convalecencia de dos cirugías y un infarto cerebral... Fue entonces cuando valoré, realmente valoré todo el amor que prodigan estos héroes anónimos, porque en ocasiones... ni siquiera nos interesamos por saber su nombre.
Ahora, cuando estoy en un hospital me digo “estoy entrando a la dimensión de la esperanza, al encuentro con la fe en Dios mismo”. Mis hermanos y yo, hemos aprendido a revalorar su trabajo: procuramos hacerles patente nuestro reconocimiento verbal, además de dejarles un presente a cada una de las enfermeras que atendieron a mamá.
Sé que esto no es suficiente... pero nos hace sentir bien con nosotros mismos. Y cuando vamos saliendo del hospital - en silencio - le pregunto a Dios: ¿Cómo puedo agradecerte el haber encontrado a un personal tan competente y amoroso? Él – o mi yo interno – me contesta: Sé tú también un regalo para los que sirves en tu trabajo.
Cecy
PS. Bendito Dios que manifestó su amor hacia tu pequeño y tu familia, enviándole salud. De todo corazón... quiero visualizarlo feliz y tremendamente saludable, en medio de un cálido y amoroso hogar... seguro, tú conoces el poder de la visualización creativa.
No cabe duda que el ángel de la justicia existe y hace gala de presencia en tí a través de tu texto... que refleja la vedrad de muchos héroes anonimos como tu les llamas.
Los médicos y las enfermeras.... son para mí los angeles de Dios en la tierra. Así pude constatarlo cuando mi pequeño Jesusito estuvo también por meses bajo los muros de muchas salas hospitalarias....
y quizá uno de los grandes consuelos de su corta vida fue precismente la asistencia y devoción de esas maravillosas mujeres anónimas que con sus cuidados y atenciones le brindaron tanto consuelo y tanta luz.
Gracias por ese homenaje que haces a Felicitas y a todas ellas...
Gracias porque aún si quererlo... si nos muestras el lado más sensible de la historia: el sentido humano.
Y gracias tambien porque en este escrito...como en todos los tuyos, se escuchó el eco de tu hermoso corazón.
Mi reconocimiento... gratitud... y cariño a todas esas angeles de DIos... en este tierra.
MI INTENCION AL ESCRIBIR ESTA HISTORIA ES DAR A CONOCER LAS SITUACIONES DE SACRIFICIO A LA QUE UNA CARRERA TAN DEMADANTE Y A LA VEZ TAN MENOSPRECIADA POR ALGUNOS COMO ES LA CARRERA DE ENFERMERIA LLEVAN A QUIENES TIENEN EL VALOR DE ASUMIRLA, PERO NO ES SOLO TOMARLA POR TOMARLA, NI CUMPLIR CON UN HORARIO ESPECIFICO... EN ESTE CASO, SE TRATA DE UNA CARRERA QUE DEBE TENER PRESENTE AL CORAZON, Y A LA MENTE, POR SUPUESTO, ATENTOS AL MISMO TIEMPO PARA DAR UNA ATENCION DE CALIDAD INTEGRAL AL INDIVIDUO.
FELICITAS, DE QUIEN HABLO EN ESTA HISTORIA, ES UN PERSONAJE REAL... Y REPRESENTA A ESAS MUJERES QUE DEJAN LA VIDA ENTRE LOS PASILLOS DE LOS HOSPITALES, QUE ENSEÑAN Y QUE TE BRINDAN SU MANO AMIGA EN EL MOMENTO QUE ERES MAS VULNERABLE. LA HISTORIA COMPLETA, ES TOTALMENTE VERIDICA.
EN LO PERSONAL, POR LA SITUACION QUE ULTIMAMENTE HE ATRAVESADO, ME SIENTO EN DEUDA, CON ELLA, Y CON UNA DOCENA DE MUJERES COMO ELLA. DESDE MI HUMILDE POSTURA, NO PUEDO SINO CONTRIBUIR HACIENDO DEL CONOCIMIENTO PUBLICO SU TRABAJO. DEBO DECIRLES, QUE EN LO PARTICULAR, AUNQUE ESCRIBO CON TODO EL CORAZON Y EL PLACER DENTRO DEL TALLER, MI LINEA NO SE VA POR LO ROMANTICO O SENSIBLE... ASI QUE ESTA QUIZA PARA MI FUE UNA DE LAS HISTORIAS MAS DIFICILES Y DEMANDANTES QUE TUVE QUE TRANSCRIBIR, PORQUE NO SE TRATABA DE RETRATAR A UNA MUJER, O A UN SUCESO... SINO A UN CORAZON Y A UNA VOCACION DE ENTREGA AL PROJIMO... DE SERVICIO A LOS DEMAS.
Ana Kennia, gracias por compartir tu experiencia y tu propia vivencia. es siempre muy reconfortante saber que existen profesionistas y profesionales así, conociendo a la perfección su trabajo y sabiéndose conducir de acuerdo al caso, sobre todo cuando es uno personalmente quien está pasando por tan delicada y penosa situación. Eso ayuda, tranquiliza y brinda esperanzas de que todo saldrá bien, de que uno importa y puede mantener su dignidad de persona. Efectivamente son héroes anónimos, pero solamente para quienes no han tenido la necesidad de tratar con ellos aún, afortunadamente, y para quienes dada su delicada o grave situación no tienen la oportunidad ni de mirar sus caras ni conocer sus nombres. Pero imagino que para cualquiera que ha pasado por sus manos, no sólo dejan de ser anónimos, sino que dependiendo el caso, incluso se inicia o se da una relación más allá de lo físico. En tu caso, veo que así ha sido, a pesar de tu propio y particular sufrimiento y angustia, tan es así, que has podido narrar esta bella historia desde tu corazón. Te deseo también desde mi corazón que todo vaya de bien para mejor con tu pequeño y salgan ambos triunfantes sobre la enfermedad. Un fuerte y cariñoso abrazo
un lindo Querubín que estaba en el cielo, le tocó el turno de nacer como niño, y le dijo un día a Dios:
- me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, ¿pero cómo vivir tan pequeño e indefenso como soy?
- entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y te cuidará.
-pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz, y ¿cómo entender lo que la gente habla, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
- tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con gran cariño te enseñará a hablar
- y ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?
- tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a rezar y podrás hablarme.
- he oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?
- tu ángel te defenderá a costa de su propia vida.
- pero estaré triste porque no te veré más.
- tu ángel te hablará siempre de Mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía con lágrimas en los ojitos sollozando:
- Dios mío, si ya me voy dime su nombre ¿cómo se llama mi ángel?
En el mundo hay gente buena y con un gran corazón, te acuerdas que te comente las situaciones dificles y muy angustiantes que pase con mi pequeño, ahi conoci al qeu ahora llamo el ángel de mi hijito, por que gracias a sus cuidados salio adelante, las enfermeras en pediatria son muy cariñosas con los bebes, y siempre tienen una palabra de aliento para nosotras, el pediatra de mi bebe se llama José Garcia, no sabes cuanto cariño y agradecimiento le tenemos, si el no se hubiera cruzado en mi camino y en el de mi hijo, no se que hubiera pasado, yo los veia trabajar correr y ayudar, a los peques, en la sala de pedriatria, y no me imagino como tienen el valor para no soltarse a llorar, pero descubri que ellos tienen un GRAN CORAZON, que lo unico que pasa por su cabeza en los momentos criticos, es yo puedo ayudar, y tengo que ser fuerte , ellos me necesitan, ahora mi niño ya esta muy bien, se lo agradezco al DOC, JOSE A LAS EMFERMERAS, Y A TODA LA GENTE QUE TRABAJA EN LOS HOSPITALES.
De igual manera, quiero decirte que tu pequeño es un ángel en la tierra y como dice Fela, con fe y mucho amor tu bebe, estara mejor, ten FE y dal mucho AMOR, se que es un guerrero con una luz tan pero tan grande que saldra a delante, y tu hermana eres una mujer muy pero muy afortunada al tenerlo a tu lado.
Dale un beso a tu peque, y a ti te mando un abrazo y un beso con mucho cariño.
NUNCA OLVIDES QUE POR MAS SITUACIONES DIFICILES QUE PASEMOS, DIOS ESTA CON NOSOTROS CADA INSTANTE, Y CUANDO SIENTAS QUE YA NO PUEDES HERMANITA, EL TE ESTA CARGANDO PARA DARTE FUERZA PARA SEGUIR ADELANTE.
DIOS TE LLENE DE BENDICIONES HOY MAÑANA Y SIEMPRE.
Comentarios
Bravo por hacer un homenaje a esos héroes desconocidos que hacen su labor con amor y responsabilidad y que son muchísimos...
Que la fuerza del amor nos acompañe siempre.
Marina
Dios te bendiga. Te mando un fuerte abrazo.
Tu texto me ha conmovido enormemente. Es un homenaje a esas mujeres y hombres que eligieron una de las profesiones menos valoradas, pero también de las más complejas y satisfactorias: ¡enfermería! Como en toda profesión, no podemos catalogar a todos como excelentes o viceversa, pero SÍ existen DIAMANTES... enfermeros (as) que atienden al paciente con ternura, comprensión y respeto. Para ellos... ¡toda nuestra admiración y respeto!
Hace tiempo, yo ocupaba una frase cuando llegaba – por alguna razón – a un hospital. Decía... “entrar a un hospital es penetrar a la dimensión del dolor”. Me justifico: quizá como a la inmensa mayoría, no me gustaba encontrarme en medio del sufrimiento.
Mi perspectiva cambió cuando estuve acompañando a mamá en su convalecencia de dos cirugías y un infarto cerebral... Fue entonces cuando valoré, realmente valoré todo el amor que prodigan estos héroes anónimos, porque en ocasiones... ni siquiera nos interesamos por saber su nombre.
Ahora, cuando estoy en un hospital me digo “estoy entrando a la dimensión de la esperanza, al encuentro con la fe en Dios mismo”. Mis hermanos y yo, hemos aprendido a revalorar su trabajo: procuramos hacerles patente nuestro reconocimiento verbal, además de dejarles un presente a cada una de las enfermeras que atendieron a mamá.
Sé que esto no es suficiente... pero nos hace sentir bien con nosotros mismos. Y cuando vamos saliendo del hospital - en silencio - le pregunto a Dios: ¿Cómo puedo agradecerte el haber encontrado a un personal tan competente y amoroso? Él – o mi yo interno – me contesta: Sé tú también un regalo para los que sirves en tu trabajo.
Cecy
PS. Bendito Dios que manifestó su amor hacia tu pequeño y tu familia, enviándole salud. De todo corazón... quiero visualizarlo feliz y tremendamente saludable, en medio de un cálido y amoroso hogar... seguro, tú conoces el poder de la visualización creativa.
No cabe duda que el ángel de la justicia existe y hace gala de presencia en tí a través de tu texto... que refleja la vedrad de muchos héroes anonimos como tu les llamas.
Los médicos y las enfermeras.... son para mí los angeles de Dios en la tierra. Así pude constatarlo cuando mi pequeño Jesusito estuvo también por meses bajo los muros de muchas salas hospitalarias....
y quizá uno de los grandes consuelos de su corta vida fue precismente la asistencia y devoción de esas maravillosas mujeres anónimas que con sus cuidados y atenciones le brindaron tanto consuelo y tanta luz.
Gracias por ese homenaje que haces a Felicitas y a todas ellas...
Gracias porque aún si quererlo... si nos muestras el lado más sensible de la historia: el sentido humano.
Y gracias tambien porque en este escrito...como en todos los tuyos, se escuchó el eco de tu hermoso corazón.
Mi reconocimiento... gratitud... y cariño a todas esas angeles de DIos... en este tierra.
Respetuosamente
Laura Eugenia
MI INTENCION AL ESCRIBIR ESTA HISTORIA ES DAR A CONOCER LAS SITUACIONES DE SACRIFICIO A LA QUE UNA CARRERA TAN DEMADANTE Y A LA VEZ TAN MENOSPRECIADA POR ALGUNOS COMO ES LA CARRERA DE ENFERMERIA LLEVAN A QUIENES TIENEN EL VALOR DE ASUMIRLA, PERO NO ES SOLO TOMARLA POR TOMARLA, NI CUMPLIR CON UN HORARIO ESPECIFICO... EN ESTE CASO, SE TRATA DE UNA CARRERA QUE DEBE TENER PRESENTE AL CORAZON, Y A LA MENTE, POR SUPUESTO, ATENTOS AL MISMO TIEMPO PARA DAR UNA ATENCION DE CALIDAD INTEGRAL AL INDIVIDUO.
FELICITAS, DE QUIEN HABLO EN ESTA HISTORIA, ES UN PERSONAJE REAL... Y REPRESENTA A ESAS MUJERES QUE DEJAN LA VIDA ENTRE LOS PASILLOS DE LOS HOSPITALES, QUE ENSEÑAN Y QUE TE BRINDAN SU MANO AMIGA EN EL MOMENTO QUE ERES MAS VULNERABLE. LA HISTORIA COMPLETA, ES TOTALMENTE VERIDICA.
EN LO PERSONAL, POR LA SITUACION QUE ULTIMAMENTE HE ATRAVESADO, ME SIENTO EN DEUDA, CON ELLA, Y CON UNA DOCENA DE MUJERES COMO ELLA. DESDE MI HUMILDE POSTURA, NO PUEDO SINO CONTRIBUIR HACIENDO DEL CONOCIMIENTO PUBLICO SU TRABAJO. DEBO DECIRLES, QUE EN LO PARTICULAR, AUNQUE ESCRIBO CON TODO EL CORAZON Y EL PLACER DENTRO DEL TALLER, MI LINEA NO SE VA POR LO ROMANTICO O SENSIBLE... ASI QUE ESTA QUIZA PARA MI FUE UNA DE LAS HISTORIAS MAS DIFICILES Y DEMANDANTES QUE TUVE QUE TRANSCRIBIR, PORQUE NO SE TRATABA DE RETRATAR A UNA MUJER, O A UN SUCESO... SINO A UN CORAZON Y A UNA VOCACION DE ENTREGA AL PROJIMO... DE SERVICIO A LOS DEMAS.
- me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, ¿pero cómo vivir tan pequeño e indefenso como soy?
- entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y te cuidará.
-pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz, y ¿cómo entender lo que la gente habla, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
- tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con gran cariño te enseñará a hablar
- y ¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?
- tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a rezar y podrás hablarme.
- he oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?
- tu ángel te defenderá a costa de su propia vida.
- pero estaré triste porque no te veré más.
- tu ángel te hablará siempre de Mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía con lágrimas en los ojitos sollozando:
- Dios mío, si ya me voy dime su nombre ¿cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa, tú le llamarás: ¡Mamá!
_____________
En el mundo hay gente buena y con un gran corazón, te acuerdas que te comente las situaciones dificles y muy angustiantes que pase con mi pequeño, ahi conoci al qeu ahora llamo el ángel de mi hijito, por que gracias a sus cuidados salio adelante, las enfermeras en pediatria son muy cariñosas con los bebes, y siempre tienen una palabra de aliento para nosotras, el pediatra de mi bebe se llama José Garcia, no sabes cuanto cariño y agradecimiento le tenemos, si el no se hubiera cruzado en mi camino y en el de mi hijo, no se que hubiera pasado, yo los veia trabajar correr y ayudar, a los peques, en la sala de pedriatria, y no me imagino como tienen el valor para no soltarse a llorar, pero descubri que ellos tienen un GRAN CORAZON, que lo unico que pasa por su cabeza en los momentos criticos, es yo puedo ayudar, y tengo que ser fuerte , ellos me necesitan, ahora mi niño ya esta muy bien, se lo agradezco al DOC, JOSE A LAS EMFERMERAS, Y A TODA LA GENTE QUE TRABAJA EN LOS HOSPITALES.
De igual manera, quiero decirte que tu pequeño es un ángel en la tierra y como dice Fela, con fe y mucho amor tu bebe, estara mejor, ten FE y dal mucho AMOR, se que es un guerrero con una luz tan pero tan grande que saldra a delante, y tu hermana eres una mujer muy pero muy afortunada al tenerlo a tu lado.
Dale un beso a tu peque, y a ti te mando un abrazo y un beso con mucho cariño.
NUNCA OLVIDES QUE POR MAS SITUACIONES DIFICILES QUE PASEMOS, DIOS ESTA CON NOSOTROS CADA INSTANTE, Y CUANDO SIENTAS QUE YA NO PUEDES HERMANITA, EL TE ESTA CARGANDO PARA DARTE FUERZA PARA SEGUIR ADELANTE.
DIOS TE LLENE DE BENDICIONES HOY MAÑANA Y SIEMPRE.
TE QUIERO MUCHO.
Y TE EXTRAÑO, ESPERO VERTE PRONTO POR ACA.
VA QUE VA......