Publicado por Memo el 5 de Marzo de 2009 a las 2:00pm
+ 2.11.- DELICIOSAMENTE ATURDIDA. 2.13.- CALIFICACIONES+ La Sentencia, de Maya, cierra el ejercicio LOS CINCO SENTIDOS+ Con tan solo dos textos, la Autora ya es identificada por su EstiloPrimero que nada, presento una breve explicación y una extendida disculpa, por el ligero retraso en la publicación on line de las CALIFICACIONES de Febrero, correspondientes al ejercicio LOS CINCO SENTIDOS, de nuestro taller de Expresión Literaria AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO. Se debió a que concedí unos días de espera para recibir el trabajo de Maya, quien tuvo problemas con su computadora y solicitó algo de tiempo. Maya (¿cómo olvidar PERDIDAS Y HALLAZGOS?), tiene un logro importante con LA SENTENCIA: Con tan sólo dos trabajos en nuestro taller, ya es perfectamente identificable su Estilo. Igual sucede con otras Escritoras en este taller. ¡Qué maravilla!. LA SENTENCIA nos atrapa y nos lleva por vericuetos para muchos ya conocidos. En este trabajo tan bien logrado, Maya alude a los Cinco Sentidos: Vista, Oido, Olfato, Tacto y Gusto. Vamos a leerla:LA SENTENCIAMaya¿Dónde estoy? No puedo abrir los ojos, ¿a dónde me han traído? Algo atraviesa mi garganta, duele, no me deja respirar, siento, como un tubo que atraviesa mi nariz, han amarrado mis brazos y los han lastimado tanto, están hinchados, no han dejado de encajarme agujas desde que me prendió la Guardia del Virrey.Al fin puedo entreabrir los ojos, no sé bien dónde estoy ni que día es. Me parece escuchar lamentos y gritos de dolor. ¿Estoy en el calabozo? No, aquí hay luz, no huele a humedad ni a excremento, ni escucho maldiciones de verdugos. Esas formas que van y vienen parecen monjas. Tengo la boca seca, quiero agua, estoy ardiendo, necesito saciar esta sed que me invade, nadie me da agua, siento aturdida la cabeza, este.... sopor, es un profundo mareo, no puedo pensar bien. ¿De dónde viene tanta luz? Duelen los ojos, todo es borroso, ¿Estaré en la torre? Esto no parece calabozo. No escucho guardias… este silencio, tan extraño como ese raro olor que no puedo reconocer, no es buena señal.¿Por qué no estoy en los sótanos? No puedo estar muerta, debo continuar viva, si, tantísimo dolor, debe ser la confirmación de mi agonía, ¿hasta cuándo terminará? .... Oh Dios ¡Son tan inhumanos!¡No! en medio de esos contornos blancos, veo una silueta negra, parece un hombre alto con.....¡Si! si, es una sotana, tengo miedo, ya me vio y parece venir hacia acá, se detiene junto a mi.¡Oh, Dios, es él, si, ¡El Inquisidor ! Percibo su avinagrado aliento sobre mi cara cuando interroga con voz fuerte: ¿Cuál es su religión? Se acerca más, noto aromas de incienso en su ropa, y con su dedo acusador toca mi hombro e insiste: ¿Señora: me escucha? ¡Claro que lo escucho! Siento el peso de toda la vida caer de golpe sobre el pecho, un agudo dolor, como descarga eléctrica, me estremece toda. El terror me petrifica. No puedo contestar, aterrada y sin fuerzas para defenderme.Su voz es fuerte y clara: Señora ¿A qué religión pertenece? Esa terrible pregunta taladra mi conciencia, lo más profundo de mi ser se retuerce dejando al descubierto un enorme vacío dentro de mi, o peor aún, un océano de dudas, al que sé que voy a caer irremediablemente.El miedo aprisiona mi cuerpo, cual corriente eléctrica recorre la espalda y paraliza todo, pero el instinto de sobrevivencia es más fuerte y se aferra a la razón, hay que pensar en algo, pronto, tengo que salvarme. ¡No me quemaran de nuevo! No, no pueden condenarme dos veces a la hoguera.Esa pregunta suena a terror, anuncia el dolor de la muerte, he soportado los tormentos de la Santa Inquisición, los suplicios del potro que desgarró mis miembros poco a poco con un dolor indescriptible y después… ¡No, por favor! Ya no… no es justo. Después de tanto tormento ¿no me dejaran libre? Ya me cansé de repetir que soy inocente. (Mi pecado es no estar de acuerdo con la incongruencia y los abusos)Un estremecimiento congela mi sangre al contacto de una mano suave pero firme, al tiempo que su oscura voz increpa: ¿Acaso es Atea? ¡Conteste! ¿Es usted Atea? Y un eco sepulcral retumba: Ateaaa! Cof, Cof…. A teee aaaa… Aaaaatttteeeaa..... ¡Muerte para la impía! Que muera…Es mucho más que una pregunta, es el primer latigazo, el dolor del cruel azote que me sobrecoge con reminiscencias de alguna vida pasada, quema la espalda cada latigazo, desgarra la piel y el dolor traspasa los huesos, ¡no quiero volver a pasar por esto! Tengo la boca seca, la lengua pegada al paladar, mi voz se ahoga en la garganta. Deben parar esto, ya no resisto más. Con un supremo esfuerzo logro hacer un ligero movimiento negativo de mi cabeza implorando piedad, el Inquisidor sentencia: ¡Bien, regresaré por la noche! Y su mirada maléfica es preludio de la tragedia.Una sensación de alivio momentáneo me permite recuperar un poco la respiración. Tengo tiempo, al menos unas horas para pensar en algo, debo preparar mi defensa antes de que retorne el Inquisidor con la sentencia.Trato de respirar lo más profundo que me permiten las escasas fuerzas y estos tubos del tormento que tanto lastiman ¡Caigo! Caigo en una violenta espiral que me atrapa en medio de voces, voces e imágenes olvidadas que resurgen en algún subterráneo resquicio de la memoria:Niña: apúrate a comer y acaba pronto la tarea, vas a ofrecer flores al templo. ¿Por qué Mamá? Pues porque ya es mayo, el mes de la virgen. ¡Pero la virgen siempre tiene dos jarronzotes de flores en el altar Niña: eso no importa, es una costumbre, apresúrate quiero que llegues antes de las cinco.¡Ay no! entonces no voy a poder ir a jugar al campo de béisbol. Ni modo hijita ya jugarás el mes que entra. ¿Por qué tengo que ir mamá? Porque así dice la iglesia, niña. Pero es mucho tiempo y me aburro! Ay hija, pues la iglesia tiene toda la vida practicando sus costumbres y no se aburre. No me gusta la iglesia, ni que fuera yo a ser monja.Ya muchachita! ¡Cállate y obedece! Pórtate bien y mucho cuidado con que me den una queja de ti.Salgo con mi vestido blanco y un ramo de azucenas o crisantemos rumbo al templo de la colonia, a cumplir con el ritual que ordena la Santa Madre Iglesia Católica y mi mamá.Es muy difícil, estar quieta en la banca tanto rato. Enredo las trenzas o jalo el vestido de las niñas hincadas en la hilera del frente, comienzo a remedar el latín del Señor Cura, provocando risitas ahogadas en las demás, hasta la llegada de una monja que con mirada de pistola amenaza: “Dios te va a castigar” y logra inspirarme miedo, porque como Dios todo lo ve…. si, seguro me puede enviar derechito al fuego eterno del infierno.Al fin, después del mes de sacrificio, la recompensa era la fiesta de San Juan, los juegos de la feria, kermés, castillos, vendimias, yo podía disfrutar de todo, cualquier día, no me cobraban entradas ya que mi mamá, amistad del Señor Cura, organizaba la cobranza de todos los puestos para obtener máximas ganancias tanto para la iglesia como para los lugares que mandaba instalar ella y ¡ todos contentos!Uno o dos meses después mis juegos eran otra vez interrumpidos, por culpa del Templo Espiritualista, cuando celebraba su Congreso Anual, al que asistían miles de fieles de todo el país a “rezar-gastar”.Niña: vete a dormir porque mañana domingo vas a ir temprano a la Cátedra.¡Ay, no! Eso dura más que la misa, ¡me da sueño! Por eso hija, duérmete más temprano, ¡y deja de alegar!Otra vez disfrazada de corrección, a sufrir casi dos horas eternas de aburrimiento y con el “privilegio” de sentarme en primera fila, donde estaba bien vigilada por las amistades de mamá y no podía ni cabecear.Entonces me entretenía en descubrir el misterio de esa extraña religión donde Dios y la Virgen podían comunicar sus mensajes a través de los señores importantes, que se “dormían” sentados (luego supe que estaban en “trance”). Yo sospechaba que había un truco, estaba casi segura y lo quería descubrir, buscaba micrófonos ocultos, pasadizos secretos, tubos, teléfonos, grabadoras, pero mis esfuerzos resultaron inútiles. (Hay fenómenos que todavía no puedo explicar de esa religión). ¿Sabrá algo de esto El Inquisidor? ¡No por favor! No quiero pensar que el Santo Tribunal se haya enterado de esto…..sería usado para acusarme de hechicería diabólica, ¡que no se enteren! Ellos condenan todo aquello que no entienden...Mi mamá y yo éramos conocidas y muy bien aceptadas por toda la grey espiritualista, que compraba siempre en los negocios de mi madre, mujer inteligente y práctica, que nunca se peleó con sus ingresos.Afirmaba que era el mismo Dios con diferentes nombres, y ella no quería problemas con ninguna religión.Niña: pregúntale a Chole si hay pastel o flan. ¿Qué les va a ofrecer a los Testigos de Jehová?¡Ay mamá! ¿Otra vez van a venir? Si hija. Prepara los libros en la mesa del comedor.¡Uff! Mira mamá, si me gusta leer en voz alta, pero me aburren mucho las explicaciones.Pues la explicación es lo más importante, para que puedas entender la Biblia.¡Ummh! el otro día tu le dijiste a mi madrina que la Biblia cada quien la entiende como mejor le conviene…¡Chamaca! No andes oyendo pláticas de mayores, ¡cállate, no repliques! ¿Te cuesta tanto obedecer y ya?Estudiamos algunos meses, bueno, más yo que ella, porque como siempre tenía muchas ocupaciones, le hablaban a la mitad del estudio y luego no regresaba a la mesa.Cuando los Ancianos trataban de presionar a mamá para que nos bautizáramos, llegaba el final, ella no aceptaba presiones de nadie, menos aún cuando ya hasta había pasado La Gran Asamblea, que había dejado las ganancias esperadas a los negocios de la familia.¡Ya no soporto más!, me quema la fiebre, tengo sed, siento los huesos rotos, es insoportable el dolor de la carne desgarrada en el castigo del potro ¿Cómo el Santo Oficio puede ser tan cruel? ¿Dónde está el amor de Dios? ¿Cómo pueden ver lo que sufro y nadie ayuda? no quedan almas caritativas, todos pasan de largo, tienen miedo, agachan la cabeza, esconden la mirada, todos temen al Santo Oficio. ¿Por qué llevan tanta prisa? ¿Habrá alguna ejecución? No, no escucho los tambores de la procesión, ni huele a leña ...Otra vez el mareo, siento náuseas y nadie calma esta sed que me abraza, sólo pido unas gotas de agua… ¡Por piedad…agua… ya no puedo…Nena: el sábado en la tarde, iremos con los González a su templo Evangelista. ¿Por qué, mamá?¡Porque si! ¿Siempre has de estar molestando con tus preguntas? ¡Qué niña! Para todo quieres explicación.Al día siguiente, enfilábamos una hora a escuchar de memoria todos Los Evangelios, hombres y mujeres, sentados aparte. Lo bueno de ahí era que cada ratito cantábamos, lo malo era que yo si tenía que asistir a la Escuela Dominical, y aprender a recitar los versículos al pie de letra, por uno o dos meses, mientras pasaban los eventos espirituales, que mi mamá convertía en sucesos comerciales, igual que cada una de las iglesias.Vaya que soy estúpida! Por que recuerdo esto? No, ¡no debo ni pensarlo!, si se me suelta la lengua, me echaré la soga al cuello y no habrá clemencia... esos malditos Inquisidores vestidos de buitres…¡Ellos son los verdaderos demonios! Asesinos, verdugos. Sicarios de Torquemada.En mi infancia, según la temporada habría luego que ir a la Iglesia Bautista, y después a la Metodista.Esos recorridos que hice de los siete a los doce años, me dejaron conocer mucho de diferentes iglesias.Cuando entré a la secundaria, con mi carácter rebelde y el espíritu investigador del Materialismo Científico, ¡Me declaré Atea!, pero sólo fue un pretexto para evitar la famosa Misa de XV años y el ridículo de aquella fiesta cursi con vestido de “monita de pastel” que pretendían armar los parientes católicos de la familia… ¡No! ¿Cómo se me ocurre pensar en eso? Nadie debe saberlo, ¡Eso no lo debo decir nunca!,Nunca, ni aunque me sigan torturando… ellos no creerían que era sólo una mentira de pubertad. Si lo saben perdería toda esperanza de salvación. Debo olvidar eso, si, eliminarlo de la mente. No debo decir nada de esto cuando regrese el Inquisidor, nunca debe saber que de adulta, asistí a diferentes filosofías y religiones, sectas, grupos gnósticos, sin que ninguno lograra nunca convencerme.¡Basta ya! debo pensar pronto. Los recuerdos me quitan tiempo, mi vida está en juego, aún no sé que voy a contestar. ¿Cuál es mi religión? ¡No sé! De verdad qué no lo sé, nunca pude encontrarla. Dios, todo me duele, Tú sabes Señor, que no soy Atea, creo en Ti, ¡Por favor ayúdame a convencerlos!Ya no puedo más, tanto dolor me hará perder la conciencia, siento nauseas, la fiebre quema mi cuerpo, ¡no me empujen! La luz deslumbra ¿a dónde me llevan? ¿Qué pasa, por qué tanta prisa? ¿Quiénes son éstos verdugos? No parecen religiosos… ¿serán los nuevos ejecutores? Me llevan con prisas.El sol cae a plomo sobre la plazoleta, me encandila, tampoco huele a hogueras, ¿qué nuevo tormento tendrán preparado? No entiendo los murmullos, todos se cubren la boca, cobardes…. ¿Qué dicen? percibo un rumor, una expectación que aumenta la temperatura, tan pesada como el aire de este ambiente que tiene un olor extraño, es un aroma que no puedo reconocer. Parece una celda pequeña, pero muy, muy alumbrada, los verdugos se acercan en círculo. Todos me observan y sus miradas despreciativas y morbosas duelen tanto como los latigazos del vengador. ¿Qué me van a hacer? ¡Suéltenme! Estoy a punto de desfallecer… veo... borroso, me estoy mareando...Soy una piltrafa que dos verdugos levantan como bulto y… y… ¡No! No me aten de nuevo al potro, ¡no! Quítenme eso de la cara, ya no gritaré, lo juro! ¿Por qué levanta esa navaja? ¡No me toquen!Estoy tan aturdida, sin fuerzas…todo da vueltas… ¡Aaayy! ¿Qué hacen? Ese malvado corta mi estómago, Ay duele. Duele mucho, detengan la sangre ¿qué es eso? ¿Ahora que pretenden?Por qué hurgan mi vientre? Saquen sus asquerosas manos blancas, dejen mis entrañas, ¡malditos! Me estoy desangrando, ¡Contesten malvados! ¿Qué nueva tortura es esta?¿Por qué sacan mis vísceras? Eso es diabólico, dejen mis órganos, ¿No es esto un sacrilegio?Tengo nauseas, de pronto todos se van…pero son demonios y regresan, introducen algo en mi garganta, no puedo respirar... ¡Aire! Necesito aire, ¡me desangro, infelices! Tengo frío, mucho frío… ¡AaaOuuch!¿Para qué es eso? El Inquisidor coloca dos hierros sobre mi pecho y me estremece con furor diabólico, acusa, grita mi nombre, me maldice…No lo escuchen, ¡no es cierto, no soy atea! Ya lo dije en la hoguera... ¿Lo olvidaron? Él vuelve con sus hierros y una ráfaga cual rayo incendiario atraviesa mi cuerpo una y otra vez, me siento desmadejada, como si fuera de trapo. Siento que voy a desfallecer.El sol se oculta, tengo frío… no me dejan respirar, todo está oscuro, hace más frío… parece que me han dejado descansar… estoy tan cansada... aumenta el frío, alguien que pasa me cubre con una sábana…--- Buenas tardes enfermera, ¿cómo está?--- Bien Padre, casi terminando el turno vespertino de urgencias.--- ¿Dónde está la enferma de la cama sesenta y seis?--- Se puso más grave, la llevaron a quirófano de emergencia, pero falleció.--- ¡Qué pena!, se fue sin tener la ayuda espiritual y la paz del perdón que brinda la Santa Iglesia.
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Hola Maya, haciste que me remontara a mi infancia, cuando me obligaban a participar en actos religiosos sin sentido, solo que yo creo que en todo este royo Dios no tiene nada que ver, Él es un asunto aparte y lo que en la tierra manejamos está lejísimos de la esencia de Dios.
Felicidades por tu trabajo y por tu gran imaginación.
Excelente trabajo Maya! Nos llevaste al mismo tiempo a épocas diferentes, te paseaste con señorío entre conflictos espirituales y espirituales a todo vapor, con los 5 sentidos puestos en cada párrafo. Los diálogos fueron muy cotidianos y frescos. Sentí la confusión que muchas veces tenemos sobre nuestras creencias, sobre la´concepción del mundo que nos creamos. Cuál convicción seguimos la nuestra o la que dictan los que nos rodean? El delirio de la muerte me llenó de escalofríos, quería saber más, que estaba pasando...hasta que encontré este final que me trajo de vuelta a esta época. Lo he de leer un par de veces más. En serio que lo disfruté!
Muy interesante, ágil para mostrar una verdad que nadie parece conocer, el miedo de lo vivido sin que realmente haya sido algo malo, pero los temores que vivimos mentalmente son los que nos destrozan la vida y la mayoría de las veces no nos damos cuenta
Hola Maya:
Saludos
Felicidades por tu escrito.
Es un tema que al igual que la política nunca nos pondremos deacuerdo.
Me gustó la forma en que llevas al lector de la mano hasta el desenlace de la historia.
Ana Kenia; gracias por tus comentarios y sobretodo por lo que me dejas de tarea.
Dios es mucho más que un tema que siempre me ha apasionado y te aseguro que llevo mucho tiempo, tratando de terminar la tarea ...... recibe saludos cordiales....
Excelente Maya, muchas felicidades, me encantó!!!!!!!!!!!! Me parece una detallada descripción de lo que cualquiera debe de sentir en una situación de enfermedad grave o accidente e internamiento, cuando nada por hacer queda y el final se acerca sin piedad aun y cuando se esté luchando por lo contrario o ya en plena entrega. Seguro que así se siente, como tortura e incomprensión del exterior y un agolpamiento de dudas y recuerdos ante lo que está sucediendo y de lo que casi no se tiene noción.
Comentarios
Felicidades por tu trabajo y por tu gran imaginación.
Te felicito
letty
Mi mujer y yo, casi podiamos sentirnos en esa época, escribes muy bien, espero tu proximo cuento.
Saludos
Felicidades por tu escrito.
Es un tema que al igual que la política nunca nos pondremos deacuerdo.
Me gustó la forma en que llevas al lector de la mano hasta el desenlace de la historia.
Dios es mucho más que un tema que siempre me ha apasionado y te aseguro que llevo mucho tiempo, tratando de terminar la tarea ...... recibe saludos cordiales....
valió la pena esperar tu participación. Excelente trabajo en todo sentido, y el tema en lo particular, me gustó. Muchas felicidades!
MUY BUENO !!!
TE FELICITO MAYA, ME GUSTO EN DEMASIA !!!
ADRI CISNEROS
Hay algo mas... Una vez lei algo que decia:
"En la eterna busqueda del Hombre sobre Dios, debe considerarse afortunado siquiera si es capaz de encontrarse a si mismo"
te lo dejo de tarea
AK