Desde hace ya varios años solo escucho quejas y conceptos destructivos de los niños y jóvenes de ahora, sin darnos cuenta que todo esto en lugar de ayudarnos a mejorar nuestra sociedad nos crea más problemas y nos aleja de mejorar la educación con nuestros jóvenes. Yo no soy psicóloga ni tengo ninguna especialidad en trabajar con niños ni con adolescentes, solo tengo 20 años estudiando el comportamiento humano (enfocado en mujeres y niños) y vivo con dos adolescentes, mi hija de 18 años y mi sobrino de 13, y me siento muy orgullosa de ellos, para mi son ejemplos a seguir en todo, nada que ver con los niños y adolescentes que las personas describen a diario.
En este VIDEO lo explico con más detalles: Hijos Grandiosos
He leído algunos libros y artículos sobre este tema, escritos por doctores y especialistas, y a lo que siempre llegan es regresar al sistema obsoleto de Autoridades y Obediencia para educar a los hijos. Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es precisamente ese, que no sabemos educar si no ejercemos autoridad y obediencia. Hemos llegado al punto donde las nuevas generaciones ya no se creen de todo lo que los adultos dicen y esto nos ha hecho perder autoridad automáticamente y desde ahí estamos perdidos como padres de familia.
Es aberrante como los especialistas y adultos se enfocan en querer hacer ver que los padres de antes criaron mejores hijos, si así fuera esos hijos que criaron ellos (los padres de antes) y que ahora son padres de familia estarían haciendo un mejor trabajo al educar a sus hijos ¿no crees? Ya basta de comparar generaciones pasadas con las generaciones de ahora, ni siquiera se pueden comparar simplemente porque los escenarios y las circunstancias son totalmente diferente. Antes no había más opciones mas que obedecer a lo que los adultos y las autoridades decían. Antes no estaba la información a solo un clic y a disposición de todo mundo. Antes se usaba la violencia con los hijos (niños) y nadie decía nada.
El echo de que todo esto era permitido no significa que era bueno. Y si vamos más a fondo, todo esto lo que realmente crió fueron adultos controlados, obedientes, insatisfechos, resentidos, adultos que no saben pensar ni decidir por ellos mismos por eso ahora están perdidos como padres de familia. Esto no lo vemos mal y es aceptable simplemente porque así hemos sido criados, creyendo que esa es la única y la mejor manera de educar a los hijos, sin embargo queremos tapar el sol con un dedo y echarle la culpa a las nuevas generaciones.
El vivir en la Era de la Información es otro gran reto para los padres de familia, ya no podemos ejercer esa autoridad rígida de hace años; ya no podemos decirles a nuestros hijos que lo que nosotros creemos, decimos y hacemos es lo correcto y la única verdad, ellos ya tienen acceso a todo. Si antes no estaban preparados para ser padres de familia, ahora menos. Antes no había más opción que obedecer a los adultos y a donde voltearas era lo mismo, y ahora hay muchas más opciones y no necesariamente malas, simplemente son diferentes escenarios que nos están retando a prepararnos mejor.
Los niños y adolescentes son un reflejo de los adultos que los rodean, y esto para los adultos es muy complicado reconocerlo y aceptarlo. Es muy fácil echarle la culpa a los hijos, quejarnos de ellos y juzgarlos todo el tiempo. Hay expresiones como Ninis, generación de cristal, niños de ahora…todas con un tono sarcástico y despectivo. Si como adultos responsables volteáramos a vernos y a evaluar nuestros trabajo como padres de familia hay mucho más que decir y de que quejarnos, y somos muy pocos los que lo hacemos. Si un niño tiene problemas en su comportamiento es casi un 100% seguro que esos “problemas” no son del niño sino de los adultos que lo rodean, especialmente los padres de familia.
¿Como esperamos niños y adolescentes sanos mental y emocionalmente si están rodeados de adultos que ni siquiera reconocen estos problemas? La mayoría de los adultos tienen situaciones de estrés extremo, de presiones y emociones que no saben como manejar. El 99% de los adultos tienen una vida llena de obligaciones y responsabilidades que no pueden con ellas. Hay millones y millones de niños y adolescentes criándose con el Internet y con personas que no son sus padres, porque sus padres están ocupados y llenos de obligaciones. Y entonces ¿de quien es realmente la responsabilidad de criar a los hijos?
Una de las responsabilidades de los padres de familia es educar a sus hijos. Educar es sacar lo mejor de cada persona, sin embargo si los padres de familia no sacan lo mejor de ellos, no se puede sacar lo mejor de cada hijo. ¿Como podemos exigir a nuestros hijos lo que nosotros no hacemos o no practicamos en nuestra vida? El ejemplo enseña mucho más que mil palabras.
Hablamos mucho de enseñar con amor, sin embargo ni siquiera sabemos realmente lo que es el amor verdadero. Creemos que con darle a los hijos lo que “necesitan”, lo que ellos piden y con complacerlos ya los amamos, y no hay nada más lejano a lo que verdaderamente es el amor. Algunos otros creen que el educar con mano dura y castigos, eso es amor, y desafortunadamente tampoco es así. El verdadero amor jamás nos va a hacer daño. El amor puro da frutos dulces.
Amar a nuestros hijos es primeramente traerlos al mundo con total responsabilidad y darnos cuenta que un hijo requiere tiempo de calidad y de lo mejor de nosotros, sí, de lo mejor no de lo que le podamos ofrecer y dar. Nosotros, los padres, somos las persona más importantes para ellos y sus principales guías. Ellos siempre van a ser un reflejo de nosotros. Si yo no estoy bien como persona y como ser humano, ellos no van a estar nunca bien. Ya basta de creer que hay que te tener hijos simplemente porque la sociedad los requiere, porque son parte de la vida o porque los puedo tener. Ya basta de traer hijos al mundo por las razones erróneas para después culparlos de su comportamiento.
En lugar de seguir quejándonos de las generaciones de ahora, mejor empecemos a educarnos como padres de familia, como adultos y como seres humanos responsables para mejorar nuestra sociedad. Los hijos no piden venir a este mundo, esa es decisión de los padres de familia. Los niños de ahora son totalmente diferentes a las viejas generaciones. Los niños de ahora son brillantes y amorosos, y en el momento en que los empecemos a reconocer y a ver así ellos lo descubrirán y dejarán salir su grandeza. Las circunstancias de ahora no son las de antes, ahora hay muchas opciones no solo una como antes.
Ahora es nuestro tiempo de brillar como seres humanos despiertos, solo así podremos hacer brillar las nuevas generaciones. Despeertamibiendespierta no te quedes en la queja y estancado en los viejos sistemas, hay mucho por descubrir y practicar, ¿Cuando empiezas?
Recuerda ver el VIDEO donde lo explico con más detalles: Hijos Grandiosos
Abrazos y bendiciones,
Patricia Anaya
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