¿Te has sentido frustrad@ porque te saturas de compromisos y no sabes de qué manera podrás cumplirlos? ¿Sientes coraje de estar haciendo cosas que realmente no querías? ¿Has recibido la visita de alguien que no deseabas invitar pero no supiste cómo evitarla?
Todo esto ocurre por ausencia de asertividad; es decir que alguna de estas dos situaciones se están presentando: no te respetas a ti mism@ o no respetas a los demás. Tomar una decisión arrastrados por "no me quedó de otra", "yo no quería, pero me vi obligado", "se veía tan desesperado que no tuve corazón para negarme", y otras excusas más, nos van llevando a un estado de frustración, cada día mayor.
No necesitas demostrarle al mundo tu valor a través del servicio incondicional; no es preciso que hagas todo por los demás y olvidar de hacer cosas por ti. Eres valios@ por el hecho de ser tú, con lo bueno y lo malo que esto implique.
Voltear a ver a la pareja, a los hijos, a los padres, a los amigos para ver si están de acuerdo con las decisiones personales, es haber perdido lo que se denomina "locus de control interno", para dar cabida al "locus de control externo". La inseguridad, la falta de confianza en ti, te conduce a buscar la aprobación de otros hasta para la ropa que habrás de usar ese día. A mayor asertividad, mayor locus de control interno, a través del cual, es tu criterio, deseo y convicción, lo que te lleva a elegir la mejor alternativa ante cualquier evento que se presente.
Es necesario recuperar el locus de control interno si deseamos ser asertivos, porque eso nos dará la certeza de estar actuando de manera congruente con nuestro pensar y sentir. No es preciso gritar, insultar o enemistarnos con quienes nos rodean para dejar claro lo que deseamos y lo que no. Precisamente la asertividad nos permite expresar de manera clara y amable los compromisos que estamos dispuestos a asumir y los que preferimos rechazar. Será de esta manera que estableceremos los límites requeridos para apoyar hasta donde no se cruce la línea de nuestro bienestar. Se hará posible decirle a la persona que se "autoinvita" a tu casa, que te encantaría platicar un rato y atenderla como se merece, pero que ese día no te es posible porque tienes otros compromisos o porque estas cansad@ y prefieres recuperar energías.
Observa tu conducta y responde a lo que Julian Rotter establece como características del locus de control interno y externo para que establezcas las áreas a trabajar:
¿Asumes responsabilidad sobre tus decisiones, o siempre buscas culpables? La búsqueda de culpables habla de la pasividad en tu actuar; no controlas internamente tus decisiones y consecuencias.
¿Te afecta lo que otros digan o piensen de ti? Estar siempre atent@ a la opinión ajena refleja enorme inseguridad de lo que eres y tienes.
¿Eres exigente contigo mism@ para no defraudar a otros? Exigirte porque te sientes capaz de hacerlo cada vez mejor, es diferente a estresarte por dar gusto a los demás.
Cuando te ocurre algo fantástico, ¿lo atribuyes a la suerte? Si la respuesta es afirmativa es porque no te sientes con las fortalezas requeridas para manejar tu vida y sembrar las cosas buenas que te conducen a fabulosas cosechas.
¿Eres pesimista en cuanto a la posibilidad de cambiar tu realidad? Pensar en negro es más fácil porque ningún esfuerzo será suficiente para aclarar el panorama. Desafortunadamente esta actitud puede llevarte a una fuerte depresión.
¿Te sientes impotente ante lo que te ocurre en la vida? Si eres víctima del destino y las circunstancias, careces absolutamente de locus de control interno y te dejas llevar como una veleta en medio del océano.
Toma las riendas de tu vida, ámate y aprende a decir que no, con firmeza y cordialidad, para no tener que arrepentirte después.
Si necesitas un coach, escríbeme: gabycruzcoach@gmail.com
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