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El viaje al interior es imprescindible en la ruta del bienestar, de la felicidad y sobretodo, en la postura y cara que presentemos al universo y a todos y a cada uno de los círculos que nos rodean, familiar, profesional, afectivo.

Te reitero nuevamente, como muchas veces, que es una experiencia edificante, maravillosa y que a veces tiene pasajes difíciles.

Como cualquier tour de fin de semana, de puente, en algún momento consideramos qué vamos a poner dentro de la maleta con la cual saldremos de casa. Inevitablemente la ropa que tenga que ver con el clima del lugar a visitar; los zapatos apropiados, los efectos de aseo que son absolutamente necesarios a la temporada del año o ciudad a la que nos dirijamos; cepillo de dientes, desodorante, perfumes, entre otros.

El equipaje tiene que ser ligero, de preferencia con las medidas y pesos adecuados para que esté permitido llevarlo a nuestro lado si lo hacemos en avión, evitando con ello la pérdida de tiempo inherente  a la descarga de la aeronave.

Estos consejos que a todos nos parecen evidentes y útiles; que casi todos practicamos en mayor o en menor medida, tienen un razonamiento intrínseco que es exactamente igual al del viaje al interior, tienen la misma figura.

La introspección llevando a cuestas la enorme carga acumulada a lo largo de la vida resulta tan ineficiente e inoperante como irrealizable. Se precisa dejar de lado las pesadas losas que ella y sus desajustes han puesto encima de nuestros hombros; recomiendo constantemente ese gran secreto que es viajar ligero.

Cuando iniciamos esta tarea, cuando hemos decidido empezar a andar, es necesario examinar cuáles serán los criterios de la autovaloración y estar conscientes del estado real de nuestro ánimo y sus circunstancias.

Las herramientas y parámetros con los que analicemos y valoremos están directamente relacionadas con lo presionados o deprimidos que eventualmente estemos; por ende, las conclusiones pueden carecer de veracidad, sustento y peso específico.

Habitualmente, en momentos adversos tendemos a la utilización de los criterios más estrictos que poseemos para  cualquier ocasión. Todos los días me repito otro gran secreto: “Paciencia infinita trae resultados inmediatos”.

Este tipo de análisis, provoca necesariamente la sensación de insuficiencia; el organismo, el cuerpo humano, tiene mecanismos de defensa apropiados para toda ocasión, en estas circunstancias se segrega adrenalina por encima de lo normal; se produce ansiedad, se modifica negativa y radicalmente la capacidad de exploración y el rendimiento.

Puerta grande del círculo vicioso; en estas condiciones la introspección produce resultados indeseados, duele y es de poco provecho.

Relajarse, calmarse, meditar; buscar el momento adecuado y propiciar y crear el ambiente idóneo es un toque necesario.

Un elemento fundamental en nuestro equipaje es sin duda la tolerancia hacia nosotros mismos, hacia nuestros errores, ellos son parte de la condición humana; son la etapa inicial de la sanación y del camino a la transformación.

¿Llevas abrigo a la playa?

¿Cuándo empacas lo necesario para un viaje tienes en mente el tamaño de la cajuela del auto o algún pasajero hará la ruta con una maleta en las piernas?

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