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En ocasiones las educadoras se sorprenden porque algunos niños no avisan a tiempo que quieren ir al baño, esto genera tensión y falta de confianza en ellos, además de afectar de manera importante su autodeterminación.

El niño que está listo para controlar sus esfínteres podrá dejar el pañal en poco tiempo. Esto sucede, generalmente, al empezar el segundo año de edad (en la etapa de maternal), sin embargo, en algunas ocasiones es un poco después.

Si el pequeño aún no está listo no lo arriesgues a sentirse avergonzado, ya que su confianza en sí mismo se verá disminuida. Cada niño tiene un reloj interno para su crecimiento y debe respetarse. No debes iniciar un entrenamiento obligatorio, lo más recomendable es tener al alcance un área específica y privada con una bacinica o que lo invites a visitar el baño muy frecuentemente. De esta manera verás que, poco a poco, el pequeño se decide a utilizarla y tendrá una sensación de control sobre su vida. 

El entrenamiento para ir al baño es parte normal del desarrollo de los niños y las educadoras deben ayudar sin forzar ninguna situación. Algunos pequeños, al momento de tomar su siesta en la estancia infantil, permanecen secos desde los 18 meses de edad, pero otros no lo logran hasta mucho después. Si estás preocupada por motivar el desarrollo de alguno de tus alumnos, apóyalo motivando su interés por aprender, no lo castigues nunca. Los padres de familia pueden apoyar proporcionando calzones entrenadores con figuras infantiles de su agrado. Los resultados serán mayores si el pequeño participa acompañándolos a comprarlos. Permítele decidir si desea usar calzoncito o pañal. Al observar a sus demás compañeros con calzón entrenador deseará hacerlo él también. Ayúdale a que aprenda a bajar y subirse el calzoncito al ir al baño, no te impacientes si en los primeros intentos se moja u olvida alguna parte del proceso, refuerza lo que hizo bien y explícale con paciencia lo que aún no domina.

Otra forma de motivarlos es procurar que en el baño haya bacinicas del agrado de los pequeños, coloridas y con imágenes de superhéroes o personajes de sus caricaturas favoritas. Acomódalas de manera que sean accesibles y las puedan emplear. Nunca hagas que el pequeño en cuestión permanezca horas sentado en la bacinica después de comer, probablemente aprenderá, pero su confianza en sí mismo se verá afectada, además de que tú y él pequeño estarán inmersos en una rutina tensa e innecesaria.

Deberás ser muy observadora, si notas que algún pequeño muestra interés por aprender a ir al baño, habla con sus padres de inmediato y pídeles que faciliten el proceso de aprendizaje con prendas de vestir fáciles de quitar y poner, pants o shorts de resorte que no requieran la ayuda de un adulto para ir al baño.

Si alguno de tus alumnos no avanza en su proceso de aprendizaje, no fijes tu atención en lo negativo, observa el contexto, analiza lo que está sucediendo, pregunta qué pasa en casa, si es que lo regañan. Dale confianza, apóyalo, explícale y no dejes de motivarlo esto lo hará sentirse independiente y reforzará su autoestima. Ayúdalo a convertirse en un “niño grande”.

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