Publicado por ALMA ROCIO CARREON el 21 de Noviembre de 2008 a las 5:00am
Tengo 27 años, soy una mujer que le gusta vivir la vida, disfrutar de las cosas pequeñas, darle de comer a las palomas del parque, bailar y cantar en el baño, mirar las puestas de sol. Crecí en el puerto, nací en el seno de una familia unida aunque extensa ya que somos 8, mis seis hermanas y mis padres, siempre hemos sido muy unidos. En casa la cultura de ir al médico era poco usual, mi madre nos sobaba de espantos, nos curaba con té en caso de gripa y demás cuidado, acudíamos al médico sólo en caso muy extremos por ejemplo cuando mi padre enfermo de una ulcera en el hígado. Sin embargo la alimentación en casa era muy nutritiva y variada, frutas, verduras, legumbres, hortalizas, carne de pollo y pescado, la carne de res y puerco así como sus derivados están excluidos, primero por la enfermedad de mi padre después porque al lado de la casa donde una vez vivimos había una carnicería y todos los días a cualquier hora despedía un olor muy desagradable, quizá eso provoco cierta aversión. Y también por ello admito que no era enfermiza.Comencé mis periodos menstruales a los 12 años, era el mes de junio o julio no lo recuerdo con exactitud porque esos meses los confundo muy a menudo.Nunca padecí de cólicos menstruales (de ningún tipo), mis periodos duraban tres días exactos y con poco flujo. A mis 22 años ocupe un puesto de mucha responsabilidad, por lo que no me daba tiempo para mi misma, sólo descansaba el domingo, día que ocupaba para asear la casa, lavar la ropa, ir por la despensa y lo más importante: dormir.Comencé a tener cólicos menstruales en el 2005 y cada mes eran más fuertes, tomaba tes muy calientes, 2 pastillas de paracetamol, después 4 pastillas, me colocaba paños calientes en el vientre pero después eso no bastaba, los dolores eran más fuertes al punto que encendía la plancha y me colocaba el paño que a su vez era pasado por esta.Sí ir al médico era poco común más lo era visitar al ginecólogo, además yo escuchaba que otras compañeras y amigas padecían del Síndrome Premenstrual, por lo que para mi ya era normal sentir esos dolores, aunque antes no sentía cólicos ni todos esos síntomas previo a la menstruación. Acompañados de esos dolores intensos venia los malos humores, los ratos de tristeza y luego alegría, también con vómitos, ascos y escalos fríos el primer día de sangrado. Los periodos venían con más flujo y a su vez estos periodos eran más largos. Hasta aquí todo me parecía normal.Los primeros días de enero del 2006, previo a mi periodo “normal” comencé con un dolor pequeño pero permanente, un dolor que corría del ovario izquierdo hacia la rodilla del mismo lado. Tenia mucho trabajo eran las fechas de planeación anual por lo que seguí trabajando sin tomarlo mucho en cuenta. Llegue a mi casa y el dolor parecía no ceder, llame a un amigo cuya profesión es médico, no lo encontré, llame a una amiga mía de profesión psicóloga tampoco contesto, por último llamé a un amigo le dije que me sentía mal me dijo- busca tus papeles del Seguro Social y paso por ti en taxi-. Hice lo que me dijo. Al llegar al IMSS, no fue fácil, llegamos a urgencias, lo que paso después nunca lo había imaginado y este fue el principio.
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