ENCICLOPEDIA DE AYER, HOY Y MAÑANA

¿Quién no recuerda aquellos heroicos vendedores de libros, enciclopedias y diccionarios de los años cincuenta y posteriores? Aquí en la ciudad de México y en otras capitales estos portadores del conocimiento impreso en papel iban de casa en casa tocando puertas para ofrecer sus extraordinarios productos para beneficio de toda la familia.
Se trataba de verdaderos soldados de la fe o de la cultura que promovían lo mismo la sagrada palabra que los conocimientos generados por la humanidad.
Los rememoro con nostalgia y hasta añoranza, en especial desde que me enteré de una decisión que mucho me entristeció: la suspensión de las ediciones impresas de la legendaria Enciclopedia Británica, luego de casi dos siglos y medio de existencia.
Cuando me llegó tan lamentable noticia decidí volver en la primera oportunidad a mi enciclopedia, la cual adquirí hace un par de décadas y que desde entonces conservo como un gran tesoro que siempre que acudo a ella me ofrece parte de su riqueza.
Ahora la abrí de nueva cuenta y pude comprobar sus bondades, tanto por sus textos siempre claros, precisos e informativos, como por el atractivo formato, que resulta agradable desde el primer vistazo.
Como sabemos, la Enciclopedia Británica, como su nombre lo indica, nació en Gran Bretaña –concretamente en Edimburgo, Escocia–, aunque desde 1901 se publica en Estados Unidos. En la actualidad consta de 32 volúmenes, en cuya confección participan cerca de cuatro mil especialistas.
Aun con su rigor y cuidado extremos, no ha estado exenta de algunas críticas a lo largo de su historia, sobre todo en los últimos tiempos.
Pero, en todo caso, mantiene un gran prestigio en pleno siglo XXI, con sus 75,000 artículos y más de 40 millones de palabras.
El anuncio de hace unos días, que tanto nos mortificó, nos abrió por lo menos un resquicio esperanzador, pues la Enciclopedia Británica se mantendrá en su modalidad digital, que comenzó en 1994. Paradójicamente, fueron otras versiones de enciclopedias en línea, varias de ellas gratuitas –en particular la famosa Wikipedia–, las que contribuyeron al notable descenso de ventas de la edición impresa de la Enciclopedia Británica, lo que ha llevado a hacerla incosteable.
De hecho, en la actualidad el 85 por ciento de los ingresos de la empresa provienen de sus ventas de servicios en línea, en especial a bibliotecas e instituciones educativas. Esta modalidad tiene alrededor de medio millón de suscriptores. En contraste, la venta de la edición impresa en Estados Unidos llega escasamente a las ocho mil anuales, en comparación con las 120 mil que se vendieron en 1990.
Jorge Cauz, presidente de la empresa, explicó en pocas palabras la causa de la difícil competencia entre los libros impresos y las versiones a través de páginas web: “Una enciclopedia impresa es obsoleta en el minuto en que se imprime [...] por su parte, nuestra edición en Internet se actualiza constantemente".
En lo personal, la seguiré usando una y otra vez en su formato impreso, sin dejar de acudir a la modalidad digital. Lo importante será consultarla cuantas veces haga falta.
Me consuela también la convicción de que lo esencial es el saber y, ese sí, nunca permitiremos que se esfume, al margen del mecanismo que empleemos para divulgarlo.
Y no quiero aparecer ante ustedes, queridos lectores, como si fuera una conservadora que vive en la cerrazón. Para nada, pues estoy de acuerdo con los avances de la tecnología informativa y computacional e incluso la empleo cotidianamente.
Sin embargo, también soy partidaria y defensora del libro impreso, más aún cuando se trata de una verdadera joya bibliográfica, como lo es, en todos los sentidos, la Enciclopedia Británica, que nunca deberá morir.

http://www.marthachapa.net/
enlachapa@prodigy.net.mx
Twitter: @martha_chapa
Facebook: Martha Chapa Benavides

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Comentarios

  • YO CREO QUE LOS ABANCES DE LA TECNOLOGIA TAMBIEN  SON N ECESARIOS E  INDISPENSABLES, PERO ENTRE  LEER UN LIBRO IMPRESO  Y UN LIBRO ELECTRONICO, YO PREFERIRIA LEER UNO IMPRESO, YA QUE ES EL TENER UN LIBRO EN TUS MANOS TE PERMITE TENER SENSACIONES QUE EN LOS LIBROS ELECTRONICOS NO LAS TIENES, X EJEMPLO DESDE EL PODER PERSIVIR EL OLOR DE UN LIBRO, SENTIR LA TEXTURA DEL PAPEL, VER LOS COLORES, ADEMAS DE  QUE ES MAS FACIL TRANSPORTAR UN LIBRO IMPRESO  QUE UNA COMPUTADORA,  Y NI QUE DECIR DE LO CARO QUE RESULTA UNA COMPUTADORA, POR  TODO ESTO Y MAS ME QUEDO CON LOS LIBROS IMPRESOS.

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