La terapia Gestalt, según Frederick Perls, su fundador, tiene como objetivo “desarrollar el proceso de madurez y el potencial humano y reparar los fallos de la personalidad para restituir al individuo su totalidad”. Se trata más de favorecer un proceso de crecimiento y toma de conciencia que de curar en el sentido de eliminar un síntoma molesto.Tras esta noción, una idea motriz: la concepción del ser humano que subyace en la psicología humanista en su conjunto. Más allá de la satisfacción de las necesidades primarias (hambre, protección, sexo, etc) existe una necesidad profunda de realizarse, es decir, de utilizar plenamente la forma de la expresión artística, pero pueden expresarse en la manera de encauzar la propia vida, en las relaciones con los demás o con el mundo. La necesidad de realizarse, al igual que las demás necesidades, pasa por el contacto; lo que se vive en las fronteras del individuo, en el presente y en ninguna otra parte.El contacto (con los demás, con los seres, consigo mismo)En sí mismo, el contacto es una paradoja. Desde el corte de nuestro cordón umbilical, hemos dejado la relación simbiótica, relación de fusión con nuestra madre, e intentamos reconstruirla desesperadamente.Sin embargo, la consecuencia de la separación con el otro es condición sine qua non del contacto. Es esto lo que Perls llama “la doble polaridad de contacto y retirada en el ritmo de la vida”. A lo largo de toda nuestra existencia, tratamos de realizar este delicado equilibrio entre unión y separación.Es gracias al contacto como puedo tomar de mi entorno aquello que es necesario para mi crecimiento, tanto en el plano biológico como en el plano mental. Recordemos los “niños lobo” de la India, a los que su total aislamiento del resto de los humanos había mantenido en un estado de imbecilidad irreversible.Es retirándome en mí mismo como me doy la posibilidad de integrar, de “dirigir”, las experiencias precedentes y como doy al deseo la posibilidad de experimentar cosas nuevas, la posibilidad de emerger.“Te veo, te hablo, te toco, te doy, te deseo. Tú y yo, somos nosotros, por un momento, Pero si continuamos demasiado tiempo, nos perdemos el uno en el otro. Ya no hay contacto, sino una fusión que a la larga se hace mortal, puesto que me impide instaurar otros contactos necesarios para mi crecimiento. Si quiero vivir es preciso que te deje, nos encontraremos más adelante” (F. Perls)."La Terapia Gestal"Marie PetitKairós, 2009
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