Recientemente se han dado a conocer en diversos medios, los pronósticos de crecimiento para la economía mexicana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo bajó de 1.6 por ciento a 0.9 por ciento para 2019 y para 2020 lo ubica en 1.9 por ciento.
Esto nos hace reflexionar sobre las distintas vías que se tienen para hacerle frente a estas cifras. Tomando en cuenta que las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) generan alrededor de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el 70 por ciento de los empleos formales, considero importante compartirles algunos retos a los que se enfrenta el ecosistema emprendedor y las MIPYMES en México.
En México y América Latina estamos bien calificados en el ecosistema emprendedor y las políticas públicas y universidades lo han fomentado, pero ahora tenemos un nuevo reto: crear empresas con valor agregado que usen la tecnología, que se sumen a las iniciativas sociales y públicas.
La tendencia en estos tiempos es ofrecer productos y servicios con alto contenido de innovación. La era digital ha fomentado el crecimiento de los negocios a través de los avances tecnológicos, especialmente por la comercialización de sus productos en internet.
Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) se han convertido en la base para agilizar los procesos, optimizar costos y organizar la información, transformando modelos de negocios tradicionales en compañías dinámicas que rentabilizan sus operaciones gracias a la tecnología.
Otro reto del ecosistema emprendedor está en mejorar la coordinación entre los actores para así evitar limitar su capacidad de vincularse entre sí. Y ese es un cáncer que invade al ecosistema emprendedor mexicano. Muchos de los problemas nacionales que venimos arrastrando pudieran encontrar soluciones parciales o radicales en proyectos innovadores de los emprendedores mexicanos. Pero la comunicación en diferentes niveles se complica, la gran mayoría de las iniciativas de apoyo a emprendimientos se concentra en las grandes ciudades y aún falta trabajo por hacer en las ciudades de menor tamaño donde también existe potencial y talento para emprender.
Nuestro país es un actor importante en el escenario internacional que mantiene su estrategia comercial para seguir diversificando el acceso preferencial a mercados internacionales e incrementar la participación de las MIPYMES mexicanas en las cadenas globales de valor. Una manera de salir adelante ante este panorama económico que hoy se nos presenta, es justamente fortaleciendo las redes de emprendimiento, profesionalizando y llevando a los emprendedores y microempresarios la capacitación que permita escalar los negocios y ampliar el ciclo de vida de su empresa o proyecto profesional, por medio de herramientas actuales y efectivas; facilitando el acceso al financiamiento, sabiendo que el éxito de los negocios radica principalmente en una adecuada planeación estratégica y en el uso eficiente de los recursos financieros que tiene a su alcance; y desarrollando el comercio digital para lograr la internacionalización de las MIPYMES. A través de la digitalización, los negocios pueden aumentar su productividad al obtener acceso a nuevos mercados de comercio electrónico y comunicarse más fácilmente con compradores, clientes y proveedores.
Yo los invito, a todos los hombres y mujeres de este país, a que como mencioné en mi publicación anterior, nos concentremos en crear, colaborar y pensar en grande, que nos preparemos e informemos (con toda seguridad les puedo decir que existen múltiples iniciativas, instrumentos y programas que fomentan el desarrollo empresarial que los pueden apoyar) para desarrollar nuestra actividad productiva; que busquemos las oportunidades a nivel nacional y global.
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