La necesidad de elaborar un proyecto personal puede surgir en determinado momento de nuestra vida, como consecuencia de un análisis profundo de la etapa en que nos encontramos o por el contrario puede ser la consecuencia de sentir que hemos seguido caminos equivocados, que hemos tenido fracasos y que como consecuencia de los mismos, hemos sentido esa desagradable sensación de frustración e impotencia y que se torna imprescindible enmendar nuestro presente y nuestro futuro. Como que ya no nos queda otra opción. Lo ideal es no llegar a estar en el límite, lo ideal es poder iniciar ese proyecto desde lo positivo.
Y tú y cada uno de nosotros tiene que ser capaz de rescatar de su historia personal, cosas muy buenas que nos hayan sucedido, porque justamente cuando un ser humano atraviesa por momentos críticos, esos buenos recuerdos le sirven como sostén para ayudarse a formular una pregunta fundamental: ¿qué es lo que tenemos que hacer para cambiar nuestra realidad?
Y la responsabilidad de tu bienestar es siempre tuya. NUNCA TE OLVIDES DE ESTO. Es intransferible y te obligará a tomar una actitud positiva y práctica al respecto. Y vemos qué importancia tiene el sentido de nuestros pensamientos a la hora de concentrarnos en la elaboración de ese sueño posible y en la concreción de un nuevo proyecto vital.
Tenemos que ir tras nuestros sueños pero no podemos ir tras ellos sin tener un plan de acción, sin tener un proyecto, sin tener metas y objetivos escalonados, que nos permitan ir aproximándonos a la concreción de los mismos. Y el pensamiento positivo es de gran importancia en especial si está basado en la realidad de tus capacidades, en la fe y en el potencial que cada uno de nosotros tiene. Nosotros tenemos que crecer como personas. Cada una de las adversidades que se interponen en el camino de tu vida tiene que ser un libro de enseñanzas. Pero el libro de enseñanzas sirve para aquellas personas que quieren aprender. Lo importante es la actitud, es la disposición mental que cada ser humano genera para poder aprender de sus fracasos, de sus situaciones negativas, manteniendo en alto siempre el pensamiento positivo. El pensamiento positivo te empuja hacia adelante, te genera una sonrisa, te genera una sana esperanza y te obliga, por otro lado, a diseñar un proyecto diferente.
Y ese plan va a reflejar la intención, la decisión y la acción que tú llevarás a cabo para tu vida de aquí en adelante. Todos tenemos prioridades y esas prioridades van a ocupar un lugar de jerarquía en el diseño de esto que estamos haciendo. Qué va primero y qué va después, qué puede esperar y qué no puede esperar, va a surgir espontáneamente de esa conversación con nuestro amigo interior.
Si tú reflexionas por un instante, yo estoy seguro que vas a compartir conmigo el pensamiento de que todos estos pasos nos van a llevar a encontrarnos con lo mejor de nuestra persona. No sólo porque ahora vamos a estar en condiciones de abordar nuestras reales necesidades sino que lo estamos haciendo con el total convencimiento de que merecemos encontrar respuestas a nuestras inquietudes para poder también encontrar una mejor manera de vivir.
Y cuando uno tiene un plan de acción, cuando tú tienes un plan de acción, le das sentido a tu vida. Con obligaciones sí, con responsabilidades también, pero con la conciencia clara de que el bienestar solo podrá ser alcanzado en la medida en que lo busques afanosamente.
Hay cosas en la vida que no se dan por el simple hecho de desearlas. El bienestar y la felicidad son algunas de ellas. Tienes que trabajar intensamente para alcanzarlos. Tarea difícil, sí, pero posible también. ¿Qué necesitas? Una buena cuota de coraje, una porción de valentía y un trozo de audacia. Ambicioso sí, imprudente no. Lo importante es que te acostumbres a pensar que tú puedes cambiar tu destino. Que tendrás que introducir modificaciones en tu forma de pensar y de actuar.
Tener un porqué y un para qué en la vida se reflejará en nuestra mirada, en nuestros gestos y en la fuerza arrolladora con que emprenderemos nuestra actividad cada mañana. Los demás también lo verán y es muy probable que se contagien de nuestro entusiasmo y de nuestro deseo de alcanzar nuestros sueños.
No te canses de repetir una y otra vez cada mañana, cuando inicies tu actividad, lo que sientes con respecto a esta nueva forma de encarar tu realidad, tendiente a obtener resultados diferentes de los que has logrado hasta el presente.
Verás cómo te convertirás en el artífice de tu propio destino en la medida en que hayas definido con claridad lo que quieres que te suceda de aquí en adelante.
Disfruta plenamente de cada uno de tus logros. Transforma una a una tus debilidades, ya que ahora eres consciente de cuáles son y estás dispuesto a transformarlas en nuevas fuerzas que te impulsen hacia un futuro mejor.
Dr. Walter Dresel
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