Cuántas veces escuchamos a personas que juzgan y critican a los demás por su apariencia, por su forma de hablar o simplemente sólo por criticar. Pero esas personas que se atreven a dar un juicio sin razón, se habrán visto en un espejo y han hecho una crítica de sí mismos.
Cuantas veces sus palabras han llegado a ser tan hirientes y han lastimado de una manera contundente, incluso han dejado huellas difíciles de borrar.
Y la pregunta sería.
¿Por qué les gusta criticar sin conocer a esa persona?
Será porque vemos en esa persona lo que no nos gusta de nosotros, será porque nos creemos mejores que ellos o simplemente porque no tenemos algo mejor que hacer.
Y si por el contrario, diéramos juicios positivos, donde resaltáramos las fortalezas de esa persona, donde nuestras palabras fueran un aliciente de vida, y así cambiar una crítica por palabras de ánimo, generadoras de confianza y fuerza interior.
¿Alguna vez has sido testigo de una persona así?
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