Las fechas, las tradiciones, los protocolos y todos aquellos eventos que en su inicio fueron creados con una finalidad específica y humana se van vaciando de sentido, quedando sólo la forma, el ruido, el consumo.
Acaba de pasar el Día del Niño, fecha instituida originalmente para dedicarla a la fraternidad y a la comprensión entre los niños/niñas del mundo entero y que se destinaría a actividades propias para promover su bienestar. Poco vimos de eso. Los gobiernos y las instituciones privadas, salvo contadas excepciones, lo que organizaron fueron verbenas y fiestas en lugar de lanzar acciones, programas, leyes y políticas que realmente promuevan el bienestar de la infancia.
Ahora se acerca el Día de la Madre. Curiosa manera aún vigente de honrar la maternidad regalando licuadoras, planchas, refrigeradores y demás utensilios para el trabajo doméstico o poniendo a trabajar a la propia madre en la organización, coordinación y ejecución de “su” festejo.
Estas formas de honrarlas siguen reproduciéndose gracias a una cultura y a un sistema al que le sigue resultando de utilidad mantener atrapadas a las mujeres en rígidos moldes que las confinan a una identidad no en función de sí misma, sino en función de la maternidad.
Las preguntas que sería bueno hacernos alrededor de esta fecha por venir son: ¿realmente honramos a la maternidad con el tipo de festejos vigentes? ¿No será que lo único que seguimos haciendo con estas prácticas es premiar el sacrificio y el amor incondicional una vez al año, para de esta manera mantener el servicio doméstico femenino garantizado a perpetuidad? ¿Será que la mercadotecnia, aprovechando la ambivalencia y culpa que el pueblo mexicano tiene hacia la figura de la madre, ofrece una alternativa de expiación mediante obsequios materiales? (Tengo la sospecha de que las ventas alrededor de esta fecha son proporcionales a la ambivalencia y culpa hacia la madre).
Al Día del Niño se le vació de sentido para evadir la responsabilidad que tiene el Estado y los adultos en general para con la infancia: les cambiamos la garantía de bienestar y respeto a sus derechos por dulces, regalos, juguetes y verbenas.
Mientras que al Día de la Madre se le dotó de un contenido tramposo: la permanencia y hasta exigencia de abnegación, servidumbre, incondicionalidad, altruismo, reclusión al ámbito doméstico, existir para los otros y no para sí misma.
Y así nos vamos vaciando como sociedad, también.
Comentarios
a la mujer se le educa para desempeñar el papel de alfiletero humano en esta sociedad, además de ser fácilmente reemplazable por la otra, o las nueras o los nietos, etc, etc, etc,.
Tu articulo es una verdadera realidad.
Muy de acuerdo con lo que escribes
Excelente Gaudi !!
Creo q ahora esto q tu expresas lo vamos viendo varios a los q se nos tenía "cegados" por gusto propio. Esa conformidad de no "ver" màs allà, d no investigar y mirar a fondo tantas cosas q como sociedad se nos ah impuesto por años en varios rubros.
Ahora la tecnología nos abre puertas y ventanas para ir màs adentro. Asi, como con tu post... quien de plano no se lo había planteado, tú dejas ver totalmente una realidad q por años se nos ah dado como "tradición". Es hora de despertar y desandar caminos impuestos.
Agradesco tu post por mi y tod@s quienes te hemos leído.
Gulp, le pusiste palabras a algo que ya había pensado alguna vez. Gracias.