¿Recuerdas lo que te prometí? Te dije que te platicaría cuál es la trampa de pareja donde solemos caer. Pues ahora te explico un poco de a qué me refería.
Si no viviste debajo de una piedra o dentro de una burbuja los últimos 20 años, seguramente conoces la historia de la Cenicienta, Blanca Nieves o cualquiera de las películas tradicionales de Disney. En ellas puedes ver como cualquier día cierto fulano ve a una princesa, cae perdidamente enamorado de ella y, después de una o dos grandes dificultades, la besa y, sin tener menor idea de quién es ella, se casan… y viven felices para siempre. ¡¡Por favooor!!
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Lo cierto es que los medios nos bombardean una y otra vez con este tipo de historias. No sólo en los cuentos, sino en las películas y series de TV, siempre mostrando caricaturas de la vida en pareja, todas alejadas de la realidad. Aunque… seamos honestos, ¿a quién le gustaría ver al príncipe proyectar todos los traumas que vivió en casa dentro de su relación con la princesa? Por supuesto que a nadie… ¿o te gustaría?
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La vida en pareja puede ser realmente bonita, pero es muy compleja. No basta con ir caminando en el súper, descubrir a una persona que te gusta, salir un par de veces y decir “Esta es la pareja ideal, por fin”. No funciona así.
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Cuando elegimos pareja la elegimos con base en lo conocido (generalmente lo que se vivió en casa) y los primeros meses vivimos un periodo de romance. Este es un periodo muy bonito, pero es la fase donde se dice que el amor es ciego. El amor nunca es ciego, pero la fase del enamoramiento es “ciega, sorda y bruta”, ¿sabes por qué sucede así? Por la cantidad de hormonas de bienestar que libera tu cuerpo al estar con esa persona, ese cóctel de químicos que se liberan te hacen ignorar cosas que después te saltan a la vista.
Todo este cóctel de bienestar, que sucede en esta fase, es como un “bonus” que nos regala la vida para empezar a acoplarnos. En la segunda fase es donde realmente se empiezan a conocer y generalmente comienzan los problemas.
¿Ya comprendiste cuál es la trampa? Es creer que sólo necesitas que te guste alguien, salir un par de veces y enamorarte para ser feliz. Esa es la trampa. Pero, por el otro lado, también existe una clave para que funcione.
En el siguiente artículo te voy a platicar de ella.
Un abrazo con mucho cariño.
Yola Padilla
Especialista en Relación de Pareja
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