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Hace unos días desayunaba con unas amigas compartiendo una charla muy grata, hablamos del trabajo, de las relaciones sociales, del clima, de las deudas, de las próximas festividades, en fin de todo y de nada. En realidad teníamos un grave problema de aburrimiento colectivo.

De pronto sin más ni más apareció un señor que se adueñó de la atención de todas las personas que nos encontrábamos en la plazuelita, llegó hasta una mesa al centro del área de comida rápida y llevaba consigo un hermoso ramillete de flores multicolores, adornado de manera muy particular, era grande, aromático, hermoso, realmente muy hermoso, sin excepción todas las mujeres y a decir verdad, también los hombres, siguieron con la mirada a aquél trabajador del amor, que tenía una gran misión, buscar una dirección y cumplir con su cometido, la cuestión es que acomodó el arreglo floral sobre una mesa, se acomodó el pantalón, revisó visualmente aquel lugar y descubrió el objetivo, el lugar donde estaría la elegida para recibir tan bello detalle, esto lo platico por intrínsecamente cada una de las que estábamos en la mesa pensamos interiormente (¿serán para mi?), acto seguido tomo el arreglo y se acercó al negocio de empanaditas frente a nosotros, preguntó por una mujer (“la elegida”), ella se acercó y dijo “SI SOY YO” con una enorme sonrisa de gratitud, felicidad, satisfacción, plenitud, la verdad es que todos los presentes seguimos hasta el último detalle, el repartidor actitudes muy enriquecedoras de parte de ella y alrededor se respiraba un ambiente sumamente grato, 3 chicas del establecimiento de a lado salieron a ver para quien era tan lindo detalle, de pronto se escucho un armonioso ¡¡¡AYYYYYYYY!!! Que ha decir verdad todos coreamos, el buen repartidor recibió su comprobante de entrega cumplida, dio media vuelta y su rostro también llevaba dibujada una sonrisa de satisfacción, tomo su camino y se alejó seguramente a entregar otro tan preciado regalo, en cuanto ya no lo vimos más yo reflexione y comenté “¡QUIERO SER REPARTIDOR DE FLORES!”, todo fue tan mágico, se respiro un ambiente colectivo tan alentador, todos los momentos fueron de buenas actitudes: un obsequio movido por el AMOR, una recepción colmada de GRATITUD, una reacción grupal cubierta de BUENOS DESEOS, y una sensación de BIENESTAR común bastante agradable que nos duró el resto del día.

Hay miles de trabajos, oficios, actividades que el ser humano va realizando por necesidad de subsistencia, por terapia ocupacional o porque no les queda otra, cualquiera que sea el motivo nos vamos convirtiendo en autómatas, nada de lo que hacemos disfrutamos, al contrario nos pesa y lo vamos arrastrando, por supuesto cuando termina el día sentimos dolor general, pues ¿cómo no nos va a doler todo? Si caminamos con el freno de mano puesto, haciendo lo que no nos gusta, diciendo lo que me dijeron, actuando como debe ser, aparentando lo que se supone las personas ven bien y un sinfín de borradores de la personalidad. Somos copia fiel de lo que dice el manual de buenos modales y actitudes de la vida, en respuesta a ello, te diría todo aquellos que hacemos con el corazón lleva la dosis adecuada de perfección, no necesita estándares de calidad pues lleva la certificación del AMOR a tus actos que es la que dará la certeza de que vamos por el camino correcto. Pensemos que bien se sienten las personas que disfrutan su trabajo (YO me incluyo en éste rubro) lo hacen con devoción, le ponen esmero y atención, mejor aún reciben la satisfacción de decir “SOY REPARTIDOR DE FLORES”, alguna vez Gaby Vargas preguntó ¿quieres saber cuál es tu misión en esta vida? ¿Qué estarías dispuesto a hacer aunque no te pagarán? Cuando lo contestes sin titubeos habrás descubierto tu verdadero sentido y la dirección de tus anhelos, ya que sin duda alguna serás como el repartidor de flores, crearás un ambiente cordial y gratificante en tu entorno y te llevaras le mejor se las sonrisas y eso NO TIENE PRECIO, directo al corazón que al final es lo que se va escribiendo tu testamento de AMOR… (Tema de la próxima semana).

Permíteme compartir la cita de la semana…

2 Timoteo 3:15-17 ...Recuerda que desde niño conoces la Sagrada Escritura, que puede darte sabiduría para salvarte por la fe en Cristo Jesús. Toda escritura es inspirada y útil para enseñar, argumentar, encaminar e instruir en la justicia. Con lo cual el hombre de Dios estará formado y capacitado para toda clase de obras buenas.

Que Dios te permita disfrutar y regalar la mejor de tus sonrisas!!!

Hasta el próximo martes :)