Pasados unos días que al tripulante le parecieron eternidades tras varias películas de su vida y reconocer en ellas, varios hechos, por un momento se cuestionó… ¿A quién he estado buscando?
Y ahí es donde surgen las respuestas en donde nadi...e es capaz de ayudarte, más que tú a ti, en la soledad del espíritu creador que siempre nos acompaña siendo uno y lo mismo.
Pero no me he respondido se dijo el pasajero en su propio silencio…
A mi…fue la respuesta de su espíritu quien alegremente y lleno de dicha a la par de sensibilidad, se expresó desde adentro…te has estado buscando de muchas maneras, pensando que no estabas en ningún lado, ausentándote por semanas que digo semanas eternidades, y hoy solo es que te des cuenta y que aceptes que eres un ser real desde que naciste, y que con el único que siempre podrás estar seguro es de estar contigo, ¿lo has comprendido?
Si, con toda la aceptación que esto requiere a la par del compromiso, de escucharte y unirme a lo que soy…yo mismo.
El silencio tomo de nuevo su camino interior, y como siempre estuvo presente en todas partes, porque solo se unió lo que ni el hombre puede separar…
Al final del viaje regreso a la vida con otra intención una muy simple…ser feliz consigo mismo y esto lo tomaría el resto de su vida o sea la eternidad…
Ya para pisar piso el capitán le palmeo la espalda y le dijo ¿y que amigo encontró lo que buscaba? Con su sonrisa radiante que desde el primer día fue signo de que disfrutaba la vida como esta fuera por eso estaba ahí, hay personas en la vida que también se dan cuenta, en la misma vida y por eso se hacen estas sincronías…
Sin duda capitán, sin ninguna confusión, con mucha claridad, le agradezco enormemente me haya dado la oportunidad de viajar en su barco, he comprendido tantas cosas y he recuperado a quien estaba evadiendo, a mí mismo…
Entonces, valió la pena el viaje…sin considerarlo siquiera se dieron un abrazo de camaradas y se estrecharon las manos, cuando solo se oyó…Tierra a la vista…
Este era el momento definitivo, para experimentar todo lo que había surgido como la gran medicina del alma, empezar la historia de nuevo, con el único autor… él mismo.
Hay muchas maneras de regresar a quien se ha estado buscando una de ellas la más simple es darse cuenta…
Todo lo demás que compone, sustenta, alienta, e inspira aun eso está dentro de mí, de ti, “el viaje” es tu propio regreso…
¿Vienes?
Y ahí es donde surgen las respuestas en donde nadi...e es capaz de ayudarte, más que tú a ti, en la soledad del espíritu creador que siempre nos acompaña siendo uno y lo mismo.
Pero no me he respondido se dijo el pasajero en su propio silencio…
A mi…fue la respuesta de su espíritu quien alegremente y lleno de dicha a la par de sensibilidad, se expresó desde adentro…te has estado buscando de muchas maneras, pensando que no estabas en ningún lado, ausentándote por semanas que digo semanas eternidades, y hoy solo es que te des cuenta y que aceptes que eres un ser real desde que naciste, y que con el único que siempre podrás estar seguro es de estar contigo, ¿lo has comprendido?
Si, con toda la aceptación que esto requiere a la par del compromiso, de escucharte y unirme a lo que soy…yo mismo.
El silencio tomo de nuevo su camino interior, y como siempre estuvo presente en todas partes, porque solo se unió lo que ni el hombre puede separar…
Al final del viaje regreso a la vida con otra intención una muy simple…ser feliz consigo mismo y esto lo tomaría el resto de su vida o sea la eternidad…
Ya para pisar piso el capitán le palmeo la espalda y le dijo ¿y que amigo encontró lo que buscaba? Con su sonrisa radiante que desde el primer día fue signo de que disfrutaba la vida como esta fuera por eso estaba ahí, hay personas en la vida que también se dan cuenta, en la misma vida y por eso se hacen estas sincronías…
Sin duda capitán, sin ninguna confusión, con mucha claridad, le agradezco enormemente me haya dado la oportunidad de viajar en su barco, he comprendido tantas cosas y he recuperado a quien estaba evadiendo, a mí mismo…
Entonces, valió la pena el viaje…sin considerarlo siquiera se dieron un abrazo de camaradas y se estrecharon las manos, cuando solo se oyó…Tierra a la vista…
Este era el momento definitivo, para experimentar todo lo que había surgido como la gran medicina del alma, empezar la historia de nuevo, con el único autor… él mismo.
Hay muchas maneras de regresar a quien se ha estado buscando una de ellas la más simple es darse cuenta…
Todo lo demás que compone, sustenta, alienta, e inspira aun eso está dentro de mí, de ti, “el viaje” es tu propio regreso…
¿Vienes?
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