EL PODER DE SER MUJER.

Hablemos de una poderosa y simple verdad: Mujer, no tienes precio. 

En nuestra cultura actual, el valor real de lo femenino ha sido muy infravalorado y subestimado. Tendemos a valorar las cosas que podemos tocar, ver o comprender con nuestra mente lógica. Pero la verdadera esencia de lo que eres como mujer está más allá de la forma, bailando en los reinos invisibles e intangibles. La magia de lo femenino es tu misterio.

Como mujer, uno de tus más poderosos dones es tu profunda intuición. Sientes, ves y sientes cosa más allá de lo físico, esto es muy real. Sabes las cosas de antemano. Aunque pueda sonar un poco irracional, nadie ha llegado lejos soñando en pequeño, ni atada a creencias limitantes.

Mujer te invito a destruir la idea de que amarte a ti misma está sobrevalorado, cultiva ese amor y aunque lleve tiempo valdrá la pena. Eres suficiente.

Destruye ahora mismo tu miedo al fracaso porque tienes el valor para tener éxito en lo que te propongas. Destruye el miedo a tener confianza en ti, porque mereces creer en ti misma y convertirte en una mujer naturalmente radiante y esplendida en todos los sentidos. Todo es cuestión de decidirte a dar el paso. Permítete fallar y cometer errores porque cada falla y error es una oportunidad para aprender, sanar y evolucionar. Tus errores y los errores de los demás no definen la obra maestra que eres, o es que acaso ¿Existirían los hombres sin ti? eres la única capaz de dar vida. Sin la mujer el hombre no existe. Todo hombre nace de una mujer donde habita durante 9 meses.

Este tiempo requiere más que nunca del poder femenino, de su visión, fuerza, sensibilidad y determinación. Una mujer que se ama, irradia magia y todo se transforma a su alrededor. Su valor no está en cómo se ve, cuánto pesa, qué tan bonita es su piel, si no tiene arrugas o celulitis. Solo tú, siendo una fuerza de amor de bendición, radiante, de corazón abierto y alma limpia, eres un regalo del universo. Te invito a que cada día mantengas viva tu esperanza, tu llama, tu magia pese a cualquier tormenta, para creer en tus habilidades que son únicas y mostrarle al mundo lo que eres capaz de SER y hacer.

Estás a cargo de tu felicidad. Aprovecha cualquier oportunidad que se te presente y no tengas miedo de crear tus propias oportunidades. Sé siempre más amable de lo que debes ser y pon toda tu alma en lo que haces. No hagas espacio para quejas y excusas, estas consumen la gratitud en un instante, así que concéntrate en las bendiciones que Dios te da y no en lo que no tienes.

Desafíate, sal de tu zona de confort, pero no te castigues por ningún error en el camino. Por encima de todo, elige la alegría y sigue eligiéndola. La alegría es fácil de encontrar si tienes un corazón abierto. Vive en gratitud; cada pequeño acto de bondad hacia ti y hacia los demás siempre es un milagro, un regalo de Dios. Encuentra en lo cotidiano y sencillo lo extraordinario de la vida.

¿Qué caracteriza a una mujer fuerte? Tienen buena autoestima y eso es notable. La mujer fuerte se valora. Las mujeres fuertes saben quiénes son, qué pueden lograr y cómo hacerlo. Se aman a sí mismas, pero esto es diferente a la vanidad. Amarte a ti misma implica la aceptación de quién eres. Lo que sea que veas en el espejo, por más imperfecciones, solo enfócate en nutrir tu alma para ser mejor. Una mujer fuerte se hace responsable de sus acciones y no culpa a los demás por las dificultades que se les presentan. Se ponen de pie y se enfrentan a las cartas que la vida le presenta, con toda la fuerza y la valentía necesaria para superar cada prueba, porque la mujer fuerte es una mujer de fe.

La historia está llena de mujeres que comenzaron siendo inseguras de sí mismas pero que al final se volvieron mejores, más valientes, más fuertes cuando empezaron a amarse y a confiar en ellas. La experiencia es una maestra excelente y una mujer fuerte nunca olvida las lecciones que ha aprendido. Ella sabe que estas lecciones de vida son necesarias para la transformación y la fortaleza del carácter. Cada victoria en su vida está bien peleada y ella mejora cada vez. Ante las mismas dificultades, solo tienes que recordar los triunfos pasados y seguir preparándose una y otra vez.

Dicen que las mejores personas con buen corazón tienen brillo, así que deleita a la gente con tu aura y no dejes que nadie te desanime. Vive una vida de la que estés orgullosa de mirar atrás. Honra tus cicatrices, sin ellas no serias la mujer que eres hoy. Deja que tu historia te transforme para que tus heridas se conviertan en un propósito mucho más grande que tus miedos.

Por último, asegúrate de vivir tu vida a tu ritmo y a tu manera, porque tú eres la escritora de tu propio guión. Toma los desafíos de la vida con calma y siempre ve más allá para que conectes con el aprendizaje y el propósito detrás de cada reto. Vive el momento en todo lo que haces y mantente cerca siempre de lo que te hace feliz.

Ten siempre el coraje de SER tú. Sé siempre fiel a tu esencia, a ti no puedes fallarte nunca.

Recuerda siempre: No ir por la vida sino crecer a través de ella.

Con esto en mente, recuerda amarte incondicionalmente, brindar empatía infinita y hacer más cosas que te hagan desconectarte de tu teléfono y de las redes para vivir más a plenitud. La vida es un ratico.

Atentamente, ¡La mujer que soy hoy!

Con amor y gratitud; Mayer Romero.

Venezuela @soy.mayer

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