Cuando somos pequeños nuestros padres nos estimulan a hablar para poder expresar nuestros deseos y sentimientos y también nos corrigen cuando aprendemos a pronunciar malas palabras.
Cuando empezamos a crecer nuestra voz en un excelente medio para elogiar a nuestra pareja y hacerla sentir querida.
Nuestras palabras poseen una gran fuerza y son capaces de enaltecer o aniquilar sentimientos aunque muchas de las veces pareciera lo ignoramos y estas son usadas sin compasión cuando de herir a alguien se trata.
Tus palabras hacen eco en el alma de las personas. Tómalo en cuenta. Crea ondas perfectas de amor y armonía en lo que te dices a ti mismo y a las demás personas que forman tu mundo.
Si dices, eres un ser especial y maravilloso, esa onda se expenderá en el interior de la persona a la que va dirigido ese mensaje.
Si dices, eres un tonto/a no haces nada bien, esa misma onda se extenderá y retumbará siempre en su mente y si son muchos los que repiten la frase el daño que se causa puede ser hasta difícil de sanar.
Valora tu vida y la de los demás. Tu tienes el poder de crear paraísos o infiernos en este mundo con tus palabras. Úsalas de manera inteligente y cariñosa y si el enojo y frustración no te permiten lanzar flores, no lances sapos...SEAMOS LUZ¡
Su amiga Wendy Yazzhel
Capacitadora y terapeuta en desarrollo Humano y espiritual <3
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