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Una BENDICIÓN es un deseo de bondad, algo benigno que va dirigido a alguien con la intención de que ese deseo se cumpla, si hablamos gramaticalmente son oraciones dichas, luego entonces es algo que sale directo del corazón para el bienestar del corazón de  quien la recibe, si en cambio hablamos de modificaciones celulares, también está demostrado científicamente que la conducta de las células de la sangre se modifica increíble y positivamente en tanto que las personas son sometidas al poder del amor incondicional  y la gratitud de las bendiciones.

Bendición es atraer el favor de Dios de una manera solidaria e incondicional para quien la toma, y  de igual manera para el que la  brinda, es un boomerang de amor.

El efecto de bendecir es totalmente sanador  y reconfortante, otorga vitalidad,  pues el poder de la vida y la muerte están en la palabra, quien otorga bendición  habla del agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad  que energéticamente se derrama y multiplica, cuando  la compartes, también purificas y promueves la reflexión y el comienzo espiritual en todo corazón, no importando cuan duro y necio sea, mágicamente se suaviza, así es el poder de bendecir desde tu corazón.  

La bendición debe comenzar siempre en el hogar, en las relaciones de padres e hijos, nuestros hijos, así como la recibimos de Dios nuestro Padre, los niños reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres teniendo así un buen comienzo espiritual y emocional en la carrera de sus vidas , reciben un firme fundamento de amor y aceptación, por supuesto que esto también sucede en la íntima relación de pareja, en las firmes raíces de amistad pues  profundizan y se fortalecen, en la hermandad de las iglesias pues incrementa y acaba con las diferencias, trae compañerismo y solidaridad, otorga sanidad y sobre todo esperanza a muchas personas que nunca han recibido una palabra de bendición.

 Te das cuenta las maravillas que posees en tu corazón y egoístamente las guardas, hoy decídete a repartir bendiciones a donde vayas, a quien cruce en tu camino, a quien te maldiga, a quien no te ame, a quien no te valore, tu solamente bendice, deja que los demás lleven la pesada carga de la amargura en su corazón, TU solo ¡BENDICE, BENDICE, BENDICE!,   pero no sólo con palabras sino con hechos, recuerda que las bendiciones  volverán a ti cuando menos lo esperes. La persona que vive en la presencia de Dios amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina SIEMPRE.

Por último quiero compartir  como cada semana,  la siguiente cita bíblica (Génesis 27: 28-29) donde se marca claramente la importancia de la bendición de un padre a su hijo: En la biblia se cuenta cómo Jacob engaña a su padre ciego Isaac, para obtener de él la bendición paterna (ya que el poder de las bendiciones eran hechos y deben seguir siéndolo) que él como padre quería ofrecer a su primogénito Esaú...

“Dios te dé la lluvia del cielo, las mejores cosechas de la tierra, mucho trigo y mucho vino. Que mucha gente te sirva; que las naciones se arrodillen delante de ti Gobierna a tus propios hermanos, ¡que se arrodillen delante de ti! Los que te maldigan serán malditos y los que te bendigan serán benditos”.

Por eso hoy yo te digo desde lo más profundo de mi corazón “QUE DIOS TE BENDIGA, TE GUARDE Y HAGA RESPLANDECER SU ROSTRO SOBRE TI Y TU FAMILIA”

Que tengas una semana llena de bendiciones.

Hasta el próximo martes.