Uff… Hoy es miércoles y me siento muy contenta de poder estar contigo nuevamente, pero ahora quiero hacer algo diferente.
Me encantaría que me dijeras qué tema quieres que tratemos para los próximos artículos, ya que me encanta tener comunicación contigo y poder platicar del tema en el que te sientas más atorado.
Hoy por lo pronto tengo muchos correos y me pidieron que ampliara más el tema de los pensamientos. Sobre ello, te cuento algo súper interesante.
Rocío, una mujer que venía a mi consultorio, un día llegó a mí sorprendida contándome: “No, Yola, pareces bruja. En el curso de autoestima nos comentaste (un entrenamiento que tengo donde es alumna y de donde nos regaló su testimonio) que cuidáramos mucho nuestros pensamientos, ya que primero se piensa y después eso mismo puede pasar.
Bueno, te cuento Yola, me encantaba, no me preguntes por qué, pensar en que mi novio se iba a un cantabar al que normalmente vamos juntos donde tenemos varios amigos en común y yo llegaba de casualidad y lo encontraba bailando con una amiga de él.
Me imaginaba yo muy digna caminando hacia la salida y él corriendo atrás de mí diciéndome “No Rocío, no te vayas”, etc. Era un sueño recurrente que yo misma lo provocaba y me encantaba por lo que provocaba químicamente.
Dicho y hecho. Una tarde en la que yo estaba trabajando me habla y me dice: “Rocío, tenemos una invitación en nuestro cantabar. Hay un festejo, ¿a qué hora sales de trabajar? Yo estoy en el sur de la ciudad, voy a estar cerca del lugar”.
Ella muy prudente le dijo: “No tiene caso que vengas por mí, estoy en el norte, saliendo de trabajar te alcanzo”.
Y así lo hicimos. Oh, no, por dios. ¡Cuál va siendo mi sorpresa! Lo dicho, mi sueño se hizo realidad. Que lo encuentro bailando con una reverenda desconocida para los dos. Sentí tanto dolor y sin darme cuenta de que estaba viviendo lo que había soñado me dirigí hacia la puerta, pero con mucho dolor.
Él fue detrás de mí diciéndome: “Rocío por dios, de verdad, ¿qué sucede, por qué estas enojada? No estaba haciendo nada malo. Es la amiga de la esposa de Juan y me sacó a bailar, se me hizo grosería decirle que no. Ni la conozco”.
“No puedo creerlo, no puedo creerlo de ti”. Rocío tenía un tema de infidelidad desde su padre, por eso le había pegado tan fuerte.
Entonces… tú querido lector, ¿qué crees que fue lo que sucedió? ¡Lo atrajo con su pensamiento!
Después, afortunadamente, pudieron aclararlo y no pasó a mayores.
¡Cuidado con lo que piensas!
Esto mismo pasa con las enfermedades. ¿Cuántas nos provocamos porque las atraemos? Es más, Anita Moorjani en su libro Muero por ser yo cuenta como ella misma se provocó un cáncer por el miedo tan atroz que tenía de tenerlo.
La vida es tan hermosa y tenemos tantas oportunidades de vivirlas feliz, pero eso está en nosotros. Recuerda el ejercicio y hazlo siempre que se te presenten pensamientos negativos.
Te mando un abrazo con mucho cariño.
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