EL NACIMIENTO DE LA MUJER LÍDER.

Nos pasamos la vida intentando tener éxito y lograr grandes cosas para demostrarle al mundo lo que podemos hacer, queriendo ser jefas en nuestros espacios de trabajo, aspirando ser líderes en todo pero no nos preguntamos: ¿Cuál es el propósito de liderar?. Incluso celebramos el día internacional de la mujer el 8 de marzo, como una fecha emblemática para reivindicar la lucha de las mujeres por sus derechos. La explicación más verosímil se remonta a mediados del siglo XIX, en plena revolución industrial. El 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema 'Pan y rosas' para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil. Años más tarde, en 1975, el 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Mujer.

En lo personal, celebro esta lucha histórica y creo profundamente que en este tiempo se hace tan vital celebrar el día la mujer, como también añadirle un sentido de propósito, al celebrar su esencia y cuando hablo de la esencia, me refiero al milagro que representa el hecho de ser mujer y de lo vital y sagrado que hay en nuestro interior: la grandeza del amor de Dios. Celebrar el SER MUJER, más allá de lo que somos capaces de HACER. Esto no es simple retorica, es mi experiencia personal y que hoy plasmo en esta líneas para llegar a la vida de muchas mujeres y en algún sentido brindarles un palabra que va más allá de la motivación, se trata del propósito de transformación.

Veamos ¿Qué es ser líder? Lo que te define como líder no es tu mano de hierro, sino más bien tu habilidad para impulsar, inspirar o transformar equipos de personas para su propia mejora. Es SER luz que encamine a otros. Algunos lideran mediante las palabras, otros a través del ejemplo. El liderazgo no se trata de un rol que desempeñas en el mundo, sino más bien del reconocimiento de que tus palabras, acciones y comportamiento tienen fuerte influencia sobre otros. Toda mujer tiene el corazón adecuado para el estilo de liderazgo que mejor se adapte a su propósito de vida. Nunca te subestimes, eres la persona más importante que jamás conocerás, pero ahora veamos si eres líder de tu vida, porque es la única forma de poder influenciar realmente nuestro entorno, porque la verdad es que el liderazgo auténtico, no es un papel que interpretas, es más bien un estado de conciencia. Como decía Dolly Partón, cantante y compositora: "Si tus acciones crean un legado que inspira a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser más, entonces eres un excelente líder".

Muchos son los niveles de liderazgo que nos enseñan miles de autores, pero el peldaño más alto es cuando te das cuenta de que no eres jefa de nada. Sirves a una autoridad mayor, el jefe verdadero: Nuestro Creador. Si vives en guerra con el mundo, no te rendirás fácilmente a un poder mayor, te aferraras a la ilusión del poder y del control, donde tu ego te tiene como rehén. Así como lo lees, ser líder finalmente es SER un instrumento del Padre Celestial, confiando en el propósito que tiene para tu vida. En este sentido, liderando desde esta perspectiva, lideras desde el corazón, desde tu raíz genuina, porque permites que el amor sea la guía, te comprometes con la excelencia y eres congruente con lo que piensas, dices y haces. A veces una líder está sentada en la cima del mundo, otras veces pendiente del arnés, a punto de caer, de manera que, práctica lo que predicas, para que cuando te tropieces recuerdes que solo eres un ser humano.

El verdadero liderazgo se trata de amor, en la familia, en la pareja, escuelas, negocios, organizaciones, el amor siempre es la respuesta. El corazón de una líder contiene el amor que acerca al mundo un poco más cada día. Si tienes la voz del amor, eres líder en este momento, porque tienes la gracia para conectarte a las almas de otras personas. Tu habilidad para reconocer la presencia de la luz divina en otros, fortalece esa luz en ti. El amor propio, como casi cualquier otra cosa, es un viaje. Me ha llevado un tiempo llegar a este punto de realización, y me llevará tiempo sumergirme por completo en el concepto. El camino es desafiante, pero creo que si al menos logré plantar esa semilla ahora, siempre tendré la raíz del amor propio dentro de mí, independientemente de cuán fuerte intente soplar el viento para liderar mi vida plenamente. Tomar la decisión de plantar esa semilla y asentar esa raíz probablemente ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo, y no puedo esperar a ver qué florece. No olvidemos la humildad como el más poderoso antídoto que necesita el líder contra la arrogancia y la egolatría.

Al final, no somos lo que los demás quieren que seas, somos lo que Dios dice, somos mujeres de propósito con valor, identidad, dones y talentos. Su voluntad nunca está alejada de lo que realmente queremos en nuestros corazones, así que cuando sigues tu corazón, estás oyendo la voz de tu fuente. Todos somos aquello en lo que nos estamos convirtiendo y en lo que a mí respecta, cuando volví a Dios, empecé a crecer desde mi esencia y fue así como empecé a SER la líder 360 de mi vida, para servir con amor y gratitud a otros, marcando la diferencia al no pagar mal por mal, decidiendo elevarme espiritualmente ante cualquier circunstancia, elevándome como las águilas para ampliar la visión y poder observar en su justa dimensión cada desafío.

Siempre estamos a punto de que suceda algo asombroso: el despertar de una mujer líder, la mujer que se ama que ha sanado su alma porque se ha perdonado, la mujer que cree en ella, es segura de sí misma y se acepta con sus defectos, se respeta, celebra sus éxitos, es altruista, invierte en su futuro, reconoce sus virtudes y ante todo, la grandeza del amor de Dios que habita en su interior. Es así como estamos en presencia del nacimiento de una mujer líder. Este tiempo es tiempo virtuoso para revestirte de coraje de hablar, oír y liderar. Es hora de compartir el mensaje y celebrar no solo la lucha, sino también la esencia.

Recuerda siempre: ¡No vayas por la vida, CRECE a través de ella!

Y nunca olvides que Dios siempre está obrando.

Mayer Romero.

Venezuela

@soy.mayer

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