Francisco Toledo, lo sabemos, es un artista de excepción en nuestra cultura contemporánea. Pero no sólo es eso. Se trata de un hombre que está en verdad vinculado a las raíces más profundas de Oaxaca y de México. Y aún más, es un ciudadano que ejemplarmente promueva y difunde el arte, enseña, otorga becas, rescata acervos de otros artistas, y ahora hasta donará al país una colección de su propiedad de más de cien mil objetos artísticos.
Su fama y prestigio mundial enaltecen pues a México y a nuestra cultura.
Sin embargo, en fecha reciente se le hostigó y sancionó una supuesta falta de carácter fiscal, lejos de aclararse y dársele caso todas las facilidades administrativas para esa regularización, que en la práctica no tiene mayor importancia.
El emplazamiento fue respondido por Toledo con altura de miras y enorme generosidad para bien del pueblo oaxaqueño. Dio toda una lección.
Así, decidió donar miles de piezas y dos inmuebles donde se ha alojado el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, y otro, que es el Centro fotográfico Manuel Alvarez Bravo.
Por eso, no sin sarcasmo, el gran artista oaxaqueño y de dimensión universal, sólo pidió que se le diera a cambio un peso, si ¡Un peso mexicano!
Queda claro entonces que fue penoso, mezquino, insensible, ingrato e injusto, por no decir más, lo que hicieron las autoridades hacendarias vinculadas a tal asunto.
En todo caso, Toledo seguirá engrandeciendo ese arte suyo que es ya a la vez patrimonio cultural de México y de la humanidad misma.
Gracias Francisco, todas y todos los mexicanos estamos contigo. Recibe y recibirá siempre nuestra solidaridad, aprecio y admiración.
Facebook: Martha Chapa Benavides
Twitter: @martha_chapa
Comentarios