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Desde hace tiempo se sabe que el hecho ( a veces sólo la idea) de envejecer, nos preocupa tanto a hombres como a mujeres por todo lo que el paso del tiempo representa para nosotros:

Pérdida del atractivo, de la salud y la condición física en general, de oportunidades de trabajo... Con la madurez, los años por venir son cada vez menos y, por lo tanto, el tiempo que nos queda para alcanzar la realización personal y profesional se acorta. Cuando comenzamos a rondar los 40, todos los seres humanos cobramos consciencia de un hecho ineludible: tarde o temprano, de una u otra forma, llegará el día en que vamos a morir. Y esa idea a varios les asusta y mucho.

Aunque se trata de un tema que nos ocupa a los dos sexos, las mujeres vivimos la llamada crisis de la mediana edad de un modo diferente a los hombres .

Para nosotras, la preocupación comienza a asomar las orejas alrededor de los 35 años, edad en que se supone que una mujer ya alcanzó ciertas cimas del éxito: casarse, tener hijos, lograr una buena posición laboral, ser dueña de su propio negocio, etcétera. A más de una de nosotras le han dicho, cuando a la mitad de la tercera década seguimos solteras, sin bebés, sin éxito financiero o sin carrera definida, que se apure a conseguir marido, que ya no le dé más vueltas a tener hijos que si no ha logrado sus metas a esa edad, ya nunca las podrá lograr. Básicamente, el subtexto es: "Córrele, manita, porque te estás haciendo vieja" y más de una se ha metido al callejón sin salida del matrimonio por no dejar, la chamba por cumplir y los hijos sin desearlos, nada más porque ya se le está "yendo el tren" ¿Será?

Hoy en día, llegar a los 40 años tiene un significado completamente distinto al que tenía a mediados del siglo pasado. La expectativa de vida aumenta cada día, por lo que es muy posible que si hoy tienes 40 y llevas una vida sana y ordenada... Llegues a los 100 (sí, leíste bien: CIEN) años!!! No creas que es un invento que me saqué de la manga. Las compañías de seguros, que en todo piensan con tal de no perder, tienen estos cálculos hechos hace tiempo por lo que las mujeres (y los chicos también, hay que ser parejos) hemos ganado un lapso más amplio para tomar aire y encontrar nuestro sentido de vida un poco más tarde que las generaciones que nos precedieron.

Qué alivio, no?

Hoy en día, una mujer de 40 años puede ser madre primeriza sin tantos riesgos como antaño; puede dar un golpe de timón y cambiar de carrera para comenzar una nueva que la satisfaga más; puede estar iniciando una nueva relación de pareja después de un fracaso . Aquí y ahora, las mujeres de 40 en adelante somos guapas y atractivas y no las abuelitas que Sara García retrató en el cine, estamos en nuestra máxima plenitud sexual, sabemos mucho y tenemos suficiente energía como para encabezar nuestros proyectos personales y llevarlos al puerto del éxito, podemos comenzar o afianzar nuestro camino hacia la seguridad económica, podemos estar paradas sobre nuestros dos pies, valernos por nosotras mismas, estar enamoradas sin perder independencia emocional e intelectual.

Que no te engañen, mujer de 35 y más, con introyectos sociales tontos y anticuados: Si tomas  responsabilidad sobre tu vida, la edad que ahora tienes puede ser el inicio de tu plenitud, del encuentro contigo misma y la confirmación de que, sin importar las creencias colectivas,  en ninguna parte está escrito cuándo y cómo un ser humano puede alcanzar la máxima felicidad a la que tiene todo el derecho .