Desde que el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg describiera en 1950 una zona erógena muy definida en la pared anterior de la vagina, su búsqueda ha polarizado a la comunidad científica. Lo cierto es que no hay resultados concluyentes. En un estudio realizado en Inglaterra a 1804 voluntarias, a las que se les envió un cuestionario por correo, se encontró que la mitad de las mujeres respondieron que sí tenían el punto G y la otra mitad que no lo tenían. Hay quienes opinan que las mujeres tienen varios puntos G. El término punto de Gräfenberg fue adoptado por los doctores John Perry y Beverly Whipple en 1981 para describir una zona erógena en la vagina.Hay quienes encuentran torpe que se publique en una revista científica los resultados de una encuesta postal El debate sugiere que la sexualidad de las mujeres ha sido un tabú. La necesidad de demostrar la existencia del punto G enmarca un resabio machista que quiere justificar el disfrute sexual de las mujeres catalogando si origen y ubicación.Lo más interesante es que toda la controversia aparezca en el momento que la sexualidad femenina es reivindicada, especialmente el orgasmo femenino, que sabemos puede ser múltiple. Alain Finkielkraut y Pascal Bruckner lo describieron ampliamente en su libro publicado en la segunda mitad del siglo XX “El nuevo desorden amoroso”. Freud consideraba que el verdadero orgasmo era el vaginal y desacreditaba el orgasmo clitoridianoPara las feministas es una acción política en la guerra contra la penetración vaginal, en oposición al clítoris que está en el exterior y excluye el placer de la penetración. Odile Buisson dice que el carácter protestante liberal y anglosajón busca una causa para cada cosa, un gen para todo y considera que eso es totalitario.La búsqueda de legitimación del placer ha hecho que muchos “listos” se anuncien en revistas femeninas y algunos cirujanos plásticos realicen operaciones para mejorar el punto G mediante silicona. Se están aprovechando quienes prometen a las mujeres que mediante el uso de botox o colágeno se pueden intensificar la estimulación de la zona para obtener más placer. Me viene a la mente lo que dijo Gilles Lipovetsky, en La tercera mujer: “Todo en la existencia femenina es ahora objeto de elección y arbitraje”. Para encontrar el punto G lo que necesitamos es un buen amante.
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Meche, te prometo investigar lo el punto P. Un buen amante es el que sabe hacer bien el amor. Algunas tienen la suerte de tener un buen amante y buen marido en la misma persona. Un buen amante es eñ que te hace gozar aunque no te encuentre tu punto G.Nade tiene que validar muestro gozo.
siempre hablar de sexo es un tema para mucho, igual no vamo a criticar a nadie, solo ahi que vivir esl sexo como solo nosotros sabemos, como mujeres damos demasiado y no es buscar que el otro sienta mas que tu, sino es algo resiproco, en pareja, todo se vale ya que eso tambien se tendria que hacer con respeto, me repfiero a saber con quien, un buen amante no es el que sa acuesta con un monton de mujeres por que resulta que a lo mejor a la hora de la hora se queda dormido, y eso si es una verdadera decepsion, el verdadero amante es que se preocupa por tu satifaccion, y te hace sentir mujer verdadera deceada, ya que cuando respondes como dice mi querida malena, lo sienten ellos, estoy de acuerdo con jose luis, mas claro que lo que el dijo, como hombre, el punto G, en las mujeres y sabes que tambien ahi un P. en los hombres, escribe sobre eso paty, siempre tus articulos crean polemica.
Si todo se pudiera con "amor" cuántas personas satisfechas hubieran realmente. La verdad es que respondemos a estímulos como cualquier animal. Si nos conectan electricidad en ciertos lugares del cuerpo los músculos reaccionaran independientemente de nuestra consciencia. No obligamos al cuerpo, ni le decimos "no menstrues" ahora, o "lleva la sangre por otro lado", éste es independientemente de nuestras creencias y deseos. Una cosa es el alma, otra la mente y otra el cuerpo; ¿qué más da que haya científicos buscando el lugar de mayor placer de la mujer?. ¡Que bueno! Entre menos tabúes hayan y más interés por abrirse las personas de cómo es el otro, podrá haber menos trabas y mayor conocimiento de partida para intercambiar afectos con el otro (quien sea)... y estimular mejor en algunos casos, que aunque haya amor falte placer.
Y bueno, para mí es interesante. Habrá gente que le facilite esto en su ritual erótico, habrá quien prefiera otras cosas.
No se estresen.
Patricia, así lo entendí yo, me gustó mucho tu artículo pues eres muy realista, todo vale en el juego de la vida, llámese punto G o H como dice José Luis Ibarra, o como lo refiere el excelente análisis de Malena, conección física mental y emocional; descubrir en tí aquéllo que te haga sentir......
Saludos a todos
Me alegra que haya tantos comentarios. Espero que haya quedado claro que yo no revindico el punto G y mucho menos las locuras de ponerse colágeno o botox. Pueden leer el primer artículo que escribí en en este blog.
Comentarios
Y bueno, para mí es interesante. Habrá gente que le facilite esto en su ritual erótico, habrá quien prefiera otras cosas.
No se estresen.
Saludos a todos