Blogs

LA MEMORIA DE LA PIEL

Aún tengo mis pasos en tu calle

contigo vago y voy de mí perdida

ya ni mi soledad es sólo mía

es más mío tu nombre aunque lo acalle.

La cordura me muestra los umbrales

no me asusta la muerte ni la vida.

Cuánto quise creer que era mentira

pero mi piel recuerda lo que sabes

su memoria es más fiel que mi argumento

más fuerte que tu adiós, su juramento.

Ella dejó su aroma en tu gemido

en nadie más tendrá lo que ha vivido.

EL DON JUAN Y SUS MATICES

-        Lindy, ya no puedo más, voy a enloquecer, necesito verlo.

-        Isabel, te aseguro que mientras tú estás aquí destrozada, el susodicho está muy quitado de la pena con otra en la cama, encantado de la vida. No quiero ser cruel, pero tienes que ver la realidad. Si ese amor que aseguras que te tiene fuera tan extraordinario, si de verdad te amara de esa manera, tan única, tan total... ¡él nunca se habría ido, jamás! Pero se fue y no va a regresar. Es así, hay hombres así – y mujeres también, conozco una que otra -  No te digo que todos son iguales, pero él, sí es así, lo  quieras ver o no, y si alguna vez termina quedándose con alguna de sus amantes, lo hará porque esa mujer no se le entrega, porque no se rinde a sus pies, porque no lo venera, porque no logra que vote por él, porque no la puede terminar de conquistar...  O porque ya está viejo y cansado y necesita quién lo cuide... Él está metido en un juego de estrategias, de poder, de control... y tú para eso no sirves, eres como eres, eres transparente como el agua bendita, por Dios, tienes que verlo.

-      No puedo vivir sin él... no quiero.

-      Pero si has vivido todo este tiempo sin él.  No lo quieres soltar, de adentro de ti, porque sientes que te vas a morir, que tu vida no tiene sentido sin él... Él es el que es y no es el que te enamoró, sino el que te abandonó. Y si lo conocieras a fondo, en un descuido - no lo dudo - serías tú quien terminaría dejándolo. Por egoísta.

-      Lo único que sé es que lo amo. Que si escucho una canción es él quien viene a mi memoria, que si huelo el aroma de la loción que usa, se me va la respiración, que si lo veo, o alguien me habla de él, o si  me dicen que anda con otra, yo sufro... que todo lo relaciono con  él...ni siquiera tengo que traerlo a la memoria, está presente. No puedo dejar de pensarlo, de sentirlo, vamos, si el anda mal,  yo me siento mal...

-      Ahí tienes, sufres, eso es lo que no es discutible: sufres... dime ¿Qué tiene que ver el dolor con el Amor? El Amor es luz, es crecimiento, es paz. Y tú sufres, sufres, sufres... porque él no te corresponde.

-      Porque no está listo...

-      Se va a acabar tu vida y él no estará listo... al menos, no para ti. Nunca estará listo para amarte como eres capaz de amar tú. Y si un día – que lo dudo mucho, ¿eh? pero los milagros existen- si un día, él llegara a aprender a amar... ese otro, ya no te va a tocar a ti. Le va a tocar a la mujer que esté en ese momento en su vida. Tienes que reaccionar. Ni siquiera ves a otros, porque sientes que lo traicionas. Que traicionas el amor que le juraste, como si él hubiera respetado el “amor” que te juró.

-      Te digo que está muy confundido... asustado...

-      Sí, muy asustado y confundido, pero no lo estaba para nada en el primer momento, todo lo contrario, estaba muy seguro y definido, decidido a conquistarte. Cuando llegó a tu vida, te hizo creer que estaba seguro de que te amaba para toda la vida. Una vez que  tú ya estabas perdidamente enamorada, resulta que a él le entró la confusión. Pero en la primera etapa,  se aferró a ti... mientras te necesitó.  Y cuando tú te encargaste de levantarle la autoestima hasta el cielo, te dejó. Mira los hechos. Te necesitaba rabiosamente, eso es lo que te demostró. Y tú saliste a su rescate, eres una gran rescatadora, porque en el fondo necesitas que alguien - para ser precisa - quieres que él, te rescate a ti... Lo suyo era necesidad, no amor, no dudo que quizá te quiera, te estime, vamos,  pero no te ama como pareja, no siente pasión por ti. Y ese es el punto, para él la pasión está ligada con la conquista y a ti ya te tiene absolutamente conquistada. Este es un hombre que se mueve por la pasión, y ésta, nunca es suficiente, es insaciable. Para él, la pasión es la voz cantante en una relación, no el Amor. Si no hay pasión no hay nada. Es decir, “ama” como un adolescente. Siente pasión y “cree” que es Amor. Pero no es así, por eso va de una relación a otra. Para él, todo empieza y acaba en la piel, en la torridez, en la carne... vive en el espejismo. Necesita sentirse prendido.

-      Pero si conmigo se sintió prendido ¡Prendidísimo!

-      Claro, en la primera etapa, y justo cuando tú fuiste más allá de la piel y lo empezaste a amar, y te rendiste a sus pies, él se sintió seguro y  te colocó en otro lugar: en el de la “amiga”. Y nunca te va a mirar de otra manera. Quería un refugio, un remanso de paz, alguien que le soportara el niño caprichoso, alguien que lo dejara ser libre, alguien que no lo juzgara, ni lo cuestionara, ni lo criticara, ni le exigiera, alguien que lo aceptara egoísta, vanidoso, caprichoso, voluble, controlador... y tú lo aceptaste así. Le diste permiso a su “niño” para vivir plenamente, sin restricciones... y le gustó, y es lo que sigue buscando en cada relación. Esa es su neurosis, dice que quiere una pareja, pero eso es sólo un rollo intelectual, en el que él mismo está atrapado. No es cierto, se engaña, es demasiado egoísta para eso. Pareja implica compromiso, dar, entregarse sin reserva. Ser maduro emocionalmente. Y él no ha crecido, aunque ya tenga sus buenos años, y dudo que vaya a crecer, está engolosinado con su neurosis.... va conquistando mujeres que parecen inconquistables, inalcanzables, las hace sus amantes, luego las convierte en sus amigas. Quiere un séquito de “amigas”  y una amante inalcanzable.

-      Él necesita mi amor.

-      ¡No necesita nada de ti, ya no! Necesitaba amiga, te obligó a ser su amiga-madre, y luego se fue a buscar una amante. Ahora, si acaso, eres un recuerdo que le causa culpas. Vive como si no existieras, va de una a otra mujer. No te necesita para nada.

-      Cuando él llegó yo estaba fuerte. Él fue quien me buscó, el que me hizo creer que quería todo conmigo.

-      El quería que lo rescataras... estaba perdido, venía de un fracaso, su vida no tenía sentido, se sentía solo, inseguro, devaluado, desvalido... y de pronto apareces tú: fuerte, admirable, serena, independiente, en un buen momento de tu vida. Todo estaba muy bien, él se engancha y te busca, y tú lo miras,  y el quiere ser mirado con los ojos que tú lo miraste: perfecto, hermoso. Le descubres su lado luminoso... y él en vez de agradecértelo, se creció en soberbia y vanidad y una vez nutrido por ti,  se dedica a buscar mujeres que hagan lo mismo que tú... pero en cuanto las conquista, les hace lo mismo que a ti: se desaparece, sale huyendo, simplemente se lava las manos. Dice que no te quiere hacer daño, cuando la verdad es que lo que no quiere es que le des la lata, que lo agobies, que lo hagas sentir culpable, basura. Y es tan hábil, sabe hacerlo tan bien, que encima tienes que agradecerle que te abandone “para no seguir hiriéndote”. Pero ya es demasiado tarde, para ti – como lo fue para las otras mujeres de su vida - porque para entonces, ya te ha dejado la adicción por él, ya te ha mostrado su vulnerabilidad y su encanto y te ha hecho creer que siempre te va a necesitar y a “amar” a su manera... Es tan agradecido, que ni siquiera te da el chance de reclamarle... y de paso, curarte de él. Porque si él hubiera tenido el valor de aceptar que se equivocó, y decirte la verdad de sus sentimientos: que no te amaba, tú te hubieras desencantado y curado. Pero no. Es el tipo de hombre que te abandona antes de que se le quite lo “misterioso”, antes de que te desencantes, antes de mostrarse tal como es en todo su esplendor. Es un cobarde que no pone a prueba el amor, no da tiempo para que le conozcas de verdad. ¡No, qué va! ¿No te das cuenta de lo que hace? Te deja en la etapa del enamoramiento y la pasión, antes de que puedas averiguar si hay más tela de dónde cortar, si hay suficiente dentro de él para hacer una relación de Amor con todo lo que implica... Él parece creer que los amores eternos, son los truncados, los imposibles, o los muertos. Él se va, te abandona antes de que realmente lo conozcas. Antes de que tú te canses de que no responda como adulto, sino que quiera ser un niño-adolescente eterno. Se aleja con un “alo de misterio”. Por lo tanto, te quedas colgada de él... viviéndote en la imposibilidad del amor... te deja en la plenitud  del deseo, y ese deseo se alimenta en la ausencia. En su ausencia crece, e invade toda tu vida...

-      No es un Don Juan.

-      Sí, lo es... en esto del Don Juan, hay muchas variables, pero de que este hombre tiene el perfil, lo tiene.

-      Un Don Juan no actúa así.

-      Que sí... hay muchos tipos dentro del Don Juan, créemelo. Se tiene la idea de que el Don Juan es un hombre que va de mujer en mujer y es un canalla, que engaña, va con alevosía y ventaja, embauca etc. Ciertamente los hay de ese estilo. Pero hay el Don Juan refinado, sutil,  tierno, suave, romántico, conquistador. Una mezcla encantadora de hombre-niño que es irresistible para muchas mujeres... para las mujeres rescatadoras, como tú. Este tipo de Don Juan ni siquiera asume su calidad de Don Juan, y cree sinceramente - porque así es de neurótico e inconsciente - que está buscando el amor verdadero... pero en verdad, como te digo, lo mueve la pasión y la vanidad y es egoísta e insensible a la hora de la verdad,  sólo que no puede reconocerlo, como lo hace el Don Juan Canalla. No, este es muy sutil, el quiere creer que es sincero, amoroso, que va por la derecha con la mujer que está conquistando, que es bueno y justo. Y un buen día, cuando se desenamora, lo único que quiere es salir corriendo. Pero no lo hace al estilo del canalla. Este lo hace con estilo, quiere quedar bien, que lo perdones, que lo sigas queriendo, que lo comprendas. En general, cuando terminan con una mujer es porque ya se enamoraron de otra, y van tras ella o ya están con ella. Son incapaces de estar solos, porque son profundamente inseguros, y necesitan una continua reafirmación. Son adictos al halago, al romance, a la adrenalina... pero sobre todo, a la pasión. En cuanto la pasión se les va de entre las manos, dejan de estar, se desencantan, desilusionan, deprimen. Y les urge su droga... han hecho de la pasión, su forma de vivir... y me temo que tú no viste esto a tiempo... confundiste su pasión, con Amor, y no te curarás hasta comprenderlo.