¿Que hay en el inconciente colectivo de las Mujeres en relación al dinero? Esta es una pregunta de peso pesado.
No solo tenemos que voltear a ver nuestra relación personal con el dinero y todas sus complejidades sino que más allá está todo lo que han vivido las Mujeres que llegaron antes de nosotras. Históricamente en la era patriarcal el dinero no ha sido un objeto de fácil acceso para nosotras. La Mujer ha sido un ser dependiente económicamente, aún en nuestros días, millones de Mujeres dependen de alguien más para su subsistencia y esto nos pone en una situación muy precaria frente a la sociedad.
El inconsciente colectivo de acuerdo a Carl Jung, psiquiatra suizo quien dejó un extenso legado sobre la psicología humana, es el nivel más profundo de la psique que contiene la asimilación de las experiencias heredadas de la especie humana. Como un ejemplo sencillo podemos poner el inconsciente colectivo del arquetipo de la madre, es gracias a estas experiencias heredadas que las Mujeres saben intuitivamente como ser madres a pesar de que no reciben instrucción previa.
Las Mujeres, hasta recientemente, no podíamos ser propietarias de tierras y las que lo lograban era porque quedaban viudas o solteras y se hacían cargo de la administración hasta que llagara otro hombre a hacerse cargo. Las mayoría de las Mujeres que tenía acceso directo al dinero en tiempos antiguos eran las prostitutas y esto aun nos sigue pesando en el inconsciente colectivo lo cual genera emociones negativas escondidas que tenemos que traer a la luz. Tenemos que hacernos concientes de las repercusiones que esto representa no solo en la manera que nos relacionamos con el dinero, sino también como nos relacionamos en el trabajo y en la relación de pareja.
Muchas Mujeres en pleno siglo 21 aun piensan que lo único que tienen de valor es su cuerpo y lo usan como una manera de intercambio para su supervivencia económica, muchas de ellas soportan violencia domestica, incluyendo la sexual por un lugar “seguro” en donde permanecer.
El dinero y las emociones van de la mano por ser parte de nuestros asuntos de supervivencia, en dónde están nuestras necesidades básicas como casa, vestido y sustento. Las Mujeres le entretejemos al dinero emociones como la culpa y la vergüenza y esto obviamente hace mas compleja nuestra relación con el dinero. La vergüenza por el las memorias pasadas de nuestro género y la culpa por el hecho de que muchas Mujeres se han visto obligadas a tener que dejar de ser madres de tiempo completo y se sienten culpables por dejar a sus hijas e hijos solos o al cuidado de otras personas.
Es urgente hurgar en el inconsciente personal y colectivo como parte del trabajo de limpieza para transformar nuestra relación con el dinero, no se puede cambiar aquello que no se reconoce y si queremos ser Mujeres autónomas y libres no hay tiempo que perder, se lo debemos a las generaciones venideras no solo de Mujeres sino también de hombres. Hay que hacer el trabajo sucio y dejar un legado limpio de creencias que nos desempoderan y nos obstaculizan de realizar el cometido que nos ha sido asignado en esta era: las de agentes del cambio. Ha llegado el momento en que de manera conciente valoremos lo que somos y los talentos y habilidades que tenemos para entregárselos al mundo y hacer de este uno mejor en donde las Mujeres participemos de la vida económica sin todos los lastres que hemos cargado hasta ahora. Hagamos el trabajo para la formación de una comunidad de Mujeres con Poder Económico y Autonomía.
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POR UNA COMUNIDAD DE MUJERES CON PODER ECONOMICO Y AUTONOMIA
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