Comparto con ustedes estas importantes reflexiones:
Elisabeth Badinter (5 de marzo de 1944-) forma parte de la corriente igualitarista. Considera que la ley sobre la paridad en política subraya una diferencia y es portadora de discriminación y desigualdad. Ha escrito; “El amor además: historia del amor maternal”, “El uno y la otra” y “Ruta Falsa” (“Fausse route” en su lengua original). En este último, nuestra escritora fustiga las uniones contemporáneas desacertadas, la violencia conyugal, las agresiones físicas y defiende a la mujer oprimida.
En junio de 2010, nos sorprende con su último libro “La mujer y la madre” que suscita una gran polémica. En él denuncia el retorno – llevado por las corrientes naturalistas – del modelo de la madre perfecta, el poder del lazo fusionista entre la madre y el niño que, según ella, puede amenazar la capacidad de las mujeres en el manejo de sus vidas con libertad.
Se inquieta por las jóvenes de hoy, cuando la crisis económica es muy grave y se ven obligadas a dejar el trabajo para volver al hogar. El riesgo es mayor cuando la inseguridad económica se mantiene a largo plazo. Cuando se deja un trabajo, se hace muy difícil volver a retomarlo. Deplora un retorno a la familia “a la antigua”, cuando mujeres diplomadas renuncian a sus carreras para ocuparse del hogar.
“El conflicto de la mujer y la madre”, es un excelente análisis, donde Badinter ilumina la evolución fascinante de la mujer y sus derechos. Su reflexión, nutrida por la filosofía del Siglo de las Luces y las ideas de Simone de Beauvoir, revaloriza el lugar de la mujer en la sociedad.
Luego de 30 años consecutivos de feminismo activo y de pruebas latentes de equivalencia de sexos, no es posible volver a la familia “a la antigua” ni negar la realidad biológica. Una gran parte del problema que expone Badinter viene de la forma en que el término “instinto maternal” se utiliza. Muchas veces se lo concibe al igual que a un interruptor que se activa para que la luz se prenda.
No se puede restar importancia a los avances alcanzados en un mejor equilibrio de las relaciones hombre-mujer. La mujer no tiene por qué estar sometida a un modelo exclusivo y nadie tiene idea de hasta donde pueda llegar en el mundo post-moderno de hoy.
Es interesante ver como ese tema secular “ser mujer- ser madre” continúa provocando reacciones extremadamente tajantes. La lectura de “La mujer y la madre” de Badinter deja perplejo por su posición extrema ya que aquéllas a las que ella se opone predican un modelo diferente pero totalmente normativo. Se debe dejar a la mujer la libre elección de defender la especificación de cada relación padre-madre-niño que conforma las nuevas familias.
A pesar de los avances, las mujeres continúan privilegiando en un 80% las tareas domésticas teniendo menos acceso a los puestos de responsabilidad. La mayoría elige el trabajo por hora. Aparentemente son las únicas responsables del bienestar del hogar y sobre todo del niño. Deben mantenerse equilibradas, profesionalmente abiertas y perfectamente disponibles. Falta mucho por hacer para protegerla de la violencia que existe en las relaciones familiares y matrimoniales. El libro ha provocado una avalancha de comentarios. Podemos estar de acuerdo o no con las ideas de Badinter, pero sin duda nos enriquecen.
La única solución es seguir luchando para un verdadero reparto del cuidado de los niños entre padres y madres. Pero en eso, lejos de avanzar, hemos retrocedido", afirma Badinter, que reclama que a las mujeres se les deje vivir su maternidad de la manera que crean más adecuada. "La mejor madre es aquélla que no está frustrada, aunque eso suponga ser una madre mediocre".
Patricia Rodríguez
Comentarios
Un comentario más de mi amiga francesa en relación a cierto retroceso que ha habido en Europa en relación al tema;
También hubo retroceso en Estados Unidos entre los años 30 y la primera generación de la posguerra (que había nacido entre las dos guerras. En los 1930s, había médicas, abogadas, etc., y en los cincuenta habían desaparecido prácticamente. Yo estudié mi doctorado con la primera generación de mujeres que volvieron a perseguir estudios avanzados en los sesenta, y que eramos consideradas como ‘poco femeninas’ por esta razón (eramos “hard as nails” las que lográbamos el Phd me dijo un muchacho en aquel entonces). En Francia, en cambio, no hubo esto; las compañeras de mi madre competían por las Grandes Ecoles y pasaban los exámenes, aunque después no trabajaban. Muchas escritoras femenistas inicialmente ignoraron estos cambios históricos y diferencias entre países. En mi generación, las inglesas no estudiaban, pero trabajaban (de secretarias, asistentes, aún las de alta sociedad) y vivían independientemente de sus familias, compartiendo apartamentos, lo cual era impensable en Francia en la misma época. Mi propia abuela que trabajó de ‘gouvernante’ en Inglaterra durante 7 años entre 1896 y 1903 se iba de vacaciones con sus cuatas, viajando por Europa solas. Hemos vivido cambios enormes, y también retrocesos en estas últimas tres generaciones.
me pregunto si la autora de este libro tiene hijos y como esq ha llevado su maternidad?
Recibo un comentario de una querida amiga francesa, con estudios de Sociológia, distinguida investigadora y que ha publicado libros:
La autora dijo que no hay fórmulas mágicas para que una mujer se sienta plena en estas cuatro facetas pero, hay varias cosas que puede hacer, aceptar que es valiosa en todos los aspectos, no vivir ni con culpa, ni con remordimiento, ni con problemas cada una de estas facetas, se debe sentir plena, valiosa, aceptando esta posibilidad, teniendo autoestima y aceptar con valentía que puede lograrlo.
Dijo que las mujeres debemos encontrar como vivir integradamente, “porque no hay cosa más terrible que una mujer frustrada, por eso hay que dedicarse con plenitud y dedicación a cada una de estas áreas, mujer, esposa, madre y profesionista, y buscar la manera de cómo conciliarlas. Creo que hay muchas mujeres que lo están logrando”.Asimismo, dijo que nuestro papel como estructuradoras tanto de las familias, como de la sociedad y de los hogares, es muy importante y que las mujeres deben escribir en la historia su nivel de participación.
HAY QUE LEER EL LIBRO, QUE DE ENTRADA YA SUCITA POLEMICA, SIN EMBARGO AUNQUE ES CORTO EL ARTICULO MEPARECE QUE ABORDA REALIDADES DE NUESTRO TIEMPO Y DE NUESTRO GENERO.
SALUDOS
Lee también el de La historia del amor materno, es de los ochentas, pero es muy importante. Gracias por tu comentario.
besos