El enojo es un sentimiento que todas las personas hemos experimentado en alguno(s) de sus grados (molestia, enfado, rabia o de plano la ira ciega, entre otros). Digamos que viene con el "paquete humano", junto con la alegría, la tristeza, el afecto y el miedo. Y aunque se trata de un sentimiento completamente natural y muy útil (pues nos sirve para saber que una situación o una persona ha traspasado nuestros límites) también constituye un sentimiento incómodo, que a mucha gente le cuesta trabajo tolerar y que socialmente se acepta poco, sobre todo cuando quien se enoja es una niña o una mujer. Ya lo hemos escuchado: "Las niñas bonitas no se enojan" o "Si te enojas, ya no te voy a querer".
Claro que andar por la vida expresando el enojo sin más nos puede traer muchos problemas y no es una actitud aconsejable esa de ir agrediendo a quien se nos ponga enfrente (aunque se lo haya ganado a pulso). Existen varias formas sanas y constructivas de manejar el enojo y crecer y aprender con él. De ellas nos ocuparemos más adelante.
En esta ocasión hablaremos de los trajes con que muchas veces camuflamos nuestra ira con el propósito de no sentirla y no hacernos responsables de ella. Tal vez se trate de capas y antifaces que hemos tenido que adoptar, para que el entorno no nos rechace. Pero puede pasar que, con el tiempo, el disfraz se quede como el traje original y nos olvidemos de lo que hay debajo.
Como un experto en modas, el enojo puede llegar a tener un extenso guardarropa lleno de caretas y vestidos, algunos de los cuales son realmente muy ingeniosos.
Por ejemplo: el enojo se viste de ironía. Somos irónicos porque, en realidad, estamos enojados y tememos expresarlo. La energía del enojo se transforma en una serie de frases hirientes y amargas que no carecen de inteligencia, pero están sobradas de energía destructiva. El humor negro es una de sus especialidades.
La ira también tiene una peluca y una toga de magistrado y se pone a juzgar sin piedad, como si poseyera toda la verdad. Este disfraz es peligroso, pues detrás de nuestra máscara de "justicia" y de nuestra aparente superioridad moral, lo que subyace es mucho enojo mal manejado.
También hay en el armario un trajecito hecho de una tela 50% orgullo y 50% arrogancia que dice "No me pasa nada". Se debe usar con una actitud de superioridad y un poco altanera. De este modo, triunfa el retraimiento y no tenemos que atravesar el incómodo proceso de aceptar que estamos enojados.
Otro vestido que le encanta usar, es uno que le robó a su hermana la tristeza: cuando el enojo se lo pone, se convierte en depresión. Y para muchas personas, es más "fácil" estar deprimidas que decidirse a experimentar y expresar el enojo acumulado.
¿Conoces algún otro disfraz del enojo?
Una consecuencia nefasta de usar estos embozos viene en forma de síntomas físicos que van de leves a muy graves: desde malestar estomacal por un entripado hasta enfermedades peligrosas o sin cura.
Enojarse es legítimo. Se vale. Toma tiempo aprender a encauzar ese sentimiento y entender que, para lidiar con él, sólo se necesita un buen par de pies sobre los cuales parase, una voz clara con la cual expresar y una mente clara para saber encontrar el momento y la forma adecuados de decir "No estoy de acuerdo", "Esto me molesta" o "Basta ya!".
Bendiciones de luz divina se derramen sobre quienes deseamos trascender nuestros más incómodos sentimientos. Así sea. Un abrazo
Comentarios
Gracias por la informaciòn y el abrazo, y pienso que el no pasa nada ese disfraz que es tan dificil traspasar,es una forma de decir aquì estoy, te necesito. gracias.
ME ENCANTÓ!!!! Es un tema sobre el cual tengo que seguir trabajando y saber más, mi ex dijo que en parte nuestra separación fue mi carácter, que por todo me enojaba y hacía berrinche, ahora si expreso algo que me disgusta mis hijos me dicen que estoy haciendo berrinche (quizá por haberlo escuchado de su padre), mi madre me dice que teme decirme algo porque me enojo, y segùn yo, trato de manejar el asunto (cualquiera con ella) de la manera más sutil porque yo siento que es ella la que se enoja. Lo peor del caso es que quizá mi hijo mayor haya aprendido o heredado mi enojo y desde el CENDI me reportaban "baja tolerancia a la frustación"
llega que ni pintado, justo hoy y desde hace algún tiempo estoy experimentando irascibilidad, sigo trabajando, Saludos
Gracias, estoy buscándome entre los trajes "irónico" y "no me pasa nada"... quiero encontrar la forma adecuada de expresarme con la conciencia que cada palabra salga de mi corazón para evitar el daño a la otra persona pero sobre todo a mi ser.
Agradezco infinitamente tus bendiciones y te mando un abrazo.
Gracias por tan buen articulo y por el tiempo de compartirlo!!!!!!!! en estas epocas mas vale enojarse sin enojo!!!! saludos