Por muchos meses durante la pandemia, que en lo personal me parecieron eternos, en el mundo entero nos privamos de un día para otra y en forma obligatoria de este gesto tan natural y cotidiano que es el abrazo.
Seguramente tu como yo, extrañamos el poder abrazar a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, familiares, amigos y hasta compañeros de trabajo. Es por eso, que hoy quiero reflexionar contigo el valor de este gesto desde que somos bebés.
Una investigación realizada por el Nationwide Children´s Hospital de Ohio afirmó que el contacto corporal con el bebé al arrullarlo, acariciarlo y demostrarle nuestro amor de padres puede hacer la diferencia en su desarrollo cognitivo. Este contacto es fundamental desde la hora del parto, cuando comienza el contacto entre la madre y el bebé al nacer.
Estos beneficios del abrazo continúan a lo largo de la vida en niños, jóvenes y adultos, ayudando a su desarrollo físico y emocional.
Otras investigaciones han concluido que la falta de abrazos y caricias repercute en la autoestima, confianza y seguridad de las personas.
Virginia Satir, especialista en terapia familia recomienda que se deben recibir cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantenernos como estamos y doce para crecer.
El abrazo es una forma de contacto que expresa emociones, hace que las personas se comuniquen entre sí, más allá de las palabras, y definitivamente tiene un cambio en lo que la persona siente.
Desde un punto de vista científico se ha visto que el acto de abrazar ayuda a proteger al organismo porque fortalece su sistema inmune, reduce el estrés y los problemas causados por el mismo.
Esto sucede porque se activan las hormonas relacionadas con las emociones positivas y que regulan el sistema inmunológico: abrazar genera estados de bienestar, tranquilidad y confianza. Los abrazos son un recurso contra la soledad, el miedo y una excelente herramienta para enfrentar los problemas.
Hay quien afirma que un abrazo de tan solo 20 segundos basta para obtener efectos positivos, ya que la piel contiene tantos receptores que en el momento que se entra en contacto con la persona las respuestas emocionales son inmediatas. Las bioquímicas llegan al cerebro en décimas de segundo.
¿No te llama la atención esto? ¡A mi muchísimo!, porque dejamos ir una gran cantidad de oportunidades a diario para abrazar a nuestros seres queridos, sin darnos cuenta del gran valor que tiene un simple abrazo.
Cada día, no te detengas y abraza a quienes quieres y te rodean.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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