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Tengo la costumbre de escribir mis reflexiones el último día del año, en 2011 mi vida tuvo muchos retos y cambios sustanciales, esta es la historia:

Enero empezaba y apenas una plática sobre la mesa donde terminaba un periodo de mi vida, no me habia dado cuenta que ése era el principio y que era muy claro, nuestra relación se terminaba.

Aprendí entonces a ver la linea delgada entre la valentía y la cobardía, los dos sentimientos pueden mezclarse bien, correctamente, valentía para no seguir adelante con un proyecto y cobardía por no tener mas fuerza para seguir.

Mi ex-pareja fue quien tomó la decisión y partió.

Realmente yo  no era feliz, lo reconozco y  duele mucho hacerlo. Tampoco fui valiente todo ese tiempo, me encargaba de lo necesario y prefiería pensar que estaba bien, que las cosas como se presentaban estaban bien.  Tampoco fui cobarde, acepté la partida.

Febrero me dejó llena de sentimientos de ausencia, de solicitudes de aprobación, de enojo, de llamadas por teléfono que se quedaban colgadas, el alma era un campo de batalla, contra la soledad, contra la desilución.

Marzo me trajo otra marea, un poco mas alta para entretenerme, dejaba la gerencia de mi trabajo y me dedicaba al cien por ciento a vender, regresaba al lugar que siempre me correspondió. Sin embargo, tuve  capitán duro, amargo, de poca ética y me tocó valer todos mi derechos. Las mareas se hacían más altas y mi alma dejaba a un lado el campo de batalla de mi situación sentimental para enforcarme a vender, a sacar todos mis compromisos adelante, mi formación como vendedora y sobre todo, el plan de Inglaterra que ya tocaba las puertas con mi hijo Sebastián.

Abril fue un mes de despedidas y de viajes, de salidas por la ciudad, de no encontrar mi lugar, de perderme entre la gente, de llorar amargamente por estar sola y de saber que mi hijo aprendia fuera de casa. Inglaterra ya estaba con él y yo en Tijuana, aprendiendo a estar conmigo.

Mayo fue de tregua, celebraba mis 40, habia llegado el jazz, la voluntad de llorar pero de no rendirme, de seguir remando por altas que fueran las olas.

Junio, Julio, trajeron un verano muy tranquilo, libros y libros que me colocaron el corazón en su lugar y me hicieron deponer las armas, entender que la batalla que yo queria librar estaba perdida. Se fué y no iba a regresar, lo dificil era aprender y aceptar que las cosas asi serían ya.

Corrí con mi hermano el Maraton de Tijuana y fue de las experiencias mas hermosas de mi vida, la fuerza, el compromiso, la unión familiar, la voluntad, fortaleza física y mental,  el amor y la fe, estuvieron en esas más de 6 horas de recorrido.

Agosto llegó con caras nuevas, una boda me hizo conocer a un hombre por el que vi a través de sus ojos las bellezas de Brasil, las calles de Guatemala, a través de sus palabras el ritmo de los Puerto Riqueños y a través de su inteligencia y sonrisa una persona con la que pude hablar horas y horas al rededor de una bahia, estaba a la altura de un doctor en psicologia, hablabamos de Oxford, de religión, de política y de nosotros. Esas noches mágicas que solo basta una, para quedarse para siempre.

Septiembre me lleno de amigos nuevos, había mas paz en mi corazón, en casa, y el nuevo proyecto por venir, Francia e Inglaterra para mi hijo.

Octubre, Noviembre y Diciembre, lo pasé entre llanto, terapias, mas libros, de la mano de mi incondicional amiga Verona, con medicamento, con la almohada sobre la cabeza, en una cueva de cobijas tendida en mi cama, invernando para tomar las fuerzas necesarias.

2011 fue un año de cambios, fuertes, me movieron me hicieron llorar mucho, me hicieron reconocerme, tomar mis piezas y volverme a reinventar, a tomar direcciones diferentes, me hizo saber que me puedo equivocar y que aún asi vale la pena aprender, que los caminos por dificiles que parezcan siempre tienen un solo sentido y es hacia enfrente.

No cabe duda, puedo brindad por lograr metas, pero tambien brindar por mis lecciones, faltan horas para que este 2011 se retire y de paso a un año más, a otra ventana más, lo que aprendí en estos 365 dias, no se van a ir tan rápido, ni me los voy a hechar en una copa o en un solo trago, finalmente la vida me ha dado un par de lecciones y las he aprendido bien.

Hoy, a escasas horas de que este 2011 se diluya, agradezco estar muy cerca a la valentía, a la cobardía, al enojo, a la frustación, a la paciencia; sobre todo muy de la mano de la soledad y caer abatida y rendirme.

Agradezco haber visto lo mas hondo de mi persona, los sentimientos mas profundos, para volver a levantarme, a levantarme con toda esa fuerza que me dejó caer, para seguir y no ver el mapa de mi vida como un camino en ascendente, si no como un mapa con muchos terrritorios, con muchos caminos, verlo como yo quiero verlo como deseo recorrerlo, tomar mi propia brújula para empezar de nuevo por los senderos, esos que me abriran nuevos caminos, alegres, tristes, de enojo, de coraje; caminos al fin y al cabo que terminan por recorrerse y hacer que todo lo que uno vive valga la pena hacerlo.

2011 aqui te quedas, 2012 bienvenido.

Diana Rodriguez.