Dos pequeños malabaristas

Hace tiempo un pequeño rostro feliz hizo vibrar todas mis células.Era un hombrecillo de apenas unos 8 o 9 años morenito, despeinado muy flaquito, con la cara sucia y su ropa brillando de mugre.Él estaba trabajando en el crucero de periférico y San Jerónimo haciendo malabares con tres limones.Mientras yo, estaba esperando el micro para irme a mi casa, eran como las 11:30 p.m.Él se acercó a un puesto de tortas y se le quedó viendo a un hombre obeso que saboreaba con gran alegría su torta. Me di cuenta como con sus ojillos se la comía. El hombre lo vio y le dio la espalda.No se que me movió a acercarme y decirle al tortero que me preparara una de milanesa y se la diera al chavo. Al principio no le cayó el veinte porque tímidamente me preguntó: ¿es para mí?Entonces empezó a dar vueltas, a caminar de un lado para otro, a reírse solo, y de repente gritó: Juan ven ¡Corréele!Y llegó Juan como un rayo. Él se parecía al otro pero mas chico, como de 6 años y sus ojos brillaban más.-¡Mira me van a dar una torta!--¡Quien!--Ese señor-Juan me miró con ojos suplicantes, como diciendo: ¿Y yo?Me acerqué a Juan, le puse la mano en el hombro y le dije: -Quisiera comprarte una pero ya no me alcanza- Y en verdad solo me quedaba dinero para mis pasajes.En ese momento le estaban entregando al primer niño su torta, y sin pensarlo le dio la primera mordida.Yo le pregunté a Juan: -¿él es tu amigo?--No, es mi hermano- Pero Juan no le quitaba la vista a la torta.-¿Tu hermano? Y ¿Cómo se llama?--Luis--Dile a Luis que te convide-Y Juan dijo suplicando: -¿Me das?-Luis se limpió la boca con la mano y le extendió el plato con la torta para decirle solo una palabra: -Ten-Juan le preguntó: -¿A michas?--No, tenla toda-Juanito empezó a comer sin titubear, y en ese momento los dos estaban muy felices.Sentí que algo se rompió dentro de mí, cuando vi como Luis compartió con su hermano todo lo que tenía. Casi sentí que se me salían las de cocodrilo, pero me aguanté. Y mejor les dediqué unas hojas de mi cuaderno.Todo esto me hizo pensar en todas las veces que no me decido con que ingredientes quiero mi pizza.Cuando esos pequeños desde los 6 años trabajan.Y yo ando soñando con un auto potente con gran sonido, en viajar a muchos lugares en avión. No creo que Luis y Juan tengan muchas esperanzas de viajar.Cuantos millones de mexicanos gastamos millones de pesos al mes en restaurantes lujosos, en bares, discotecas, automóviles, chocolates, joyería, perfumes, etc.Y UNICEF, envió al estado de Guerrero algunos miles de toneladas de maíz porque los mexicanos nos estamos muriendo de hambre.Ahora yo solo puedo decir que Luis compartió todo lo que tenía con su hermano, y los dos son mexicanos, aunque tal vez ni siquiera tengan acta de nacimiento.Pero no todo quedó allí. Juan no se acabo la torta, le regreso un buen pedazo a Luis, y cuando la terminaron regresaron los dos abrazados y brincando a su puesto de trabajo.Luis saco los limones de su bolsillo y se veía más animado que hace rato, le echó muchas ganas. Tal vez fue porque sintió un calorcito en el pecho, y yo creo que no supo porqué.Escrito hace 14 años.Aquí está otra cuartilla!!!
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Comentarios

  • Es para reflexionar!!! Gracias por compartirlo. saludos
  • Muchas gracias por sus comentarios!!

    Cada vez que leo este recuerdo se me salen las de cocdrilo!!! Aún con el tiempo sigue teniendo gran impacto en mi vida, y cada vez aprendo algo de ella, no sé, como si tuviera vida, a veces con el apsar del tiempo y las responsabilidades que uno toma se pierde sensibilidad, y de vez en cuando es buno tomar un trago de vida, para refrescar mi alma y no perderme en la selva del consumismo y del llegar ser. No tenemos porque complicar tanto nuestra vida, no teemos porque ser tan sofisticados y llenarnos de lujos y amotinar masas de gente, debemos saber que hacemos en este mundo, gracias infinitamente.
  • Vaya Erick..al ver tu foto percibi una sensibilidad q no muchos hombres la tienen y con este texto q nos compartes, doy por hecho q eres una persona sensible, de gran corazon q no lo piensa dos veces para ayudar a sus semejantes y te das cuenta tu les diste una torta para alimentar su cuerpo y ellos te dieron una sensacion de satisfaccion para alimentar tu espiritu. Esa accion tuya nos invita a seguir tu ejemplo. Gracias por esto.
  • Hola Eric,
    Que bueno que dentro de tus posibilidades compartiste no solo tu dinero, tiempo para ellos y el regalo de la vida de hacerte capaz de poder sentir y brindarte la oportunidad del regocigo de compartir y valorar lo que tenemos, si yo tuviera una barita mágica, mi único deseo sería MAYOR CAPACIDAD DE COMPRENSIÓN PARA TODOS, así no ser egoistas y hacernos más humanos sin pretenciones y amor a la ambición y poder, sino sensibilizarnos hacia los demás.

    Ojala muchos te imiten con gestos como el tuyo, que seguro te dejo una gran satisfacción de capacidad de ayudar a los demás y ser útiles al prójimo. Felicidades!
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