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Revisa tu desempeño. Tanto en la manera de comunicarte, en el trabajo o en cualquier otra actividad. Esto es lo que decía mi padre, "Siempre haz un poco más de por lo que te han pagado para que sea una inversión en tu futuro", claro que hoy en día algunos sindicatos se opondrían a esto. Mi padre era tan especial, y decía: Revisa tu desempeño, tu lenguaje con tus hijos. Pregúntate, "¿He sido demasiado duro, demasiado fuerte, demasiado terco? ¿Debería haber aprendido a ser más condescendiente y haber combinado más calidez junto con la imagen recta que tenía que mantener?" yo creo que sí, con la ayuda de Dios. Pide tener la palabra correcta para no arruinar todo por una mala comunicación.

Enfrenta tus miedos. Sólo así los podrás vencer. No los menosprecies, enfréntalos. Di: "Esto es lo que me da temor. Me pregunto qué puedo hacer para cambiar esa situación".

Ejercita tu capacidad de cambiar de dirección. Tu no tienes que continuar haciendo lo mismo que los últimos años si no te ha estado reportando los beneficios que buscabas. Mi “coach” me ayudó a revisar los últimos cinco años de modo que no repitiera los mismos errores en los siguientes cinco. Toma un nuevo rumbo y sigue adelante. Usa tu fuerza de voluntad para iniciar el proceso. Tú no tienes porque repetir lo del último año. Elimina los errores. Aplícalo ahora para el próximo año. Observa como esto hace la diferencia.

Reconoce tus errores. Algunas veces será necesario que los admitas ante los demás. Los padres debemos hacerlo. Nosotros les pedimos a nuestros hijos que lo hagan. Esta es una de las frases más bonitas de nuestro idioma, "Lo siento". La razón de esto es que te permitirá empezar una nueva relación. Podría hacer que dos personas empiecen a caminar juntas en una dirección completamente nueva. Simple, pero no fácil. Si logras esto, el giro puede ser dramático. Los primeros años podrían requerir un gran esfuerzo. Este es el más grande. Confiésate a ti mismo tus propios errores. Tu no tiene porque contárselos a toda la colonia. Pero no te hará daño sentarse y tener una conversación contigo mismo, diciendo: "Para que me engaño. Hasta aquí es hasta donde he llegado. Solo tengo unos pesos en mi bolsillo y nada de dinero en el banco".

Re define tus metas. Inicia el proceso. Fíjate metas más ambiciosas. Trata de alcanzar un propósito más elevado. Búscate algo que esté más allá de lo que consideres que puede lograr. ¡Ah!... escríbelas y colócalas en un lugar visible en tu casa o en tu oficina y pregúntate todos los días: “Qué estoy haciendo y que hice el día de hoy para alcanzarlas”

Cree en tí mismo. Tendrás que creer en Dios y en la sociedad.  Tendrás que creer en las posibilidades. Tendrás que creer en la economía. Tendrás que creer en que mañana puede ser mejor que hoy. Esta es la más importante. Cree en ti mismo. No hay ninguna habilidad que no puedas aprender; no hay ninguna disciplina que no puedas intentar; no hay ningún estudio que no puedas comenzar; no hay ningún libro que no puedas leer.

Pide tener buen criterio. Esta es la mejor herramienta de comunicación. Pide tener el criterio que te permita generar respuestas. Pide tener el criterio que te permita generar fe en que las cosas son posibles de lograr. Pide tener el criterio para lidiar con los retos del día a día, para lidiar con los retos que te ponga tu propia familia. No pidas que tu tarea sea más fácil; pida que tú seas más hábil.

Cuida tu tiempo. Algunas veces nos engañamos. La persona promedio dice, "Tengo todavía veinte años por delate". No, lo que tienes es veinte intentos mas. Si vas de pesca solo una vez al año, solo tienes veinte oportunidades más para pescar, no veinte años. Eso te engañaría.

Invierte en tus utilidades. Esta es una de las filosofías que Robert Kiyosaki (Padre Rico, Padre Pobre) me enseñó a través de su libro. Las utilidades son mejores que los sueldos y prestaciones. Los sueldos te permitirán vivir, las utilidades le darán una fortuna. ¿Podemos empezar a generar utilidades mientras trabajamos por un sueldo? La respuesta es sí.

Protege a tu familia. Estos son tiempos difíciles. En la escuela, tiempos problemáticos. Protege a tu familia lo mejor que puedas de los peligros ocultos, el mal está al acecho.

Encuentra tu lugar. En tu trabajo busca el mejor puesto en el que puedas colaborar efectivamente y seguramente te pedirán ocupar un mejor puesto. Si ya estás haciendo bien tu trabajo, haz tu mejor esfuerzo. Una frase de la Biblia dice: “Si te esfuerzas en lo que das, siempre habrá un sitio para ti.

Exígete integridad a ti mismo. La integridad es como la lealtad. No se le puede pedir a los demás; tu solo se la puedes exigir a ti mismo. Sé el mejor ejemplo de lealtad y conseguirás algunos seguidores leales. Sea el mejor ejemplo de integridad y tendrás a tu alrededor gente con integridad. Lidera el camino.

Da la bienvenida a las disciplinas. No podría darte un mejor consejo que este debido a que las disciplinas construyen la realidad. Las disciplinas construyen ciudades. Una actividad bien disciplinada crea abundancia, crea diferenciación, productividad.

Lucha por lo que consideres correcto. Todos participamos en la misma batalla. Está escrito que "Hubo una gran Guerra en el cielo". Más recientemente alguien escribió, "Pelea una gran batalla". Es extraordinario poder decir: yo luché por mis hijos, por lo que era correcto, por  la  buena salud, por proteger a mi empresa, por una buena profesión que me permita darle todo a mi familia. Yo luché una buena batalla. Es bueno luchar contra la corrupción y el delito. Lo opuesto está en conflicto y tu estás en medio. Si deseas algo de valor tendrás que luchar por ello. Este mismo escrito dijo, "Peleé una gran batalla y mantenga la fe". Ve, éste es el trato. Mantén la fe en tu familia. Lucha contra tus enemigos y mantén la fe. Lucha contra la enfermedad y mantén la fe. Lucha contra el mal y mantén la fe. No podría darte un mejor consejo que éste.