Una de las alternativas más prometedoras para combatir el desempleo e impulsar la economía reside en la preparación de nuestros jóvenes en el campo empresarial.
Se trata de inculcarles una conciencia emprendedora e imaginativa que los conduzca a crear su propia empresa, bien sea de pequeña o de mediana dimensión.
Así, según su talento, ideas, perseverancia y recursos abrirán empleos para sí mismos y para otros, lo que incidirá favorablemente en la actividad económica del país.
Viene a propósito el comentario porque varias de nuestros más grandes e importantes centros de educación superior se han comprometido con esta trascendente misión.
Y justo me refiero en esta ocasión al afamado Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el TEC, que se ha prodigado tanto en la creación de escuelas como en el establecimiento de diplomados y cursos con esa orientación profesional.
Tuve en fecha reciente la grata experiencia de asistir a una serie de pláticas que proporcionaban las herramientas básicas para generar nuevas empresas o, como también le llaman, “incubadoras de proyectos”.
Volví a ir al TEC hace unos días, invitada ahora a otro campus, donde se desarrolló todo un concepto en torno a mi pintura y libros de gastronomía. Para mi grata sorpresa, el día que asistí a la exhibición había un montaje muy completo de logos, lemas, diseños, carteles y pendones impresos con gran atractivo y originalidad. Me asomé, asimismo, a ver los excelentes proyectos inspirados en otros artistas plásticos de ayer y hoy. Un par de ejemplos bastan para ilustrar esa feria de creatividad: “Delicioso” (dedicado a Salvador Dalí) y “Gustamante” (en referencia al escultor Sergio Bustamante). Por supuesto que me llenó de satisfacción ver “Delicia en rojo”, que alude a mis manzanas, tanto en mi obra plástica como en los libros de cocina de mi autoría.
De verdad, expreso un amplio reconocimiento a esa institución, que nació en mi tierra natal, Monterrey –y que ahora tiene cerca de 30 campus distribuidos en toda la república–, si bien estoy consciente de que diversas universidades públicas y privadas han abierto ya caminos fecundos para nuestros jóvenes y para México mismo. ¡Felicidades a todas ellas!
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Comentarios
Tengo la fortuna de tener a mis dos hijos estudiando en esta Institucíón y definitivamente les inculcan otra visión , ellos estan llenos de proyectos y entusiasmo por hacer crecer a su México querido.